En un foro organizado por ACDE, el ministro Kreimerman y los presidentes de Antel, Ancap y UTE analizaron las estrategias de nuestro país en las áreas productiva, energética y de telecomunicaciones para que alcance el desarrollo a través de la transformación productiva. Como ejemplo, se invertirán U$S 6.600 millones en energía eléctrica entre 2010 y 2017.

El ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, participó este jueves del Foro de la Producción organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y realizado en el Hotel Sheraton. Junto a él disertaron la presidenta de Antel, Carolina Cosse; el presidente de Ancap, Raúl Sendic; y el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla.

La presentación del ministro se denominó La continuidad de la transformación productiva, e incluyó el análisis de la política industrial, energética y de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), necesarias para abordar ese proceso que el país está emprendiendo.

Luego de abordar el contexto global y regional, hizo referencia a nuestro país, cuya industria ha incrementado en más del 50% su volumen físico en los últimos 8 años, con incorporación de nuevas ramas y dando empleo a 210.000 trabajadores (eran 100.000 en 1998).

Kreimerman recordó que el Gabinete Productivo apuesta a una estructura productiva más diversificada, con diferentes tipos de industrias y más encadenamiento entre los sectores, lo que los vuelve más competitivos. A esto se suma el requerimiento de procesos de mayor calidad y la apertura de más mercados internacionales. En este marco, las políticas sociales, productivas y energéticas son estrategias fundamentales, afirmó.

“Todo ello implica el cambio de la estructura productiva. No hay desarrollo nacional sin él”, dijo el jerarca.

Energía

El ministro aseguró que la continuidad de la transformación productiva consiste en trabajar en tres grandes líneas: unidades de producción, energía y TIC. Recordó que el país cuenta con una política energética desde 2008, en la que se destacan las inversiones de las empresas públicas y privadas. Como parte de esta política, se han ajustado los roles nacionales para que el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) dirija la visión estratégica del sistema de comunicación y energía, mientras que las empresas coordinan con él de forma cada vez más fuerte, lo que genera un efecto sinérgico, afirmó Kreimerman.

Respecto a estas políticas, el presidente de Ancap explicó que los lineamientos del MIEM han pasado por apuntar a fuentes propias de energía para el país y diversificar la matriz energética, caracterizada, en el pasado, por una fuerte dependencia del petróleo.

Desde 2005 se ha fortalecido el área de los hidrocarburos, aumentando las capacidades instaladas. A través de una inversión de 350 millones de dólares, se instaló una planta desulfurizadora y se modernizó la refinería de La Teja. Gracias a ello, el número de barriles procesados por día pasará de 50.000 a 60.000.

Paralelamente, se mejoró la posición logística de la empresa a través de diversas inversiones realizadas o en curso. A esto se suma la exploración de petróleo, cuya inversión se acerca a los 2.000 millones de dólares.

En cuanto a la diversificación de la matriz energética, desde 2006 se están desarrollando biocombustibles en el complejo energético alimentario de Bella Unión, mientras está próxima la instalación de un complejo en Paysandú. También hay inversiones en el área del biodiesel.

De estas cadenas agroindustriales se obtienen energía eléctrica, etanol, biodiesel, azúcar, aceites comestibles, harinas proteicas y glicerina. Sendic destacó la biotecnología aplicada a estos procesos, y la alianza entre la inversión pública y la privada en cultivos, servicios, procesos industriales, etc. A partir de 2014, se obtendrá un millón de barriles de biocombustibles por año, el equivalente a uno de los 17 barcos con petróleo que se importan en la actualidad.

Asimismo, en conjunto con UTE, se plantea la instalación de una planta regasificadora en la costa oeste de Montevideo. Sendic recordó que el contrato con la ganadora de la licitación, GDF Suez, está próximo a concretarse. Esta planta abastecerá las necesidades del país y, gracias a un acuerdo con Argentina, sus excedentes podrán exportarse al vecino país.

Por su parte, el presidente de UTE afirmó que el país productivo necesita energía eléctrica para cumplir con sus desafíos. Casaravilla analizó el crecimiento energético del país en los últimos años, así como las inversiones de UTE para abastecer una posible demanda creciente.

