Sociedad Uruguaya

Ponele Techo a la Navidad

Si bien a esta altura del año todo el mundo parece estar
falto de tiempo, los jóvenes de Un Techo Para Mi País dedicarán todo este fin
de semana (15, 16 y 17 de diciembre de 2007) a construir viviendas para 41
familias. El lema es «Ponele techo a la Navidad».


Vivienda definitiva. Es el anhelo de cientos de
voluntarios de Un Techo Para Mi País.

Esta vez serán ocho los asentamientos donde se construirán
viviendas de emergencia: Torre 8, Bañados de Carrasco, Nuevo Ellauri, 1º de
Mayo, Villa del Chancho, Marconi, 24 de Junio y Huerta Artiguista. Las obras se
llevarán a cabo durante el sábado y domingo.

Compromiso

Trescientos jóvenes fabricarán 30 casas. Mientras tanto, el
lunes harán 11 casas en Villa del Chancho. Ignacio González, integrante de Un
Techo Para Mi País, explicó que «a pesar de ser una fecha complicada, la
realidad de la pobreza continúa». Es el compromiso que los jóvenes
mantienen con la sociedad el que los impulsa a desarrollar la última jornada de
construcción del año.

Evaluación

El mes de diciembre es, para muchos uruguayos, un período de
reflexión sobre todo lo hecho y lo que faltó hacer en el año. Los chicos de
«Un Techo…», aseguran que fue un «muy buen año». Además
de llegar a las 850 casas, en algunos asentamientos ya están desarrollando la
segunda etapa del programa previsto.

«En algunos puntos de Montevideo ya estamos en la etapa
de habilitación social», enfatizó Ignacio. El fin último del programa es
el desarrollo integral de las personas.

Es por ello que luego de construir las viviendas, los
voluntarios continúan asistiendo a los asentamientos para conocer las
necesidades de los habitantes y enseñarlos a resolverlas.

«Después nosotros vamos a ir desapareciendo de a poco,
para que los vecinos aprendan a tomar decisiones en grupo y se transformen en
un barrio como cualquier otro», concluyó.

Un techo, una casa, un barrio

Luego de la construcción de las viviendas de emergencia
entre los vecinos y los voluntarios de Un Techo Para Mi País, el trabajo
continúa. En una segunda etapa, a través de diversos planes se incentiva la
formación integral de los vecinos, además de la inserción social. Educación,
salud, capacitación en oficios y desarrollo de mano de obra son algunas de las
actividades que se llevan a cabo. Para eso previamente se realizan mesas de
trabajo semanales entre los vecinos y algunos voluntarios que concurren sábado
a sábado. Allí quedan en evidencia los problemas fundamentales del asentamiento
y se los ayuda a buscar las soluciones. Además, se promueve un desarrollo de liderazgo
comunitario. La tercera etapa consiste en llegar a la vivienda definitiva y
conformar un barrio. En Chile, país donde nace la organización, luego de 7 años
de trabajo 30 familias alcanzaron su casa definitiva.

Fuente: Diario La República. http://www.larepublica.com.uy

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