A un par de semanas del comienzo de la vendimia, Bodegas del Uruguay recabó las opiniones de bodegueros representativos de las diferentes regiones, las que en general son coincidentes. También los une un mismo deseo: que siga el sol constante como en estos últimos días.

Para el común de la gente, un cielo negro que se aproxima después de dos o tres días de calor sofocante es presagio de una lluvia aliviadora. Para el viticultor, según sea el momento del ciclo, puede ser una bendición o un ominoso augurio. Así es que esta primavera irregular, signada por lluvias cuasi tropicales, con características de vendaval, hizo persignar a algunos y resignar a otros. Los rumores de problemas y de pérdidas importantes en varias bodegas estuvieron a la orden del día.

Por eso salimos a buscar las únicas voces autorizadas para que nos cuenten cómo viene la vendimia 2013, la de los bodegueros en las diferentes regiones vitícolas del país. Hubo fuertes coincidencias en los comentarios recibidos, con los matices propios de cada departamento y viñedo. En resumen, no será un año excelente, pero tampoco se lo puede considerar entre los malos. Como dice el saber popular: cuando la naturaleza no es pródiga, son los enólogos los que con su experiencia sabrán hacer buenos vinos. A pesar de todo.

En general, entre las características que todos mencionaron están un invierno muy frío y parejo, muchas lluvias en primavera hasta diciembre, algunos con problemas de fuertes vientos. Esto produjo gran desarrollo vegetativo y en el envero un cuajado un poco irregular de los granos. Todos coinciden además en que la vendimia se está adelantando unos cinco a quince días de la fecha prevista. Se realizaron mayor cantidad de curas para prevenir enfermedades producto del exceso de humedad y, sin embargo, habrá una merma en la producción que es despareja: en Carmelo ronda el 40%, en el norte un poco menos, en Salto y Maldonado muy poca. Por ende, se realizó mínimo raleo de racimos y actualmente se lleva a cabo un buen deshoje.

Carlos Broglio, de bodega Salto Chico, expresó: «En Salto estamos con todas las uvas en el envero, algunas terminándolo como la merlot, y haciendo tareas de manejo del viñedo porque ahora únicamente falta maduración hasta la vendimia. Hemos constatado que viene adelantado el proceso de maduración de las uvas, y esto es bueno pues no correremos el riesgo climático que sufrimos cuando la vendimia debe realizarse próxima al otoño, cuando el clima más inestable complica y obliga a cosechar a veces sin llegar al momento óptimo de la uva. Si madura antes nos dará chances de alcanzar la maduración óptima sin ningún problema».

En Canelón Chico (Canelones), Carlos Pizzorno sintetizó que ante el exceso de lluvias aquellos que tuvieron buen asesoramiento sobre cómo tratar el viñedo afortunadamente no tendrán ningún problema. Ese es ha sido el caso de Pizzorno Family Estates, por eso, dijo, «creo que ya los primeros días de febrero estaremos cosechando las variedades blancas, las vides están con muy buena cantidad de fruto y no hemos tenido que hacer raleo intenso para bajar la cantidad de kilos por hectárea, todos los racimos están muy sanos. En tintos lo primero que cosechamos es pinot noir, y creemos que vamos a llegar con muy buena cantidad de uva».

Contrastando con esta visión bastante positiva, Valeria Chiola desde Finca Narbona en Carmelo se lamentó: «La lluvia ha golpeado mucho la zona, las precipitaciones han llegado a superar los 2000 milímetros, tuvimos fuertes vientos, granizo, tornados. Hemos duplicado las curas respecto al año anterior. Estamos cuidando las uvas que están en óptimas condiciones para sostener las líneas de los vinos, ahora lo único que nos resta esperar es que deje de llover y que podamos preservar lo mejor posible lo que tenemos. Calculamos un 40% de merma en la producción. Hay ciertas variedades que han sido más golpeadas que otras, en nuestro caso es la tannat. La pinot noir viene muy bien, sus ciclos han ayudado a que los productos fitosanitarios se hayan aplicado en el momento justo, y no hemos tenido problemas en la sanidad en ese caso. Raleo va a haber muy poco, y grandes vinos también… pero así es, no hay dos años iguales… y este año será de muchos esfuerzos».

En El Carmen (Durazno), Walter González de Gobelet brindó un panorama bastante completo. Comenzó diciendo: «Ha sido una primavera complicada por las sucesivas lluvias, hemos tenido que incrementar los tratamientos fitosanitarios, que no es lo que más nos gusta porque cada vez queremos menos intervención en la viña, y eso también nos ha incrementado el costo de producción. Tratamos de utilizar productos de baja toxicidad, por lo que tuvimos que repetir varias veces los tratamientos». Luego explicó la causa de los granos partidos que se ven en muchos racimos: «Cuando llueve un volumen grande en poco tiempo, la planta absorbe súbitamente mucha agua y los granos no aumentan en la misma proporción, rajando la película».

Al hablar del cambio climático, mencionó algunas características de este ciclo: «Tuvimos un invierno muy parejo de fríos muy intensos, eso fue bueno para la inducción de las yemas y la brotación. Las temperaturas bajas fueron más bajas que lo normal, y durante la primavera las temperaturas altas fueron también más altas que el promedio general.» Como consecuencia de ello, el comportamiento de los viñedos fue atípico: «Es un año en que tenemos mucho crecimiento en vigor de la planta y poco cuajado a comparación del año anterior. Hay variedades que cuajaron mal, la tannat fue bastante castigada y hubo mucho menos cuajado de frutos. En moscatel y ugni blanc también se notó mucho. Para esas tres variedades que son las más significativas ya podemos calcular una merma aproximada del 30%. Sin embargo, creo que si no tenemos más problemas climáticos hasta la vendimia, va a ser un año de calidad, no hay tanta uva pero sí buena.

Ampliando el panorama, González mencionó algunos problemas que se producen en los departamentos del límite con Brasil: «Las temperaturas altas complican los aromas. Con temperaturas elevadas la planta se bloquea, fotosintéticamente deja de trabajar, y en pleno período de vendimia si se cosechan las uvas muy calientes hay que procesar con equipos de frío, pero igual el resultado que se logra no es el mejor».

Por último, desde Maldonado, el gerente de Agroland S.A., Nicolás Kovalenko, y el Ingeniero Agrónomo, Eduardo Félix, dicen que Bodega Garzón no fue tan afectada como las ubicadas en el resto del país, y citan que el adelantamiento de vendimia apenas será registrable. «En estos pocos años de experiencia hemos comprobado una maduración mas lenta y pareja de la fruta, producto de estar en la zona mas fría del país. A raíz de esto la cosecha también se alarga considerablemente», expresó Félix.

Respecto a volúmenes, los rendimientos por hectárea van a ser los esperados. «Los efectos negativos de la lluvias sobre el crecimiento vegetativo no son apreciables, pues nuestros suelos tienen mucha pendiente y baja capacidad de retención de agua», agregó Kovalenko refiriéndose a los viñedos enclavados en las colinas de Garzón.

Fuente: Bodegas del Uruguay.