A cinco meses del cierre de esta empresa, un nuevo golpe a la clase obrera.

La situación de los trabajadores de la empresa maderera de Tacuarembó, es fiel reflejo de las políticas neoliberales continuistas de nuestro país; que no han cambiado un ápice en estos años, en donde los grandes capitales, en forma salvaje y sin fronteras llegan a nuestro país a obtener el máximo de rentabilidad posible, sin tener que asumir responsabilidad sobre los derechos de los trabajadores cuando sus gestiones empresariales “ya no son redituables”.

Los derechos de la clase trabajadora se han conquistado a lo largo de muchos años y fueron obtenidos en las luchas obreras, y hoy no deben ser objeto de un avasallamiento por empresas piratas carroñeras, con la connivencia de sus más fieles representantes, como lo son el gobierno uruguayo y la multipartidaria.

El 29 de julio de este año, la firma ecuatoriana Aglomerados Cotopaxi, decidió cesar las actividades productivas de Urupanel, argumentando pérdidas económicas. Esta medida tomada sin previo aviso, dejó a 418 trabajadores sin su fuente de empleo en forma directa y por extensión se vieron afectados más de 200 obreros de empresas tercerizadas.

Durante estos 5 meses, los trabajadores se han movilizado en reiteradas oportunidades en defensa de la fuente de trabajo y buscando la reapertura de esta unidad productiva, con apoyo de organizaciones sindicales y sociales locales, pero sin éxito.

La única propuesta para comprar los activos de Urupanel, y por ende asumir el pago de los créditos laborales de los trabajadores, llegó de un consorcio empresarial chileno – brasileño, integrado por las empresas Frutifor y Kappesberg, en donde se proponía pagar a los trabajadores la liquidación por despido en dos partes, el 50 % al contado y el otro 50 % en cuotas bimensuales, otorgando un anticipo de 12.000 pesos, el día 23 de diciembre del corriente año.

El pasado día 23, cuando todo hacía suponer que se encontraba una salida a este tremendo embrollo, la empresa brasileña Kappesberg decide no respetar el acuerdo firmado con los trabajadores, con el interventor y con los representante de la maderera Urupanel y bajarse del mismo.

Esta acción fue un nuevo golpe a las y los obreros, que se enteraron que ya no cobrarían ese anticipo, en momentos en que concurrían a las entidades bancarias de Tacuarembó. La indignación y la impotencia era el común denominador entre los trabajadores, quienes no podían acceder a un derecho consagrado en legislación laboral.

A día de hoy, sólo la empresa chilena Frutifor mantiene su propuesta de adquisición de los activos de la maderera, asumiendo el pago de los créditos laborales en las mismas condiciones anteriores, pero sin comprometerse a contratar a ex-trabajadores de Urupanel o de Tacuarembó.

Todas estas  vicisitudes atravesadas por los trabajadores, no hace otra cosa que dejar de manifiesto:

lo vulnerable que sigue estando la clase obrera uruguaya ante este sistema imperialista-capitalista, que oprime y explota a los asalariados

la actitud entreguista y sumisa de un gobierno que se jacta de ser defensor de los intereses de los trabajadores, pero que no interviene decididamente para impedir el cierre de una unidad de producción, cuando se perderán 418 puestos de trabajo en Tacuarembó

el comportamiento carroñero de empresas piratas que depredan y expolian los bienes de nuestro país, lucrando a costa de las exenciones fiscales y especulando con la necesidad de las y los trabajadores.

Por los motivos expuestos:

1º – Manifestamos nuestra máxima solidaridad y apoyo a las obreras y obreros de la ex empresa maderera Urupanel, a sus familiares y al pueblo de Tacuarembó en su conjunto.

2º – Condenamos sin ambages, las acciones especulativas de empresas piratas como Kappesberg, que sólo persiguen sus réditos económicos, dejando de lado los derechos laborales y los intereses del país.

3º – Responsabilizamos al Poder Ejecutivo y a LIDECO (Liga de Defensa  Comercial) interventor de Urupanel, del fracaso del acuerdo y el no pago de los haberes a los trabajadores, en tiempo y forma.

4º – Responsabilizamos también a las corrientes oportunistas de la dirección del movimiento sindical, que han actuado como cómplices en el aislamiento y ocultamiento de este y otros conflictos en curso, con lo que tratan de evitar que se exponga la responsabilidad y la verdadera naturaleza de su gobierno, favoreciendo objetivamente al gran capital.

5°-Por la intervención estatal y gestión con control obrero de las empresas que estén en esta situación, poniéndolas a producir al servicio de los intereses de las mayorías. Por un país libre e independiente de la dominación imperialista, el gran capital y sus monopolios, que marche hacia el desarrollo de una sociedad sin explotados y explotadores.

“La causa de los pueblos no admite la menor demora”. José Artigas.

En Montevideo, a 31 de diciembre de 2014.

UNIDAD POPULAR – LEMA ASAMBLEA POPULAR.

Fuente Imagen: article.wn.com