La Cámara de Representantes se reunió en sesión especial este miércoles 10 de julio para referirse al Día Mundial del Medio Ambiente, instancia que se conmemora el 5 de junio de cada año.

En esta oportunidad compartimos la ponencia del diputado Gerardo Amarilla (Partido Nacional), quien además posee un máster en Derecho ambiental en la Universidad Internacional de Andalucía, y reflexionó sobre el Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, la contaminación del aire y la necesidad de asumir las responsabilidades para con nuestro ambiente y las futuras generaciones.

“El 5 de junio de 1972 se inauguraba la Conferencia de ONU sobre Medio Humano en Estocolmo Suecia, dando lugar a la inclusión oficial en la agenda de la Comunidad Internacional a los temas de medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Desde 1974 se ha establecido a esta fecha como para celebrar el día del medio ambiente y más que una celebración entendemos que es una oportunidad especial para la reflexión sobre esta temática.

No es nuestro interés hacer un balance de la situación ambiental pero queremos señalar algunos objetivos establecidos en la Agenda Sostenible de Naciones Unidas para el 2030 y el grado de avance que podemos visualizar en nuestro país:

“15.1 De aquí a 2020, asegurar la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales”…Aquí tenemos un gran déficit, tanto en la gestión del recurso hídrico en nuestro país, la grave y seria afectación de las cuencas principales en nuestro territorio y la deficiente gestión de agua dulce, sobre todo en el ciclo hidrológico urbano, la perdida enorme de agua potabilizada, el bajo porcentaje de tratamiento de aguas, entre otros.

“15.3 De aquí a 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con efecto neutro en la degradación de las tierras” también apuntar un deficiente control en el uso de suelos y el uso intensivo de agro químicos que han tenido su visible impacto en los cursos de agua.

“15.5 Adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de biodiversidad y, de aquí a 2020, proteger las especies amenazadas y evitar su extinción” Aquí una especial referencia a lo que ha significado la pérdida de nuestra biodiversidad en ríos y arroyos a partir del cambio en las condiciones de calidad y propiedades químicas del agua que hay tenido una gran impacto ambiental, fundamentalmente por la contaminación y degradación. Cuya magnitud tal vez ni siquiera podamos cuantificar pero seguramente es muy importante.

“15.7 Adoptar medidas urgentes para poner fin a la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas de flora y fauna y abordar tanto la demanda como la oferta de productos ilegales de flora y fauna silvestres”, aquí también una especial referencias al tráfico de aves que lamentablemente se realiza desde nuestro país y no contamos con la debida fiscalización para impedir esta práctica.

“15.8 De aquí a 2020, adoptar medidas para prevenir la introducción de especies exóticas invasoras y reducir significativamente sus efectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos y controlar o erradicar las especies prioritarias”. Como ejemplo en Uruguay destacamos el Capim Annoni (Eragrostis plana) esa maleza que ingreso al Uruguay a través de la frontera con Brasil, avanzando por el territorio nacional y colonizando caminos y rutas, impactando en nuestra biodiversidad y afectando gravemente a las pasturas naturales y a la producción agropecuaria.

“15.9 De aquí a 2020, integrar los valores de los ecosistemas y la biodiversidad en la planificación, los procesos de desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad nacionales y locales.” Debemos ser especialmente cuidadosos en la evaluación de aquellos mega proyectos que por la promesa de desarrollo y empleo, pueden hipotecar irreversiblemente la calidad de nuestro ambiente pero sobre todo las posibilidades de desarrollo de las futuras generaciones. Debemos evaluar su impacto ambiental con la mayor seriedad y rigurosidad y volver a evaluar si fuera necesario.

En la conmemoración de este año 2019 se ha elegido la contaminación del aire. Y a China como el país encargado de la organización oficial del evento, siempre con el alto patrocinio de la organización de las Naciones Unidas.

La sola mención del tema de la contaminación del aire nos está indicando que es preciso profundizar las acciones para llevar adelante la gran empresa civilizatoria de nuestro tiempo que no puede ser otra que encaminar la forma del desarrollo humano hacia la gran transición que impone la impostergable lucha contra una forma de contaminación que deteriora de manera silenciosa pero irreversible las condiciones de vida y la viabilidad de la propia civilización humana.

