Sociedad Uruguaya

Scavarelli: Lo peor en cualquier momento

El diputado colorado Alberto Scavarelli alude al tema de la seguridad pública y las medidas que a su entender deberían implementarse en nuestro país.

El hecho de estas horas, fue el asalto a un bus por dos menores cuya edad se estima en 12 años o menos, quienes acometen a balazos contra un transporte público lleno de pasajeros y que no terminó en drama por feliz casualidad. Dejó gente sometida a tratamiento medico por el estrés vivido y a todos con la certeza que puede pasar lo peor en cualquier momento.

Los hechos se acumulan y no hacen más que comprobar preocupaciones. En su momento planteamos anticipadamente los dos extremos que encuadran estos hechos que parecen salidos de la ficción.

La sumatoria del consumo de drogas, e y un delito «bien cometido» un mérito, la deserción educativa en los lugares mas complejos y la aparición de zonas y horarios donde el delito y su violencia están en franco crecimiento.

Publicamos desde estas mismas paginas un editorial que llamamos «los nuevos héroes de la ciudad» refiriendo a aquellas personas que trabajan como conductores de omnibuses, camiones de reparto , ambulancias, taxis y tantos otros, que cuando salen a trabajar cada día en ciertas zonas, literalmente se juegan la vida por el solo hecho de transitar en ellas.

El delito es siempre un devastador impacto, pero cuando se instrumenta con la violencia y el desprecio a la vida que se verifica a diario en nuestras ciudades, el factor de temor y alarma social se incrementa hasta límites difíciles de manejar y cuya solución no pasa por el ocultamiento.

La gente se siente indefensa. No es un tema de política partidaria, es un tema de política pública. Cuando los pueblos temen con razón, no puede soslayarse el tema y si la gente se siente indefensa procurará defenderse como pueda. De allí a la justicia por propia mano y la confrontación es solo un paso. Después de todo Río de Janeiro y su drama lo conocemos todos y esta muy cerca nuestro como para no tenerlo presente.

Allí la policía se vio superada, y el estado, como la ley no puede renunciar en su imperio so pena de dejarnos en la indefensión de la barbarie, debió actuar en consecuencia con todos sus recursos, quizás porque actuó demasiado tarde, o porque cuando estaban en la etapa en que hoy estamos aquí, tal como nosotros ahora, dejaron de hacer todo lo necesario a tiempo para evitar males mayores, hasta llegar al drama de hoy con militares en combate civil, con armas de guerra entre la gente.

Gobernar es oportunidad y conveniencia en lo público que es una forma de llamar a lo que es de todos y en consecuencia es solo responsabilidad y no patrimonio de nadie nunca. Actuar fuera de tiempo es una forma más del actuar mal

Estos temas no pueden enojar a ningún gobierno de turno como tampoco pueden ser caudal simplificador de la oposición.

Se trata de comprender que la realidad y su creciente violencia esta presente, que no es simplificable ni reductible y que su manejo requiere determinación y acción intensa, total y a tiempo.

Advertimos, informamos, dejamos constancia y editorializamos desde hace tiempo, sobre el tema de la incidencia del consumo de drogas y el desarrollo epidémico de las enfermedades mentales, muchas veces subsumidas en los denominados trastornos de conducta.

Lo cierto es que en la sociedad hay gente de todas las edades y muchísimos menores de edad que están padeciendo severos trastornos y que armados salen a delinquir por o para las drogas, con alteraciones absolutas de la que denominamos «la ecuación de la violencia esperada».

Delitos como la rapiña o el copamiento, terribles por si para quien las padece, se tornan en dramáticos cuando la ejecución de los mismos esta relacionada con personas manifiestamente alteradas, que a su cuota de violencia le agregan una alta dosis de irracionalidad y desprecio por la vida de los demás o entre ellos mismos.

Son plenamente concientes de su acción delictiva, pero actúan desde la sobrexcitación que deriva de su relación con la droga.

