Fundación Hogar Nuevos Caminospor Marcelo Márquez. En Uruguay se perciben muchos hombres en situación de calle. ¿Qué pasa con ellos? ¿Quiénes los ayudan? ¿Es posible encontrar la salida y reinsertarse nuevamente en la sociedad?

La Fundación Hogar Nuevos Caminos procura dar una respuesta para estos complejos casos, y ubicada detrás del Aeropuerto aspira ser el puente para que muchos puedan levantar vuelo.

El pasado 13 de julio una delegación de esta institución concurrió a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, expuso su visión y exploró la posibilidad de encontrar respaldos por parte del Estado.

PRESIDENTA (Lilián Galán). Habiendo número, está abierta la sesión.

La Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda da la bienvenida a las representantes de la Fundación Hogar Nuevos Caminos, Macarena Iruleguy y Geraldine Bonilla, quienes dispondrán de quince minutos para hacer su planteo.

IRULEGUY (Macarena). Buenos días. Soy licenciada en comunicación. Actualmente, soy la directora de la Fundación Hogar Nuevos Caminos.

BONILLA (Geraldine). Buenos días. Soy licenciada en psicología.

IRULEGUY (Macarena). La Fundación Hogar Nuevos Caminos está funcionando desde hace un año y un mes. Desde esta Fundación se procura hacer frente a una realidad que vemos que hoy en día no está totalmente solucionada, como la de los hombres en situación de calle. Estamos abocados a tratar de solucionar la situación de los hombres que realmente quieren salir de la calle, pero no pueden hacerlo. Quedan en la calle por un montón de circunstancias y quieren salir, pero no saben cómo hacer: «No tengo un techo. ¿Cómo hago para trabajar? Si no tengo trabajo, ¿cómo hago para vivir?».

Nuestra tarea es identificar a esos hombres que viven en situación de calle, que no se drogan, que no tienen adicciones ni deficiencias mentales que no les permitan conseguir un trabajo y ser independientes.

Se busca a esas personas y se hace un proceso de selección. Vamos al lugar en el que viven, hablamos con ellos y tratamos de explicarles cómo funciona la Fundación. Si ellos están de acuerdo con salir de esa situación, se les hace un examen médico para saber si están bien de salud, para luego no tener problemas dentro del Hogar, y un examen psicológico, a fin de identificar ciertos rasgos. Una vez que se dan estos pasos, si todo está bien, estas personas ingresan al Hogar. Una vez allí, comienzan un proceso de entrenamiento en lo que respecta a hábitos generales: deben levantarse temprano, hacer la cama, cocinar, ayudar dentro del Hogar, convivir con los demás. Para todos nosotros, esto puede ser muy simple, pero para ellos representa una dificultad porque, en algunos casos, llevan muchos años viviendo en la calle.

De manera que, primero, se trata de enseñar estos hábitos. Una vez que estas personas los adquieren y están más capacitados para trabajar, se les busca un empleo, de acuerdo con sus habilidades. Muchos han sido albañiles o carpinteros. La gran mayoría de la gente que quiere salir de la situación de calle ya tuvo una vida inserta en la sociedad. Se les trata de conseguir un trabajo. Luego de que logran trabajar durante determinado tiempo, en general, tres meses, si vemos que están bien, se les trata de encontrar un hogar en el que puedan vivir, ser independientes económicamente y reinsertarse en la sociedad.

Actualmente, sacamos a dos personas de la calle. Uno de ellos vivió cinco años en esa situación. En este momento, está trabajando y viviendo en su propia casa. El otro, es un chico que estudiaba ingeniería y había quedado en situación de calle. Ahora vive en una residencia estudiantil, trabaja y empezó a tener una vida independiente. Hay otro hombre que también está por salir y están por entrar tres más. La Fundación tiene capacidad para ocho personas.

Para nosotras y el resto del equipo es un gran desafío poder cumplir con ellos. Esta tarea es necesaria, porque hay muchas personas en la calle y una gran parte quiere salir de esa situación. El refugio no es la solución, porque ellos pueden dormir en el refugio, pero luego deben salir a enfrentar su realidad, que nos les permite trabajar si no tienen un puente para poder hacerlo.

