Decenas de empresarios asistieron a un seminario sobre liderazgo y desarrollo del talento gerencial dictado por Alejandro Melamed, vicepresidente de Recursos Humanos de Coca-Cola para Latinoamérica Sur. Durante cuatro horas, el experto compartió sus experiencias y desarrolló diversos ejercicios destinados a trazar un «mapa personal” de cada uno de los asistentes para ayudarlos a visualizar sus objetivos en materia de éxito y manejo empresarial.
“Hay que pensar expansivamente, cuestionarse a uno mismo, escuchar con el corazón y la cabeza y contemplar la historia con la propia experiencia”, señaló durante el encuentro, que fue organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). A través de intercambios entre los asistentes, demostró la importancia de “escuchar a otros y que nos escuchen” y puso énfasis en la necesidad de prestar atención a los planteos de los integrantes de las empresas. “La gente puede olvidar lo que se le dice, pero no cómo se la trata”, afirmó.
En el comienzo de su exposición, Melamed se refirió a las principales macrofuerzas que caracterizan al mundo actual, que calificó como “volátil, incierto, complejo y ambiguo”. En ese marco, señaló que en el área laboral conviven desde la generación tradicionalista, integrada por los nacidos antes de 1945, hasta la denominada “generación Z”, nacidos después de 1992 y que se encuentran “conectados todo el tiempo”.
Con este escenario, los nuevos modelos de liderazgo han perdido su verticalidad y están influenciados por los nuevos modelos de familia, la diversidad, la tecnología y el creciente reclamo de bienestar. “Los trabajadores más jóvenes se caracterizan por la búsqueda de una vida digna de ser vivida. Ya no son aquellos que consideraban que se debía trabajar sin límites para sobrevivir. Hoy las empresas son más elásticas”, apuntó.
Melamed también habló de la inteligencia y afirmó que más allá de la tradicional, es necesario incorporar los conceptos de inteligencias múltiples, emocional, moral y práctica. Indicó que en el mundo actual “falta un baño de inteligencia moral” y recordó que “un daño de estas características puede destruir el trabajo de años en una empresa”.
Respecto al talento, mencionó 13 aspectos a tener en cuenta para desarrollarlo: creer en uno mismo, la pasión, la iniciativa, el foco, la preparación, la práctica, la perseverancia, el valor, la disposición de aprender, el carácter, las relaciones, la responsabilidad y el trabajo en equipo.
A partir de estos conocimientos, invitó a los asistentes a trabajar en la elaboración de un autodiagnóstico, identificando las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de cada uno y diseñando un plan estratégico personal. Ese plan, cuyo objetivo final es trazar un camino hacia el éxito, debe incluir la misión que cada uno siente que tiene en su empresa y los valores, lo que según Melamed, resulta clave para “dejar en los demás nuestra huella personal”.
“La diferencia entre un gerente y un líder es que el primero hace bien lo que hace, y el segundo hace lo que hay que hacer. El éxito en el liderazgo está en la intersección entre la excelencia y los valores. Se trata de pensar, sentir y hacer en sintonía”, explicó.
El seminario finalizó con el aporte de tres experiencias de empresarios de distintos rubros y un ciclo de preguntas donde se destacó la preocupación por el camino que debe seguir un líder para retener a sus mejores trabajadores. “No se trata de retener, sino de fidelizar. Hay que generar un verdadero enamoramiento de la gente por su trabajo y entender que el tema no está en que se queden, sino en que mientras estén, se sientan satisfechos y den lo mejor por la empresa”, concluyó Melamed.