paz-colombiaPor Hugo Machín Fajardo.

“De pronto el festejo anticipado del Sí que fue esa movida con presencia de invitados especiales, en realidad restó otro porcentaje de votos. De esperar al presidente Barak Obama, a la primera ministra alemana Ángela Markel y a Jorge Bergoglio (Francisco), al final del día, los que estuvieron como grandes personajes fueron Raúl Castro y Nicolás Maduro, figuras para nada apreciadas por tirios y troyanos en Colombia.

Incertidumbre de zona gris. Con esa sensación amaneció Colombia la mañana siguiente del domingo en que la mayoría ciudadana rechazó el acuerdo negociado durante seis años entre el Gobierno y las Farc.

En 13 millones de votos emitidos, 6´430.653, fueron por el No (50,22%); y 6´373.563, por el Sí.

La abstención alcanzó el 62% del cuerpo electoral (32´500 mil inscriptos), la más alta en los últimos 22 años, pero la sensación es que el país está dividido respecto a cómo debe finalizar el conflicto iniciado por las Farc desde 1964.

El Plan B, si así lo habían diseñado los respectivos actores de esta instancia, no se hizo esperar. El presidente Juan M. Santos, principal derrotado del domingo, adelantó que se mantiene lo acordado en La Habana respecto al cese del fuego bilaterial, desde que es potestad del Presidente de la Republica mantenerlo o no, pero también dijo que la fecha límite de esa situación es el 31 de octubre. Convocó a sus vencedores a incorporarse al rediseño que se hace imperioso realizársele a un acuerdo que llegó a tener el respaldo de toda la comunidad internacional.

Las Farc, a través de su jefe Timochenko (Rodrigo Londoño), reafirmaron que se mantienen en la búsqueda de la paz y que su gente no vuelve a la guerra, aunque el martes 4, Timochenko preguntó si en noviembre regresa la guerra.

El expresidente Avaro Uribe, con un evidente cambio de tono, adelantó que él también propone “un gran pacto nacional”

¿Qué pasó el domingo? Las encuestadoras se habían equivocado feo: todas las firmas dedicadas a sondeos daban un triunfo del Sí en el entorno de 65 a 35. Todos los medios de comunicación importantes, a excepción de RCN radio y RCN Televisión, estuvieron a favor del Sí, y lo mismo los principales columnistas del país, con excepción de unos pocos partidarios del No.

“Perder también es ganar”. La frase del DT Francisco “Pacho” Maturana pronunciada cuando estuvo al frente de la selección colombiana de futbol, ha quedado en el imaginario del país cafetero y se la evoca en las más disimiles situaciones. En este caso, aplica para quienes legítimamente entienden que el país perdió una oportunidad; pero también pueden emplearla quienes legítimamente votaron No porque no les conformaba a la totalidad de las 297 páginas acordadas en La Habana, aunque desean tan fervientemente el fin del conflicto como sus ocasionales adversarios del domingo en las urnas.

¿Qué hubo errores y falsedades durante la campaña? Ni hablar. Desde el Sí, se dijo que de no ganarse el plebiscito pasarían 10 años antes de volver a negociarse un acuerdo, y que el gobierno y las Farc se verían “dentro de 20.000 mil muertos”. El lunes 3, viajaron a Cuba los negociadores gubernamentales a reunirse con las Farc.

Se utilizó todo el peso del aparato estatal al servicio del Sí, algo muy cuestionado por quienes no estaban afines a esa posición.

El acto en Cartagena del lunes 26, el mismo día en que moría el pequeño Yorman Felipe González (6), al pisar una de las miles de minas sembradas en veredas y sitios frecuentados por población civil, incluidos proximidades de las escuelas rurales, quizás fue un removedor para un sector de votantes.

De pronto el festejo anticipado del Sí que fue esa movida con presencia de invitados especiales, en realidad restó otro porcentaje de votos. De esperar al presidente Barak Obama, a la primera ministra alemana Ángela Markel y a Jorge Bergoglio (Francisco), al final del día, los que estuvieron como grandes personajes fueron Raúl Castro y Nicolás Maduro, figuras para nada apreciadas por tirios y troyanos en Colombia.

La ex senadora Piedad Córdoba, quien ha cumplido un papel de enlace entre el Gobierno y la dirigencia de las Farc, -que incluso le costara un enjuiciamiento y pérdida de su banca dos hechos impulsados por la derecha colombiana- subrayó que “esta paz” los colombianos se la debían a Hugo Chávez. Declaración, por lo menos, desafortunada. Chávez fue durante años el suministrador de recursos y asilo a los jefes de las Farc; así como uno de los beneficiarios del negocio del narcotráfico manejado por esa guerrilla., desde que Venezuela es una de las principales rutas de salida de la coca.

El No también embarró la cancha. El ex presidente Uribe permanentemente utilizó el eslogan de que Colombia sería entregada al “castro-chavismo”. La Iglesia Católica, soterradamente; y las cristianas- que agrupan a siete millones de seguidores- más abiertamente, confundieron a su feligresía. Como en el documento de La Habana se incluye el concepto de género, desde que la mujer ha sido la victima principal de la violencia en todos sus aspectos, lo transformaron en la muletilla de “la ideología de género” y predicaron que con el Sí se impondría el aborto, la eutanasia, la adopción de menores indiscriminada por homosexuales.

La prueba del nueve la aportó el lunes 3 el ex Procurador General de Colombia, Alejandro Ordoñez, hombre del Opus Dei, quien twitteo: ”Ha votado la Colombia Creyente”, en confirmación de que las multitudinarias manifestaciones religiosas registradas en agosto contra “la ideología de género”, reaparecieron votando por No.

Naturalmente que en ambas tesituras expresadas en las urnas confluyen diferente posiciones. En los votantes del No existen reales argumentos relativos a la justicia transicional; a la adjudicación de diez de las 268 bancas del Congreso durante dos periodos electorales consecutivos a las Farc; a la reforma del agro acordada, entre otros aspectos.

La mañana siguiente, es una enseñanza del líder de la izquierda uruguaya Líber Seregni (1916 -2004). Decía que siempre, siempre, en política se debe pensar en “la mañana siguiente”. Y Colombia hoy vive su mañana siguiente: los partidarios del Sí y del No ya designaron sus representantes para renegociar lo pactado en La Habana. El comandante del Ejército, general Alberto J. Mejía, en un mensaje dirigido a los 200.000 uniformados ha dicho que “es un ejército de honor” y cumplirá su palabra de cese del fuego. Los 29 generales de la Policía Nacional, previamente al plebiscito, enviaron un mensaje a la ciudanía en el que llamaban a vota por Sí porque es”la ahora del perdón y la reconciliación”. Uribe ha dicho en las últimas horas que se debe resguardar a los guerrilleros que ya se han concentrado en los puntos asignados. Si bien la dejación de armas y la de movilización se congelan, las Farc también aseguran que desean la paz.

Los expertos en el conflicto también advierten que esta detente en el cronograma que desembocaba en el ansiado posconflicto, no puede ser muy dilatado. El tiempo conspira contra el mantenimiento de la situación que surgió de las urnas.

Por lo pronto, el lunes el ejército destruyó dos campamentos para albergar a 30 guerrilleros del ELN en el departamento del Cauca; y el martes, hubo dos voladuras de oleoducto, atentado en que son especialistas los ‘elenos’ como aquí se les llama”.

Fuente Contenido e Imagen: www.analisislatino.com