Acto de homenaje al artista José Belloni al cumplirse 130 años de su nacimiento.

12 de setiembre de 2012.

Servicio de Actas y Taquigrafía

Departamento Legislativo

Acto de homenaje al artista José Belloni – 12 de setiembre de 2012 – Versión primaria

Servicio de Actas y Taquigrafía – Departamento Legislativo

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Buenas tardes a todas y a todos. Damos comienzo al acto de homenaje a la figura y personalidad del escultor y docente José Belloni, al cumplirse el 130º aniversario de su nacimiento.

(Es la hora 15:18)

Agradecemos la presencia de su nieto -también artista, escultor-, el señor José Belloni, y de su señora esposa, Yanet Chango.

Tiene la palabra el señor edil Daniel Martínez.

SEÑOR MARTÍNEZ (Daniel).- Gracias, señora presidenta.

Buenas tardes a todas y a todos.

Agradecemos la presencia de los montevideanos en esta Junta Departamental de Montevideo, que, como siempre decimos, es la casa por excelencia de todos los montevideanos.

Saludamos muy especialmente al señor José Belloni y a su señora Yanet, a quienes hemos tenido el gusto y placer de conocer.

Señora presidenta: un día como el de hoy pero hace 130 años nacía en Montevideo, en el barrio del Prado, un hombre que sería capaz de sorprender el mundo por la magnitud de su obra y que dejaría a los uruguayos un legado de arte definitivamente muy importante. El 12 de setiembre de 1882, doña Martina Garaycoechea traía al mundo a José Leoncio Belloni, quien, a la postre, sería el hijo menor de su matrimonio con Giuseppe Belloni: José tuvo dos hermanas mayores, Carlota y María Isabel. Leímos que su crianza fue en el seno de una muy humilde familia de inmigrantes de la zona italiana de Suiza. Cuando tenía apenas ocho años su familia se muda a Suiza. Es en la ciudad de Lugano que termina la primaria e inicia los estudios secundarios. Fue buen alumno, respetuoso y aplicado en el estudio.

En esa época se dan una serie de pequeños sucesos que marcarían el resto de su vida. Dicen -y esto contado por su nieto- que de camino al liceo, en Lugano, siempre pasaba por la puerta del taller de Luis Vasseli, quien en esa época era el escultor suizo más importante y dirigía un taller reconocido en toda Europa. Día tras día Belloni se entretenía mucho rato parado en la puerta del taller viendo lo que hacían quienes allí trabajaban, hasta que uno de esos días fue el propio Vasseli quien lo invitó a entrar; probablemente en premio a su interés y su curiosidad. Le dijo que podía ir al taller cuando quisiera, que allí era bienvenido.

Cierto día Vasselli le trae papel y lápiz y le pide que copie algunas de las obras del taller. En ese preciso momento se corre el telón para el inicio de una carrera artística larga y muy fructífera para José Belloni. Como todo principiante, en aquella época comenzó de abajo y su primera herramienta en el taller fue la escoba, que era lo que comúnmente hacía aquel que ingresaba a esta escuela de escultores. Debió limpiar y ordenar el taller durante mucho tiempo. Luego hizo moldes. Más tarde llegó el momento de trabajar en yeso, y a los 23 años comenzó a tomar clases formales. Tiempo atrás el propio Vasseli lo había recomendado en la escuela técnica de dibujo de Lugano.

Regresa a Uruguay y en 1899 obtiene una beca para estudiar escultura, lo que le permite volver a Europa e iniciar una segunda etapa de formación. Por consejo del propio Vasseli, elige ir a Munich, donde se encontraba la escuela naturalista más importante del viejo continente. Allí se gradúa con honores y obtiene el primer premio, o sea, la medalla de oro, por su trabajo final de graduación. Durante esta etapa en Europa, Belloni pasa por Budapest, luego va a París y, finalmente, se instala en Roma. Allí profundiza su

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perfeccionamiento en la escuela de bellas artes. Aquí también se gradúa con honores y recibe el segundo premio, medalla de plata, por su obra Bimba, que representaba la cabeza de una niña, tallada en mármol.