BONILLA (Geraldine). La Fundación no solo se encarga de los residentes que pasan el proceso de selección, sino que cuando recibimos a personas con consumo problemático de sustancias o que tienen alguna enfermedad trasmisible o de contagio se tienden redes, de manera de no dejar a nadie sin ningún recurso. Ese es el objetivo principal de esta Fundación: brindar los recursos necesarios para aquellos que están en situación de vulnerabilidad y necesitan sostén y apoyo de parte de un equipo y un lugar para poder plantearse objetivos y desterritorializarse de la situación en la que se encuentran. Esa es una parte principal del proceso, es decir, plantear objetivos que logren un movimiento psicológico, económico, social, desde la perspectiva de la persona y que ese movimiento los ayude a mantenerse luego del egreso en la situación de logros que hayan conseguido.

Más allá de las personas que hacen el proceso con éxito, consideramos que en todos los casos, desde el postulante que viene a la entrevista de ingreso hasta el que se va de la Fundación eso también pasa, se genera un movimiento. Cuando nos contactamos con las personas que se fueron, con las que volvieron a la situación de calle o no pasaron las entrevistas, siempre hay una buena respuesta a la Fundación, ya que consideran que hubo aunque sea un pequeño cambio, un momento de charla, un momento de escucha de su historia; saben que se brinda la posibilidad de un lugar. Saben que si pasaron por el Portal Amarillo, pueden ingresar; saben que si se fueron porque no pudieron sostener el proceso, pero en otro momento quieren regresar porque se sienten más capaces de hacerlo, serán bien recibidos.

IRULEGUY (Macarena). La idea es vincularnos con otras instituciones. Por ejemplo, ahora va a entrar un exconvicto de Punta de Rieles. Aspiramos a ser un puente entre las instituciones  por ejemplo, el Mides, la cárcel o aquellas que rehabilitan a personas con problemas con drogas  y las personas que están en situación de calle y de máxima vulnerabilidad, a fin de que puedan reencontrarse con una sociedad que tiene un montón de desafíos, de trabajo y de límites, que a ellos tanto les cuesta enfrentar, más que nada al hombre. ¿Por qué al hombre? Porque el hombre no tiene tanta ayuda.

Queremos hacer frente a una situación que sentimos no está cubierta.

VIEL (Stella). ¿Dónde está el refugio?

IRULEGUY (Macarena). No es un refugio; es un hogar, que está abierto las veinticuatro horas; viven allí.

Está frente al aeropuerto, detrás del Castillo Encantado.

CARRASCO (Andrés). Me gustaría saber si tienen algún convenio o si han golpeado la puerta del Mides para este tipo de emprendimiento que llevan adelante.

IRULEGUAY (Macarena). Hemos tenido reunión con el Mides. Inclusive, colaboramos con un señor que el Mides necesitaba tenerlo en un hogar. Lo ayudamos más que nada para generar un cierto acercamiento con el Mides. Creemos que para ellos esta sería una gran solución, porque les estaríamos brindando otro tipo de ayuda. Sin embargo, aún no hemos tenido respuesta.

Reitero: nos hemos reunido con el Mides, conocen lo que hacemos, pero no logramos generar cierto vínculo con ellos.

Que esta persona se reinserte en la sociedad es un proceso que tratamos de lograr en menos de un año. Realmente nos ha resultado, porque hay muchas personas en situación de calle que quieren salir adelante, y que ni bien escuchan de esta posibilidad, no pueden creerlo. No pueden creer que haya alguien que confíe en ellos y que sea posible salir. Ya con poder mostrarles que es posible salir adelante, el cambio es brutal. Estamos hablando de personas en situación de calle que vivieron arriba de un cartón durante cinco años y que hoy trabajan, son económicamente independientes y tienen su techo. Se puede. Solamente hay que darles la posibilidad; eso es lo que tratamos, porque no existe esa posibilidad en Uruguay.

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