Dijo que la planta regasificadora tendrá 900 GWh de almacenamiento, mientras que todos los embalses del país cuentan con 1.300 GWh. A esto se suman las energías renovables, que disminuirán la vulnerabilidad y estabilizarán los costos de generación.

Para 2015 se espera un 45% de energía hidráulica, un 29% de energía eólica y un 15% de biomasa. UTE invertirá 2.800 millones de dólares entre 2010 y 2017. Si se suman las inversiones junto con otras empresas y la de los privados, el total de inversiones es de 6.600 millones de dólares solo en el sector eléctrico (equivalente al 1,8% del PIB).

Algunos de los hitos hasta 2015 son la incorporación de 1.200 MW de energía eólica, la instalación de la planta regasificadora, 500 MW de interconexión con Brasil y 5.000 km de electrificación rural.

Telecomunicaciones

Kreimerman también se refirió a la política de telecomunicaciones, que busca la digitalización completa del país, el impulso a la industria nacional, la inclusión social y la regulación normativa.

Al respecto, la presidenta de Antel dijo que el objetivo es lograr que el 100% de los hogares tenga conexión a Internet. Entre los proyectos más importantes, se encuentran la fibra óptica al hogar (que hoy supera los 140 millones de dólares de inversión) y la telefonía 3G y 4G.

Para cumplir con las metas en el proyecto de fibra óptica, se han capacitado 3.000 personas. Hasta ahora, 520.000 hogares están pasados a la fibra óptica y 160.000 cuentan con conexión. Unas 40 empresas proveedoras trabajan en este proyecto, que ofrece productos con una velocidad 12 veces más alta que el máximo alcanzado en cobre, dijo Cosse. Por ello, el proyecto de fibra óptica constituye una “enorme plataforma” para la industria, aseguró.

La presidenta de Antel también informó que en Uruguay existen hoy 150 teléfonos celulares cada 100 habitantes, y que Antel cuenta con el 47% del mercado. Además de referirse a las inversiones en telefonía 3G y 4G, recordó que 100.000 clientes cuentan con el servicio Universal Hogares, que se ha extendido a hogares sin conexión telefónica fija.

Unidades productivas

Kreimerman finalizó el encuentro refiriéndose al rol de la política industrial, que tiene como parte de sus objetivos fortalecer y crear actividades intensivas en conocimiento; impulsar la diversificación de productos y mercados; fomentar la inversión en ciencia, tecnología e innovación (que, si bien se ha triplicado, aún es baja en términos internacionales: 0,8% del PBI), y promover la productividad de las mipymes.

La política industrial nacional incluye diversas herramientas, entre ellas 14 consejos sectoriales (conformados por los sectores público y privado, trabajadores y academia), acuerdos de comercio internacionales, acuerdos bilaterales con Brasil –nuestro mayor socio comercial-, la creación del Fondes para empresas autogestionadas, y la instalación de un Fondo Industrial para los sectores industriales que requieran apoyos especiales.

A esto se agregan subsidios de tasas para las mipymes, apoyo al patentamiento para este sector, la creación del Fondo de Diversificación de Mercados, incentivos fiscales y la adecuación del marco normativo.

También se apuesta al fortalecimiento de las compras estatales, en tanto que 1.809 proyectos fueron recomendados por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones en el primer semestre de 2013.

Paralelamente, la inversión extranjera ha aumentado de 417 millones de dólares (promedio 2001-2005) a 2.500 millones de dólares, lo que ubica a Uruguay como segundo país en América Latina en esta materia. La inversión de las empresas públicas, al mismo tiempo, está alcanzando registros históricos, recordó Kreimerman.

El ministro señaló que otras herramientas de la política industrial son los regímenes de promoción para ciertos sectores, la creación de centros de tecnología –como el recientemente inaugurado Centro de Extensionismo Industrial- y el apoyo a la investigación, la innovación y el desarrollo.

Fuente Imagen: www.altonivel.com.mx