El sindicato de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) emitió una declaración pública fundamentando el rechazo a la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central del Uruguay (BCU).

Textualmente, el pronunciamiento gremial señala que «ante el ingreso al Parlamento nacional de un proyecto de modificación de la carta orgánica del Banco Central del Uruguay, el sindicato bancario, fiel a su tradición de bregar por un sistema financiero para el país y su gente, manifiesta: 1. Su rechazo al proyecto de reforma de la carta orgánica del Banco Central del Uruguay, tal como está hoy presentado».

En segundo lugar, «que no es posible que una reforma de esta magnitud, en un organismo que tiene un importante rol e incidencia en la economía nacional –que los uruguayos vaya si recordamos lo que nos ha costado, en lo económico y lo social, su actuación en el pasado reciente– se esté procesando sin habilitar ningún espacio de discusión con el movimiento sindical, con nuestra Aebu y –menos aún– con la sociedad en su conjunto, como sí se lo ha hecho con otros proyectos (reforma tributaria o el proyecto sobre quiebras)».

Asimismo, «3. El proyecto otorga la máxima autonomía al Banco Central del Uruguay, y desvincula la designación de su directorio respecto del ciclo electoral, lo que en los hechos significa desvincular el gobierno de dicha entidad de la decisión soberana de los ciudadanos, cuando realizan una opción electoral».

En cuarto lugar, «no compartimos que se otorgue una mayor autonomía a la nueva Superintendencia de Servicios Financieros y se consagre un organismo desconcentrado con máximos poderes, que podría llegar a desconocer las definiciones de políticas del gobierno sobre el sistema financiero como factor estratégico para el desarrollo económico».

AEBU sostiene en quinto lugar que «la situación de la SPAB, con la creación de la COPAB (Corporación de Protección al Ahorro Bancario) fuera del Banco Central, como persona jurídica de derecho público no estatal para la administración del seguro de depósitos, la aplicación de mecanismos de resolución bancaria de instituciones en crisis y la liquidación de las instituciones y sus colaterales, genera peligros de vulnerabilidad de mucha mayor importancia que los objetivos buscados».

En sexto lugar, «finalmente creemos que el Banco Central debe sufrir transformaciones, que debe tener expresamente entre sus cometidos la regulación y supervisión de todo el sistema financiero del país –no solo de una parte como en la actualidad– y a la vez debe promover su expansión de acuerdo con los objetivos en materia de desarrollo productivo y de empleo. Para ello debe partirse de un imprescindible sinceramiento y análisis de su papel previo, simultáneo y posterior a la crisis del 2002, sin el cual cualquier cambio –aun el modelo más ideal de supervisión que se diseñe– carecerá de validez».

Lleva la firma del Consejo Central, Consejo de Sector Financiero Oficial, Consejo de Sector Financiero Privado, y AEBU – Filial PIT-CNT.