«¡Uruguayas y uruguayos, que pague más quien tiene más y pague menos quien tiene menos!», arengó en su primer acto público como presidente Tabaré Vázquez, el 1º de marzo de 2005, enseguida de reafirmar como una prioridad de su gestión una reforma tributaria cuya «base» sería el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF) y estaría «guiada por los objetivos de crecimiento productivo, inclusión social y equidad». La recaudación de ese tributo, que se instauró dos años después junto a otros cambios impositivos, aumentó en 2012, si bien su contribución a la caja del Estado continuó estando en torno a 12% de los ingresos totales de la Dirección General Impositiva (DGI), informó el semanario Búsqueda en su edición del jueves 14 de febrero.

Tras la reforma tributaria de 2007, el IRPF sustituyó al Impuesto a las Retribuciones Personales que gravaba las remuneraciones de los trabajadores. Pero a diferencia de ese tributo, que tenía una tasa uniforme, el nuevo impuesto se aplica con alícuotas distintas sobre tramos del salario (de entre 10% y 30%) a partir de un mínimo que para este año fue fijado en $ 18.185 mensuales o $ 218.220 anuales.

Como una innovación con sesgo de izquierda, el IRPF también grava las rentas de capital que obtienen las personas. En ese caso, las tasas difieren según el tipo de inversión y su moneda, en el caso de los depósitos, y son de 12% como máximo, pero sectores del actual gobierno pretenden elevarlas.

El año pasado la DGI recaudó $ 26.262 millones. Esa cifra equivale a unos U$S 190 millones y a valores constantes (descontado el efecto de la inflación de precios) representó un incremento real de 13,9% frente a 2011, según cifras difundidas por el organismo el jueves 7.

De esa forma, el impuesto a la renta personal contribuyó con 13,4% de la recaudación total el año pasado. Esa proporción es mayor que la de 2011, cuando el IRPF llegó a contribuir con 12,2% de los ingresos globales de la DGI.

Su comunicado confirmó que el monto total recaudado el año pasado por ese organismo fue 4,2% real mayor que en el anterior, sin descontar los tributos reintegrados (ver Búsqueda Nº 1.697).

Tipo de renta. La mayor parte del dinero recaudado por este tributo provino de la retención de parte del salario que por tal concepto les hacen las empresas a sus empleados (y el aumento de sueldos verificado en los últimos años se reflejó en más IRPF pagado). De hecho, nueve de cada diez pesos cobrados por la Impositiva tuvo ese origen, mientras que el peso restante surgió de gravar las rentas de capital obtenidas por los individuos.

Esa última categoría del IRPF recaudó $ 3.783 millones, lo que a valores constantes fue 17,6% más que en 2011.

En la información difundida por la DGI se presenta esa cifra de manera agregada, sin discriminar cuáles fueron las rentas gravadas por el tributo. De todos modos, fuentes del organismo consultadas por Búsqueda aseguraron que en 2012 se mantuvo la proporción que venían mostrando en años anteriores, por lo que los alquileres y otras rentas habrían aportado aproximadamente 40% de la recaudación, los intereses generados por los depósitos bancarios contribuyeron con algo más de 20% y el porcentaje restante fue consecuencia del incremento patrimonial de los contribuyentes que también está alcanzado por el IRPF.

La valorización de los alquileres que se dio en los últimos años redundó en una mayor recaudación del tributo. El valor promedio de los arrendamientos en Montevideo con garantía de la Contaduría General de la Nación se ubicó en $ 7.319 en setiembre pasado, es decir más de mil pesos más ($ 6.314) que un año atrás según el Instituto Nacional de Estadística.

El mismo efecto tuvo en relación a los incrementos patrimoniales la valorización de las propiedades inmuebles captada por los índices que elabora el organismo estadístico oficial.

En el caso de los depósitos bancarios, el IRPF solamente grava los intereses generados por esas inversiones y no el capital. Si bien el dinero colocado en cuentas en el sistema financiero uruguayo aumentó en los últimos años (el saldo a fin de 2012 ascendió a U$S 23.215 millones pertenecientes a empresas privadas e individuos según el Banco Central), la mayoría es en modalidades «a la vista», que en general no pagan una tasa de interés al depositante.

A su vez, la tasa por los plazos fijos continuó siendo históricamente baja en 2012 (de 0,3% en promedio), lo que determinó que la masa de intereses alcanzada por el impuesto fue relativamente pequeña.

Ya desde antes de su creación los técnicos del Frente Amplio consideraban que el diseño del IRPF debía tener en cuenta la movilidad de los capitales y el riesgo de una posible huida, en caso de establecerle un gravamen muy oneroso. En julio de 2004, durante la campaña electoral de ese año que terminó con el ascenso de Vázquez al poder, el estudio Ferrere presentó una investigación en la que estimaba que la recaudación por gravar los intereses de los depósitos a una hipotética tasa de 10% sería «muy reducida» (ver Búsqueda Nº 1.262).

Actualmente, técnicos del gobierno afines al presidente José Mujica consideran que existe margen para elevar de 12% a 15% la alícuota actual del IRPF sobre las rentas financieras.

Pasivos. Las jubilaciones y pensiones también están gravadas por un impuesto a la renta personal (que con la reforma de 2007 era originalmente el IRPF pero luego, tras declararse su inconstitucionalidad, fue sustituido).

El Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) recaudó casi $ 3.200 millones, equivalentes a U$S 158 millones. Eso representó 1,6% de los ingresos totales de la DGI.

Fuente Contenido: Semanario Búsqueda.

Fuente Imagen: http://humorbrenes.blogspot.com