El imperativo político es el abandono de los combustibles fósiles como fuente básica de los insumos energéticos en que está basada la actividad económica y social planetaria. Como lo dice António Guterres, Secretario General de la ONU «Es hora de actuar con contundencia. Mi mensaje a los gobiernos es claro: gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. Necesitamos una economía verde, no una economía gris».

Frente a ello recordamos con vergüenza que hace muy pocos años estábamos buscando en nuestro territorio y en la plataforma continental, yacimiento de petróleo. Con vergüenza y con una mezcla de tranquilidad de no haberlo hallado y de preocupación debido a que sólo en la búsqueda, ya ocurrieron accidentes ambientales que dejaron secuelas en las aguas subterráneas.

En términos metafóricos pero muy claros por cierto, esta transición que se impone de manera urgente en esta hora de la humanidad se expresa en la lucha por una economía verde y contra una economía gris. Y esta lucha abarca desde la gran industria hasta el interior de los hogares, pues la más letal de todas las formas de contaminación aérea es la que ocurre en el interior de millones de hogares que por las formas de combustión y de energía usadas para proveer a la alimentación y el abrigo, transforman A la vivienda de las poblaciones vulnerables en un foco terrible de contaminación y muerte. El resultado es entonces que la civilización del petróleo y de los combustibles fósiles ha instaurado vectores que tanto en lo macro como en lo global afecta el equilibrio del ecosistema biosferico como en lo micro y doméstico afectan la vida de los niños, De los ancianos, de las mujeres y de los hombres más expuestos y vulnerables de la sociedad.

Demás está decir que este escenario de deterioro que nos plantea la contaminación aérea, al primer sector que interpela de manera urgente es al sector político y en particular A quienes tienen en la sociedad la misión de generar la ley, que en este como en todos los casos es el gran instrumento para impulsar los cambios necesarios, así como de controlar su aplicación y de promover la toma de conciencia social Respecto de la lucha contra la contaminación En todas sus formas y particularmente contra la contaminación del aire.

Y por las especiales circunstancias que vive hoy el país lanzo desde aquí una idea positiva y concreta, y es la de que todas las fuerzas políticas, absolutamente todas, asuman el compromiso de un gran acuerdo nacional para generar un marco legal específico nacional que mejore los instrumentos de lucha en el tema del cambio climático y de la contaminación del aire, con el concurso de todos los sectores de la sociedad, de la academia, Del mundo industrial y económico, de los trabajadores, de los empresarios, de las amas de casa y los movimientos sociales y de voluntariado. Uruguay no está exento de los temas de contaminación ni de la contaminación del aire ni de la contaminación doméstica también denominada en inglés Indoor. En este último aspecto por otra parte está faltando una investigación seria del estado de situación concreto en que se vive en las zonas más deprimidas en lo social y económico de nuestro país y en particular en los asentamientos irregulares y otras formas de deterioro habitacional. Trabajar en la construcción de la economía verde, como se ve, es un desafío para toda la sociedad, pero impostergablemente requiere de respuestas específicas eficientes y eficaces por parte del sector político. La economía verde es sin duda hoy la construcción histórica que nos permitirá estar a la altura del mandato del constituyente cuando ha establecido en el artículo 47 de la Carta que la protección del ambiente es de interés general. Y será una manera en que la actual generación, de forma positiva, estará mínimamente saldando la enorme deuda que tiene la historia humana particularmente en los últimos 300 años con las futuras generaciones desde que cada avance milimétrico de deterioro de los bienes ambientales que nuestra forma de vida produce y cada pérdida de material genético que ocurre continuamente, representará seguramente una importante limitación y privación en el goce de los bienes ambientales al que tienen derecho las mujeres y los hombres, los anímales y las planta, los ríos y paisajes del futuro.

Debemos asumir nuestra cuota parte de responsabilidad en las diferentes áreas de gobierno, tanto en el ámbito de la legislación, como de la gestión y ejecutivo, a los efectos de cumplir con esos objetivos consagrados por la comunidad internacional, pero sobre todo con nuestro ambiente y con el legado que vamos a dejar a las futuras generaciones de nuestro país”.