El pasado 4 de mayo, unos 40 representantes de organizaciones de Montevideo y seis departamentos del interior del país se reunieron por más de 6 horas convocados por la Asociación Nacional de Organizaciones no Gubernamentales (ANONG) para realizar una Consulta Nacional de lo que se denomina “Hacia un debate crítico del mundo que queremos Agenda Post 2015”. Este proceso de consultas nacionales se lleva a cabo en 8 países Latinoamericanos y se ha generado a raíz de la discusión luego de la evaluación de los Objetivos del Milenio (ODM) formulados por Naciones Unidas[i].

Esta consulta tiene como objetivos, definir demandas políticas específicas para poder incidir en el posicionamiento país que Uruguay negociará en el acuerdo final en la Asamblea General de la ONU y desarrollar un posicionamiento de la sociedad civil respecto al marco post-2015, para presentarlo como documento base para establecer un diálogo constructivo con representantes del Estado.

Lilián Celiberti, integrante de Cotidiano Mujer, una de las organizadoras del evento lamentó que los Objetivos del Milenio que había fijado Naciones Unidas para el período pasado “se reducen a atacar las manifestaciones de los problemas pero no las causas”. Citó al Relator de Naciones Unidas que había reconocido que “Los Objetivos del Milenio han sido útiles para movilizar dinero y energías, pero sólo atacan los síntomas de la pobreza, como la malnutrición infantil, la mortalidad materna o las enfermedades, e ignoran las causas más profundas del subdesarrollo y del hambre, por lo que se centran en objetivos meramente estadísticos”.

Estas son algunas de las propuestas presentadas al plenario por los tres grupos de trabajo:

– Es prioritario lograr la sustentabilidad de los ecosistemas y las sociales que se darán como consecuencia.

-Las políticas deberán ser acordes al desarrollo sustentable y no como ha sucedido en Uruguay, que en las últimas décadas se han acentuado las políticas contrarias al principio de sustentabilidad (entendido éste como la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras de atender sus propias necesidades) por el incentivo de monocultivos en gran escala (plantaciones forestales, de soja, etc.) en regímenes de siembra continua y uso indiscriminado de agrotóxicos con graves impactos sobre la tierra, el agua y el medio ambiente general. La situación se agravará con la promoción de extracción metalífera a cielo abierto que comprometerá para siempre las actividades productivas de una gran parte del territorio y desplazará a las poblaciones asentadas por generaciones en esas zonas.

– Los bienes comunes no pueden utilizarse sin una consulta de la sociedad en la medida que se están embargando las posibilidades de subsistencia de generaciones futuras

– La sociedad debe participar activamente en las decisiones y no quedar relegada a votar una vez cada 5 años. La participación no es convocatoria, ni “saludo a la bandera”. Las propuestas realizadas por la sociedad deben ser incluídas en las políticas a todos los niveles en el territorio nacional.

Hubo quienes propusieron no incluir el aumento del PBI en las valoraciones de desarrollo de la sociedad , adoptar la teoría de la “Economía del Bien Común” de Christian Felberg[ii] o regirse por las normas del “Buen Vivir”[iii]. Quedó claro que hay muchas ideas y propuestas en la sociedad civil sobre cómo alcanzar una sociedad más justa y solidaria. Sólo hace falta que los gobiernos las escuchen y las pongan en práctica.

[i] Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, también conocidos como Objetivos del Milenio (ODM), son ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, que los 189 países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir para el año 2015.

[ii] Fundador del grupo ATTAC en Austria y profesor de altermundialismo en la Universidad de Economía de Viena, periodista y escritor, explicación de su teoría: http://www.youtube.com/watch?v=U4tL4eS–XM)

[iii] El Sumak Kawsay (en español: buen vivir) es un modelo o forma de vida que promueve relaciones más sustentables con la naturaleza y menos consumistas, que constituye una opción ante el modelo desarrollista del «vivir mejor»