Viviendo en Roma, increíblemente el 12 de setiembre de 1912 -el mismo día de su cumpleaños- abre las puertas de su primer taller, ubicado en la vía Margutta. Trabaja durante un tiempo en la capital italiana y, desde allí, viaja a Lugano y a otras ciudades europeas para exponer.

Por esa época fallece su padre y Belloni decide volver a Uruguay para continuar con su carrera y hacer docencia en nuestro país. Belloni entiende que, de esa forma, retribuye a su país el apoyo que, años atrás, había recibido mediante la beca de estudios. En 1920 se casa con doña Mercedes García. Tuvo un único hijo, Stelio -papá de nuestro amigo José-, quien lo acompañó por años en su taller de la calle Dighiero, allá, en el barrio de Pocitos.

Belloni amó su trabajo toda su vida. La naturaleza y los más desposeídos fueron su fuente de inspiración. A lo largo de su obra trató de plasmar una forma de reivindicar los derechos de los más humildes. Ello queda reflejado en lo que posiblemente sea su primera gran obra, El Aguatero, en la que enaltece la figura de aquel servidor público y eleva la figura del negro aguatero a un nivel casi señorial. Su recurrente representación del gaucho y su forma de vida también es una nota que habla de un artista preocupado por reconocer y mostrar a la sociedad de su época los valores y avatares de la gente humilde. También fue un gran defensor de los derechos de la mujer: realizó la primera escultura femenina hecha en Uruguay, en homenaje a la poetisa María Eugenia Vaz Ferreira.

Entre sus obras magnas podemos citar La Carreta, reconocida como su obra máxima y considerada por la crítica una de las diez mejores obras a nivel mundial durante décadas. La Carreta se fundió en Florencia y cuentan que Mussolini quiso quedársela y solo fue posible sacarla de Italia gracias a los buenos oficios de los diplomáticos de la época y a cambio de que estuviera 30 días en exposición en la plaza de Florencia.

Otra obra importante es El Entrevero, homenaje al soldado desconocido. Le llevó casi diez años terminarla debido a varios contratiempos y dificultades de todo tipo. Esta obra en particular no fue enclavada en el sitio que Belloni había elegido para ella, que era en aquel entonces la zona del molino de Pérez, razón por la cual renunció al cobro de los honorarios correspondientes.

El monumento a Rodó fue probablemente la obra más querida por Belloni y con la cual se sentía más identificado desde el punto de vista artístico, pues se había despojado de la rigidez técnica de la época, que decía que toda escultura debía ser resuelta en un bloque único.

En cuanto a su faceta humana, dicen que José Belloni fue un hombre humilde, muy estricto, cuidadoso de su familia y sus amigos, con buen sentido del humor, amante de la naturaleza y a quien le gustaba mucho la música clásica; era lo único que escuchaba cuando estaba trabajando. También disfrutaba de pintar y trabajar en el jardín de su chacra de Pando; decía que con ello se distraía mucho y lograba salirse de sus preocupaciones del momento.

En su vida artística fue un hombre perfeccionista y detallista al máximo, muy disciplinado y riguroso desde el punto de vista técnico; era alguien que podía estar aplicado a su tarea durante horas, en soledad y en silencio. Muchas veces este código de trabajo era roto, bajo estricto pacto de silencio, por su nieto José, presente hoy aquí, que nos contaba que lo observaba sin pronunciar palabra.

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José Belloni dejó un legado de obras de gran belleza para el deleite de los uruguayos y todos quienes deseen disfrutarlas.

Fue docente bien querido por sus alumnos, y por más de cinco décadas estuvo al frente de su taller en la calle Dighiero, que hoy cumple cien años de actividad ininterrumpida. Hasta 1989 su hijo Stelio y en el presente su nieto José han sido dignos continuadores del trabajo del maestro en el taller, que aún funciona.

Como decíamos, el taller de los Belloni, que está cumpliendo cien años de tareas ininterrumpidas, es un ejemplo poco frecuente de compromiso y dedicación familiar a una disciplina del arte que une, en el tiempo, el trabajo, la pasión y la vocación de tres generaciones de artistas.

