«En un nuevo aniversario del nacimiento de Artigas, el Gobierno de la
República exhorta a la ciudadanía a la reflexión para que nunca más haya
desconfianza, descalificaciones, enfrentamiento y violencia entre los
uruguayos; que no hay motivos o excusas para enfrentamientos; que no se repita
el terrorismo de Estado; se acaben las discriminaciones y se consolide la
igualdad de oportunidades para el desarrollo del país
.

Primero lo calumniaron y le pusieron precio a su cabeza,
tras derrotarlo militarmente lo crucificaron con un exilio de treinta años,
cuando murió pretendieron condenarlo al olvido o al bronce y al mármol. Pero
más allá de la leyenda negra o la historia oficial, generación tras generación
el 19 de junio es para los uruguayos la fecha del nacimiento de José Artigas.
Así de firme y sencillo, como era él.

En esta fecha el Gobierno de la República tributa al
Jefe de los Orientales el único homenaje que tal vez
aceptaría: un acto austero y sincero, el permanente recuerdo de sus
principios y programa, y la acción en consecuencia.

En un oficio a la
Junta del Paraguay el 7 de diciembre de 1811 José Artigas da
cuenta de las dificultades y sacrificios del pueblo que lo sigue en
su retirada, defraudado tras el armisticio entre el Gobierno de
Buenos Aires y el Virrey Elío. La narración es tan dura como la realidad
que describe, pero en un pasaje de la misma, como adelantándose a
la proyección histórica del éxodo, el caudillo expresa: «….
llenos todos de esta memoria oyen sólo la voz de la libertad, y unidos en masa,
avanzan ….»

Aquella marcha no se detuvo; sigue hoy y continuará mañana
constituyendo el pasado, el presente y el futuro de nuestro país. Un devenir
que los uruguayos hemos recorrido compartiendo esperanzas y
compromisos, avances y frenos, satisfacciones y frustraciones, logros y
dificultades, y entre las frustraciones y dificultades, dolorosos desencuentros
y enfrentamientos que dejaron en nuestra sociedad heridas aún abiertas.

Puede admitirse -de hecho existe- diversidad de opiniones
sobre las causas de los desencuentros y enfrentamientos ocurridos en el pasado
reciente. Lo que no puede admitirse – y respecto a ello hay opinión unánime en
la democracia uruguaya- es que se repitan en el futuro.

Superar ese pasado no es repentino, ni fácil, ni se
logra mediante un acto administrativo. Necesita tiempo; requiere
conservar la memoria, conocer la verdad, practicar la justicia y
reparar en algunos aspectos lo sucedido (otros, lamentablemente, no son
reparables).

Tal es lo que lo que este gobierno viene realizando desde el
inicio mismo de su gestión. Sin el agnosticismo cívico ni el espíritu de
revancha que tanto contaminan a la democracia., pero cumpliendo sus
cometidos y compromisos con el apoyo del sistema político, el
acatamiento de las Fuerzas Armadas, en diálogo con las organizaciones de
defensa de los Derechos Humanos y representativas de las víctimas del
terrorismo de Estado, y la colaboración técnica de la Universidad de la República. Los
resultados de esta labor así como de la actuación del Poder Judicial son
de público conocimiento y eximen de comentarios en esta columna.

En todo caso, reiteramos una vez más que tales resultados no
significan un punto final porque sobre el pasado y en materia de derechos
humanos siempre se puede saber y hacer más.

En ese contexto, y tal como lo hiciera el año pasado, en
ocasión de un nuevo aniversario del nacimiento del precursor de nuestra nación,
el Gobierno de la
República exhorta a la ciudadanía a un momento de
reflexión para que nunca más haya desconfianza, descalificaciones,
enfrentamientos y violencia entre los uruguayos; para que nunca más haya
motivos o excusas para tales enfrentamientos; para que no se repita el
terrorismo de Estado; para que se acaben las discriminaciones que aún existen
en nuestra sociedad y se consolide la igualdad de oportunidades que tanto necesitamos
para el desarrollo económico y social del país.

El equipo de gobierno, encabezado por el Señor
Vicepresidente de la República, tendrá ese momento de reflexión ante el
monumento a José Artigas en la Plaza Independencia
de Montevideo.

Pero la reflexión vale en cualquier lugar y en cualquier
momento del 19 de junio.

El momento y el lugar son accesorios. Lo importante es lo
que nos enseñaron Artigas y el pueblo que lo siguió: avanzar unidos, con
memoria y libertad».

Fuente: Presidencia de la
República. http://www.presidencia.gub.uy