Compartimos la columna de análisis de Andrés Bancalari, publicadas en Letras Internacionales de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la ORT refiriéndose al estado de los cultivos en Estados Unidos, Rusia y Brasil, y sus eventuales derivaciones.

“Las noticias que continúan llegando desde el hemisferio norte en relación al estado de los cultivos, tanto en los Estados Unidos como en Rusia son realmente escalofriantes, a las que se suman las copiosas lluvias fuera de temporada en Brasil.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) hizo público el pasado viernes 10 de agosto el último informe con el estado de situación de los principales cultivos en dicho país, en medio de la peor sequía que afecta al cinturón maicero, estableciendo una baja en la producción estimada de un 16,9% en relación al informe hecho público en julio, debido a que ese mes fue el mes más caluroso desde que se empezó a recoger estos datos en 1895.

En otras palabras, un sexto de lo producción estimada de maíz “desapareció” en solamente en mes.

La soja también se ve fuertemente afectada con una reducción de las proyecciones en un 11,7% en relación al estimado en julio.

Ambos pronósticos resultaron mucho peor de lo que estimaban los mercados hasta el día jueves 9 de agosto, lo que ha llevado a que los valores de ambos presenten una fuerte presión al alza en la CBOT (Chicago Board of Trade).

En medio de este contexto de fuerte suba de los precios y baja pronunciada en la producción, comienzan a aparecer señales fuertes por parte de algunos países productores, que buscando asegurar el suministro interno evalúan mayores restricciones a las exportaciones. El caso de Argentina no merece demasiados comentarios, pero si el de Rusia que comienza a emitir señales de que analiza seriamente establecer restricciones en los próximos meses.

Como señalábamos en el número 158 de Letras Internacionales http://www.ort.edu.uy/facs/boletininternacionales/contenidos/158/bancalari158.html estas noticias pueden resultar positivas para algunos de los países productores de commodities agrícolas, pero despiertan muchos temores en los grandes importadores de alimentos.

Desde FAO se indicaba el mismo jueves 9 de agosto que “todavía es temprano para afirmar que nos enfrentamos a la misma crisis de 2008 o 2011 pero hay un peligro: estamos viviendo un año difícil; ya en 2011 tuvimos malas cosechas en todo el mundo y los países tuvieron que utilizar parte de sus reservas alimentarias”.

En este contexto dos noticias muy llamativas muestran que estamos frente a un año especial.

En primer lugar el pasado 22 de julio el Financial Times indicaba que varios productores de carne de cerdo de los Estados Unidos estaban concretando negocios para importar maíz brasileño a los Estados Unidos, debido a que los precios brasileños del maíz “calculaban” en este momento para ser exportados a los Estados Unidos dado los altos valores del producto en ese país.

Esta situación totalmente atípica es comparable al hecho hipotético de que Chile tuviera que importar cobre o Arabia Saudita petróleo, debido a problemas en la producción doméstica, y son fenómenos comerciales que se producen en los mercados de commodities de forma muy inédita.

En segundo lugar es que ya comienza a elevarse la presión para que el gobierno de los Estados Unidos busque reducir la cantidad de etanol que produce, el cual consume hasta un 40 por ciento de la cosecha de maíz norteamericano. Esta sería una decisión difícil para Obama, ya que una reducción significativa del etanol norteamericano implicaría una suba en los valores del petróleo (por una baja de la oferta de combustibles), lo cual no parece una decisión tan sencilla en medio de una campaña electoral y de una recuperación económica aún muy débil.

Ambas señalas muestran la gravedad de la actual situación de los cultivos en los Estados Unidos, los cuales deben aún pasar la difícil prueba de un mes de agosto con bajas lluvias.

Toda esta situación se da en un contexto de fuerte debate en los Estados Unidos acerca de si se trata de una sequía excepcional o estamos frente a los primeros cambios estructurales en el clima como consecuencia del cambio climático.

Aún es pronto para sacar conclusiones al respecto, lo sabremos con el paso de los años, pero de ser un cambio real y permanente, estamos frente a un nuevo piso en los valores de las commodities agrícolas”.

*Ex trader de commodities agrícolas

Coordinador Académico Adjunto, Estudios Internacionales FACS, Universidad ORT Uruguay

Fuente: Letras Internacionales. Publicación del Departamento de Estudios Internacionales, Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la ORT.