Por Fabián Villella. MONTEVIDEO, sábado 28 de enero (ANSA). Los casos de Síndrome de Diógenes, la acumulación de grandes cantidades basura y objetos por parte de personas en estado de depresión, son cada vez más frecuentes en Montevideo y la intendencia local enfrenta hasta dos situaciones por mes.

«Es una problemática que ha tenido un desarrollo importante en los últimos tiempos y cada vez hay más situaciones de personas con esta patología mental», dijo a ANSA el director dela División Saluddela Intendenciade Montevideo, Pablo Anzalone.

Anzalone sostuvo que «no tenemos claras cuales son las causas para este incremento, pero se han ido registrando cantidad de denuncias sobre personas que acumulan basura en sus domicilios y en algunos casos también animales».

El funcionario ilustró quela Intendencia recibe una o dos denuncias por mes y que actualmente existen unos 30 casos pendientes de resolver.

Ante cada denuncia,la Intendencialleva a cabo una coordinación interinstitucional que incluye al Ministerio de Salud Pública y a los propios vecinos.

«La política apunta a preservar a los vecinos eliminando el foco de insalubridad, pero toma en cuenta también que se trata de una enfermedad y que los derechos de la persona enferma tienen que ser garantizados», destacó Anzalone. Apuntó que las personas afectadas «tienen derecho a un tratamiento médico adecuado y buscar un entorno continente para lograr evitar que el daño se reproduzca».

Relató que en algunos casos llegaron a retirarse hasta 30 o 40 camiones con basura de algunas viviendas, aunque también se dieron situaciones en las que se encontraron 80 perros y 40 gatos en un sólo domicilio.

En las intervenciones «se apunta a mantener compensada a la persona mientras se hace la limpieza», dado que «sacarle todo acumulado eso es un elemento traumático», puntualizó el funcionario.

El Síndrome de Diógenes afecta principalmente a adultos, tanto hombres como mujeres, independientemente de su situación económica y en medio de cuadros de depresión que pueden ser causados por el fallecimiento de un familiar, la jubilación u otra situación, explicó a ANSA Beatriz Mato, directora de Salud Pública de la Intendencia.

«Es un trastorno de la personalidad, una enfermedad psiquiátrica que en muchos casos no tiene cura, pero se necesita el seguimiento y el tratamiento de los mismos», concluyó Mato.

Vecinos de un barrio de la capital recuerdan aún el caso de una señora que tras fallecer y abrirse su casa se encontraron decenas de botellas de aceite y refrescos, jabones, perfumes, diarios y revistas de varias épocas e incluso una bolsa llena de billetes ya fuera de circulación y que en su momento representaron una fortuna.

Fuente: Agencia ANSA. www.ansa.it