Buenos Aires, Sábado 19 junio (EFE).- Uno de los tres accesos fronterizos entre Argentina y Uruguay quedó liberado hoy tras el bloqueo que mantuvieron ecologistas argentinos desde noviembre de 2006 en protesta contra una planta papelera de capital finlandés instalada en territorio uruguayo.

La Asamblea Ambiental de la ciudad de Gualeguaychú calificó el levantamiento del corte, por 60 días, como un «aporte» mientras esperan que los Gobiernos de Argentina y Uruguay avancen en las negociaciones para el control ambiental conjunto de la fábrica finlandesa UPM (ex Botnia), pero advirtió que la protesta «sigue en pie».

Así lo estableció la proclama que leyeron los ambientalistas en medio de la ruta argentina que cortaron durante casi cuatro años y que conecta con el puente fronterizo San Martín, que lleva a la uruguaya Fray Bentos, donde se ubica la gigantesca planta a la vera del río Uruguay, de administración compartida.

«Esta tregua no apagará la llama de la lucha. Nos mantendremos al costado de la ruta. Pero queremos confiar en el Gobierno y evitar que por nuestra tozudez, como dijo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no se pueda avanzar en los controles», afirmó a Efe el asambleísta José Pouler.

Escoltados por banderas de ambos países y carteles contra la papelera, los ecologistas insistieron en que la planta debe ser reubicada, señalaron que los controles también se deben hacer «dentro» de la fábrica y pidieron que Uruguay les permita ingresar a ese país para difundir su posición.

El presidente de Uruguay, «José Mujica, tiene la posibilidad de dejar este paso abierto. Que trabaje con (su par argentina, Cristina) Fernández para asumir un compromiso serio de cuidar el medio ambiente. No vuelvan a poner ustedes la barrera», advirtieron.

Los activistas también pidieron a las autoridades que se arbitren las medidas para controlar el paso de los camiones con productos para la papelera y reclamaron la divulgación de estudios de universidades argentinas que supuestamente muestran que «hay contaminación» por la planta, dijeron.

Tras cantar el himno argentino y leer el texto, llegó el momento esperado por algunos vecinos que se oponían a la medida y por los Gobiernos de ambos países: los asambleístas levantaron la barrera que impedía desde hacía casi cuatro años el paso de vehículos al país vecino.

Allí estaban los turistas Daniel y Miriam, una pareja que viajó desde la localidad bonaerense de Avellaneda para tener «el privilegio histórico» de ser de los primeros en cruzar a Fray Bentos ante las cámaras de televisión, dijeron a la agencia estatal Télam.

Así, los primeros autos comenzaron a pasar lentamente por el acceso mientras los asambleístas empezaban a correrse hacia el costado de la carretera.

El miércoles, los activistas resolvieron por mayoría de votos en una multitudinaria asamblea levantar por 60 días el corte que mantenían en el acceso a Fray Bentos contra la planta a la que consideran contaminante.

La decisión de levantar el corte volverá a ser revisada el 19 de agosto, cuando se cumplan los 60 días previstos de la medida tomada en medio de la presión que ejerció la demanda penal que presentó el Gobierno de Fernández contra los asambleístas por graves delitos como sedición, instigación a la violencia, intimidación pública e interrupción del transporte por el bloqueo.

La instalación de la planta ha sido motivo del peor conflicto que han afrontado en décadas los Gobiernos de Buenos Aires y Montevideo, que en los últimos meses buscaron «reencauzar» la relación bilateral y marcar reglas para el control conjunto del río Uruguay, tal como lo establece el tratado de ese cauce firmado en 1975 por ambos países.

Fernández y Mujica intentan dejar atrás el litigio después de que el 20 de abril pasado la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminó que no está demostrado que la planta contamine el ambiente, culpó a Montevideo de violar el acuerdo de administración del río al autorizar su instalación e instó a las partes a hacer controles ambientales conjuntos.

«El fallo no nos satisface», ratificaron hoy los ambientalistas.

En el marco de las negociaciones, Mujica se contactó con Brasil para que participe en el control ambiental del río Uruguay, mientras que Argentina admitió la posibilidad de que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se sume a los procedimientos.

Pero, para el asambleísta José Pouler, la invitación a Brasil «dilata» el inicio de los controles, en un asunto que tienen que resolver Argentina y Uruguay, como ordena el fallo (de La Haya)», añadió su compañero Raúl Almeyda.

Fuente: Agencia EFE y http://noticias.latino.msn.com