Señora presidenta: homenajear a José Belloni hoy es rendir homenaje a su obra trascendente y universal, obra que habla por él en todos los idiomas y en todos los tiempos, y a su vez nos ofrece palpable evidencia de la genialidad de un hombre amante de su profesión y profundamente comprometido con la cultura y la vida de su nación.

Para finalizar, señora presidenta -y me animo a decir que hablo en nombre de todos los uruguayos-, deseo hacer llegar a su familia y a sus seguidores en el arte mi más sincero reconocimiento y agradecimiento por el esfuerzo de mantener viva la obra del gran escultor de la patria.

Muchas gracias.

(Aplausos)

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Gracias a usted, señor edil Daniel Martínez.

Tiene la palabra el señor edil Fernando Pazos.

SEÑOR PAZOS (Fernando).- Gracias, señora presidenta.

En primer lugar, quiero felicitar al señor edil Daniel Martínez por su iniciativa para hacer este homenaje. Creo que es un justo homenaje a la figura del escultor, sobre el que mucho se ha dicho y muy bien, y también es un homenaje a los cien años de un taller que ha forjado en nuestro país un nombre y un prestigio que nos hace ser reconocidos internacionalmente.

Cuando hablamos de José Belloni lo hacemos de uno de los principales escultores de la patria, del realizador de una de las más grandes y admirables series de esculturas que hay en el mundo entero en poder de una ciudad.

Como decía el edil Daniel Martínez, La Carreta, La Diligencia, El Aguatero, Ansina y El Entrevero son obras que han representado y representan lo mejor de nuestra más cálida y noble tradición uruguaya. Estas obras, que han alcanzado justa fama mundial junto con otras tantas que tiene el escultor en su haber -algunas fueron mencionadas por Daniel Martínez, pero seguramente nos falten otras por nombrar-, han motivado a miles de uruguayos a preocuparse, a interiorizarse, a formarse y, por qué no, a amar el arte. Creo que eso es lo que más debemos destacar de esta figura.

Los lugares donde están estas obras son puntos de referencia colectiva de nuestra ciudad, de nuestra cultura y, por lo tanto, los debemos cuidar, rescatar, amar y querer como ciudadanos de este hermoso Montevideo. En lo personal, somos férreos defensores de estos puntos de referencia que hay en las zonas más importantes del departamento, pero debemos buscar la forma de darles mayor difusión e impulso en el resto de la ciudad y en los barrios más alejados, y debemos bregar por su cuidado y por

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que haya muchos más.

Agradezco la posibilidad de que esté hoy aquí su nieto, y también agradezco lo que han hecho para que nuestra ciudad y nuestro país sean reconocidos internacionalmente por estas grandes esculturas y también por el trabajo que ha realizado el taller durante estos cien años. Dios quiera que sean muchos más, con el prestigio que ha mantenido.

Muchas gracias.

(Aplausos)

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Antes de concederle el uso de la palabra al señor José Belloni, quiero felicitar al taller, heredero del legado artístico del escultor y docente José Belloni, por estos cien años. Considero que eso es también parte del legado y del patrimonio de la ciudad de Montevideo.

Tiene la palabra el señor José Belloni.

SEÑOR BELLONI (José).- Señora presidenta, Gloria Benítez; señor edil mocionante, Daniel Martínez, señoras y señores ediles: mis palabras van a ser simplemente de agradecimiento, porque la emoción me embarga en estos momentos.

Tengo acá en la mano -la traje porque siempre la tengo muy cerca de mí- la medalla que le otorgó este Cuerpo a don José Belloni hace exactamente 50 años. En el anverso está el escudo de la Junta, y en el reverso podemos leer:

“Junta Departamental de Montevideo

Al escultor José Belloni

Inteligencia, patriotismo, acción creadora

Homenaje de admiración y gratitud.

Montevideo, 12 de setiembre de 1962”

Es decir, que transcurridos 50 años, la vigencia del escultor Belloni, por suerte, continúa. Para los montevideanos y para la Junta Departamental de Montevideo él sigue teniendo un lugar destacado.

Muchas gracias.

(Aplausos)

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Damos por finalizada esta sesión de homenaje al escultor José Belloni.

Gracias a todos por estar.

(Es la hora 15:36)