Paros cardíacos, conducir en estado de embriaguez, violencia conyugal, comas etílicos, exceso de tabaco y de «comida basura», e incluso de suicidios: los problemas de salud se multiplican durante los campeonatos mundiales de fútbol, evento deportivo seguido por millones de personas en el planeta.

Durante el Mundial de 1998, el número de paros cardíacos en Gran Bretaña se incrementó un 25% durante la eliminación de Inglaterra a manos de Argentina, tras finalizar la tanda de penales, según un estudio publicado por la revista médica British Medical Journal.

Comparado con el mismo día del año anterior, 55 personas más debieron ser tratadas ese día por problemas cardíacos, revelan los investigadores de la Universidad de Birmingham, que recomiendan eliminar la ronda de lanzamientos desde el punto de los penales «por razones de salud pública».

Otro estudio, dirigido dos años antes en Holanda, revela un exceso de mortalidad del 50% en el seno de la población masculina (14 fallecidos más en comparación con un día normal), durante la derrota del equipo local frente a Francia en la Euro-1996.

Se sabe desde hace tiempo que los resultados de los partidos de fútbol pueden causar depresiones, arranques de violencia, impulsos suicidas, y que esa tendencia de fondo culmina durante los Mundiales.

Desde el primer torneo de la posguerra, en 1950, que vivió varios suicidios de aficionados brasileños después de la eliminación por sorpresa de su equipo ante Uruguay, cada edición está acompañada de su lote.