MIDESpor Marcelo Márquez (Columna de Opinión). La situación, triste, no admite dos lecturas, más allá de un confuso intento del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) de aclarar los hechos y de procurar justificar su omisión ante el padre que junto a su hijo, en situación de calle, no lograron un refugio, bajo el fundamento de que “solo aceptan a madres con hijos”.

Sí, el MIDES degeneró.

Uno de sus cometidos es “Implementar, ejecutar y coordinar programas de Atención a la Emergencia Social, mediante la cobertura de las necesidades básicas de quienes se hallan en situación de indigencia y de extrema pobreza, buscando el mejoramiento de las condiciones de vida y su integración social”.

Y ya hace tiempo degeneró en su función porque ha perdido progresivamente su cualidad que tenía originariamente.

De un proyecto asistencialista a los más desvalidos y necesitados –objetivo muy loable en un proyecto de gobierno- ha pasado a una situación de meramente sustentar a un grupo cada vez mayor de ciudadanos sin habilitar una ruta de salida que los haga crecer, convirtiéndolos en pescadores de su propio pan, en lugar de repetir la misma fórmula que solo provoca dependencia del Estado.

“Toda medida que funda la caridad legal sobre una base permanente y que le da una forma administrativa crea, pues, una clase ociosa y perezosa, que vive a costa de la clase industrial y trabajadora. Ahí está, si no su resultado inmediato, al menos su consecuencia inevitable”. No es nuevo, al parecer está todo inventado. Los conceptos corresponden al pensador francés Alexis de Tocqueville en “Memoria sobre el pauperismo”.

Habrá que estar atento. Esperemos que este sea un episodio aislado, y que no estemos ante un hecho que desnude otra realidad más profunda en donde la sociedad uruguaya deba abrir los ojos, so pena de tener que lamentarse de un mayor fraccionamiento en el futuro.

Si fuese una postura institucional, daría para pensar que el MIDES de(generó) porque la actitud tomada ante este hecho contiene en el fondo un sesgo ideológico: la predominancia de la ideología de género en una de sus aristas: se puede ayudar a una mujer con un hijo a cargo pero no en el caso que se trate de un hombre. Ahí, en ese caso, mandamos al niño al INAU y al padre a uno de los refugios. O sea, agravamos la vulnerabilidad.

Pareciera ser que toda concepción que se funde sobre la figura paternal, aunque en este caso, sea responsable, se le marque con un signo negativo.

Solidaridad

Pero no todo está perdido. “El padre con su Niño anoche durmieron bajo techo. Un compañero del Gremio le prestó un apartamento por la zona de Millán y Lecocq. Comieron y durmieron. Allí estarán hasta que se estabilice con trabajo y un lugar donde vivir. Esto se llama SOLiDARIDAD”, expresó el referente sindical Richard Read.

Se le ha apoyado con vestimenta y hay quienes realizan gestiones para proporcionarle un trabajo al padre del niño.

Fuente Imagen: radiotabare.com.uy