Uno de esos hechos se produjo cuando desconocidos entraron al templo y trataron de romper las puertas del sagrario. Denunciaron extraños actos de vandalismo contra la iglesia católica de Rosario, departamento de Colonia (Uruguay).

A comienzos de 2000, una presunta «lágrima» que brotó de la estatua de la Virgen patrona de la localidad convirtió a la ciudad de Rosario, en la zona este del departamento de Colonia, en noticia nacional e internacional por el «milagro» que allí se había producido. Ahora, aunque en menor escala, la comunidad religiosa local está impactada, aunque el motivo es bien diferente: manos anónimas procedieron en los últimos días a causar diversos destrozos en la iglesia católica de la ciudad. Ni el cura ni los fieles encuentran explicación para esa conducta vandálica.

Uno de esos hechos se produjo cuando los desconocidos entraron al templo y trataron de romper las puertas del sagrario (donde se guardan las hostias que se emplean en las misas). «La iglesia siempre está abierta para que acuda la población, y hasta no hace mucho tiempo era impensable que sucediera una cosa como esta», indicaron algunos feligreses consultados, quienes consideraron que «los delincuentes ya no se están deteniendo ante nada, porque para cometer ese atropello tuvieron que meterse a plena luz del día».

Los vándalos también rompieron una cartelera con información de la actividad religiosa que se lleva a cabo a diario en la iglesia Nuestra Señora del Rosario.

El cura Roberto Alvarez le contó a la publicación departamental «Noticias» que después que repararon ese daño, los antisociales volvieron a destrozar la cartelera. «Se arregló, pero fue peor, porque arrancaron todo», dijo, desconcertado, el sacerdote rosarino.

Otra imagen religiosa que desde hace muchos años forma parte de la ornamentación del templo fue sacada de su sitio y depositada en el piso. «Si con absoluto desparpajo hicieron eso, mañana se llevan la imagen», apuntó, indignada, una vecina que está directamente vinculada al trabajo parroquial.

Siguen los daños

Cuando los habitantes de Rosario creyeron que la situación «se había calmado», se enteraron de que otra vez los inadaptados «le rompieron una parte del hábito a la estatua de madera de San Cayetano», como confirmó el cura Alvarez.

Otros destrozos fueron cometidos «mientras nosotros estábamos realizando una asamblea parroquial», indicó el religioso, refiriéndose a una reunión de coordinación de actividades que se lleva a cabo en una dependencia de la propia iglesia, con la presencia de mucha gente.

La Virgen Nuestra Señora del Rosario concita la permanente devoción de los rosarinos, quienes en 2002 salieron masivamente al rescate de la Patrona del pueblo, cuya estatua había sido arrancada del sitio en que estaba, próximo a un arroyo, por la creciente que la arrastró varios kilómetros.

Fue finalmente recuperada de entre el barro, en un campo de la zona, y reintegrada en procesión a su lugar tradicional.

Fuente: Colonia Digital. http://www.coloniadigital.com/