fernando amadoY en medio de la polémica, también se escuchó la opinión del legislador del Partido Colorado, Fernando Amado, dando una visión particular, y por momentos incisiva y polémica, sobre la decisión del gobierno de decretar la esencialidad en la educación, asunto que, repercute ásperamente en la interna del Frente Amplio.

Compartimos el punto de vista de Fernando Amado:

“Un gobierno de izquierda poniendo de carnada ante la opinión pública a los docentes. Un gobierno de izquierda que pone de rehenes a los niños, niñas y adolescentes producto de su incapacidad para negociar con las corporaciones que paradójicamente trabajaron para que Tabaré Vázquez llegara al gobierno por segunda vez.

Los “defensores del pueblo”, contra el pueblo. Las corporaciones de trabajadores contra los trabajadores de a pie. Clase popular, contra clase popular.

El presidente Vázquez apelando a una ley (1968) del gobierno del “Pachecato” y a un decreto-ley de la dictadura cívico-militar (1978) para que un ex referente del sindicalismo, hoy ministro de Trabajo y Seguridad Social, firme el decreto de esencialidad de la educación por el plazo de 30 días.

Si viniera un extraterrestre, y usted le cuenta que el gobierno del Frente Amplio está haciendo lo que está haciendo no lo podría creer.

Ahora: ¿esto es producto de un giro copernicano del presidente Tabaré Vázquez en sus ideas? ¿Era una posibilidad impensable? Los dirigentes del Frente Amplio que hoy no se sienten representados por esta medida del presidente, ¿no lo conocían? El MPP, el Partido Comunista o incluso parte del Partido Socialista que hoy sangran por la herida de las enormes contradicciones entre su discurso y el accionar de SU gobierno, ¿no son responsables de todo esto?

Las respuestas a estas preguntas son contundentes. Fue el MPP y el Partido Comunista los primeros en ir a buscar a Tabaré Vázquez para “asegurarse” que fuera candidato así se minimizaba la posibilidad de una derrota del Frente Amplio. Pudo más el azúcar que pica los dientes de seguir en el poder a cualquier costo, que por ejemplo, haberse alineado con una figura que aparecía como la opción de izquierda ortodoxa, anti imperialista, enfrentada a los “aparatos represivos del estado” y a los lobbies empresariales: Constanza Moreira.

También no hay que dejar pasar el dato claro y contundente que el entonces candidato a la presidencia Tabaré Vázquez (apoyado por el MPP, por el Partido Comunista, por el Partido Socialista y por el sector del hoy vicepresidente Raúl Sendic) ya había advertido en 2013 que en caso de complicaciones tomaría este tipo de medidas. Importó más seguir con la manija del poder, por ello, todos quienes hoy lo rechazan en aquel momento hicieron mutis por el foro)

Antes de ello, el gobierno de José Mujica. “Educación, educación y educación” dijo el ex presidente José Mujica en su discurso ante la Asamblea General el 1 de marzo de 2010. Durante su gobierno se habló mucho y se hizo muy poco. En 2015 José Mujica dijo a los periodistas Ernesto Tulbovitz y Andrés Danza para su libro “Una oveja negra al poder”: “…a los gremios de la educación hay que hacerlos m…”. Hoy no habla.

En el medio de toda esta situación se escuchan tibias voces opositoras: algunos quieren quedar bien con dios y con el diablo; otros creen que la solución de un tema de la magnitud al que estamos enfrentados se resuelve mirándose a su ombligo con un proyecto de ley de su cosecha; otros se oponen a la medida presidencial, claro está, con la educación de su hijos asegurada en los colegios más caros del Uruguay y con la tranquilidad que luego de terminar el ciclo podrán pagarle estudios de perfeccionamiento en alguna de las más prestigiosas universidades del exterior.

Ante todo esto yo quiero ser muy claro y contundente en mi respaldo a la medida tomada por el presidente. Mi apoyo a la institucionalidad, y mi convicción que en estas instancias, no hay lugar para cálculos políticos, porque ellos son sinónimo de hipocresía, de personalismo y de ausencia de compromiso con el bienestar general. En pocas palabras, la mezquindad más aberrante de alguien que la sociedad espera que esté velando por los intereses de todos los uruguayos.

Nuestros niños, niñas y adolescentes tienen derecho a tener clases. Defendemos el derecho a que los gurises que asisten a la educación pública de nuestro país tengan clase. Son quienes están más indefensos, son el eslabón más débil de la cadena, y no sentimos otra cosa que estar allí junto a ellos. Estamos y estaremos siempre del lado de los más humildes. Nunca de los corporativismos, que por definición, buscan su interés particular y no el interés general.

En las actuales circunstancias la única manera de cumplir con ello, es a través de la esencialidad. Claro está, NUNCA deberíamos haber llegado a este momento y ello es entera responsabilidad de Tabaré Vázquez y de todo el Frente Amplio. Con la esencialidad queda demostrada la absoluta incapacidad de buscar soluciones reales por parte del gobierno.

“Cuando todos es prioridad, nada es prioridad” le escuché decir muchas veces al ex presidente Julio M. Sanguinetti (presidente colorado muchas veces tildado de “facho” por dirigentes del Frente Amplio y organizaciones sociales, pero que NUNCA decretó la esencialidad de la educación, ni en su peor momento cuando enfrentó una huelga de docentes por más de 50 días en su primer gobierno).

Esa frase del Dr. Sanguinetti, que comparto en su totalidad, adquiere en estas circunstancias enorme vigencia.

Por ello tampoco quiero terminar estas líneas, sin decir también con total claridad que la lucha por un salario decente por parte de los trabajadores es una causa por demás justa. Los sueldos eran y son una miseria. Si verdaderamente la educación es la prioridad, hay que rascar de donde sea para lograr salarios dignos para los docentes. Siempre hay de donde recortar, y mi compromiso es apoyar en el tratamiento del presupuesto nacional cualquier vuelta que se le encuentre a esto. Se saque de donde se saque. Allí será donde se vean las prioridades.

Vaya saber uno de donde se saca que porque los docentes en su enorme mayoría son vocacionales deben hacer su trabajo de forma excelente más allá del salario que perciban. Es un milagro que todavía haya docentes que, más allá de su salario, dejen todo en la cancha.

Vivimos en una sociedad capitalista, consumista, en donde importa (y mucho) el dinero y el poder adquisitivo. Estará bien, o estará mal, pero es la cruel realidad. Por eso cuando hay un llamado a ingresar al parlamento como ujier (para servir café) se anotan decenas de miles de uruguayos, muchos de ellos profesionales. O cuando hay un llamado a concurso de ingresos de la intendencia de Montevideo pasa lo mismo. Si los sueldos docentes se parecieran en algo a los de los ujiers o a los de los funcionarios municipales, no tengo ninguna duda que tendríamos decenas de miles de uruguayos queriendo seguir la carrera docente. Es momento de derribar prejuicios y dogmatismos. Es hora”.

Fuente Imagen: www.eldiario.com.uy