Cuando elaboramos la vigente ley de drogas en Uruguay en 1998, desde anteriores funciones, establecimos y así se aprobó unánimemente en el parlamento, la ley por la que trabajamos desde el Presidencia de la República, con el apoyo invaluable de expertos de las universidades, del Poder Judicial , Fiscalías y Legisladores que trabajaron intensamente en su aprobación, en un tema que diez años atrás ya advertimos por nuestra experiencia vivida al frente de OEA y la ONU presidiendo estos temas, como un peligro instalado en otras partes, que se acercaba peligrosamente a muestras tierras.

El consumo de drogas y el delito con sus consecuencias mas allá de los delitos de narcotráfico en si mismos, una vez instalados son de muy difícil control.

Es por eso que al redactar aquella ley que hoy nos rige establecimos como agravante la autoría de delitos bajo el efecto del consumo de drogas, por la sencilla razón que no actúa igual un delincuente cuando delinque bajo el preordenado o inevitable efecto, por ejemplo, del consumo de pasta base, como hoy sucede.

Hay que incrementar el patrullaje, hay que fortalecer con las fuerzas de la ley la línea divisoria con el delito. En ese esquema y antes de que asistamos a la organización de los delincuentes, que es la próxima etapa, ya sea en pandillas o en organizaciones similares, debe reforzarse el sistema con participación de todas las fuerzas disponibles bajo el gobierno de la ley en un estado democrático de derecho y en pleno respeto de los derechos de todos.

Hay países donde se entremezclan policías y apoyo militar. No lo hacen por antidemocráticos ni por equivocados. Lo hacen porque para poder dar la cara a las víctimas cuando los dramáticos hechos se consuman, debe la sociedad y el gobierno poder decir que se puso todo lo disponible para la evitación del delito que le victimiza.

Fue por eso que en su momento se instauró la guardia perimetral en nuestras cárceles mayores, poniéndola a cargo de las fuerzas armadas. Hoy esta se mantiene tal como cuando se dispusieron hace diez años, porque si no estuvieran allí cerrando el perímetro de las cárceles, la situación de la seguridad carcelaria en cuanto a fugas sería inmanejable.

Servir a la patria es servir a la nación, para eso no hay atajos ni exclusiones a priori. Es hora de concentrar esfuerzos y aumentar la capacidad, número y retribución de las fuerzas que sostienen esa hoy fragilizada línea divisoria entre la civilización y la barbarie.

Mientras tanto nadie se desarmará, nadie sacará sus rejas, nadie dejara de esperar detrás de las ventanas la llegada de sus seres queridos sostenida en el temor, nadie dejara de acompañar o esperar en las parada de los ómnibus a sus familiares más frágiles, aunque sea con un cuchillo de cocina como casi inútil protección, ni nadie dejara su casa sola si es que puede evitarlo.

Eso es lo que se dice en las mesas barriales de convivencia y seguridad que organiza el gobierno de hoy y a las que asistimos con instructivo y conciliador espíritu, como antes las hicimos con otros nombres. El mensaje de la gente es claro y reiterado, prima la preocupación y el temor. No se arregla con atribuir culpas ni prometer milagros. Tampoco con la confrontación, ni desde teorías simplificadoras de un lado u otro, se
requiere y reclama acción concertada. Educar, reeducar, dar oportunidades, son instrumentos de fondo y sin duda los únicos con valor en el mediano plazo, pero hasta entonces, debe exigirse el cumplimiento de a ley y para eso es notorio que la actual estructura y disponibilidad de recursos resulta notoria, absoluta y progresivamente insuficiente.

En este caso el asalto bajo fuego por dos menores de entre 8 y 12 años según se informa, fue contra un ómnibus que circulaba por las calles Santín Carlos Rossi y el cruce con Haití. Nos recuerda la formidable actuación de nuestros efectivos en Haití, el país que le da nombre a nuestra calle en el Cerro de Montevideo, un país duramente castigado, donde nuestros efectivos están cumpliendo con eficacia funciones de tiempo completo en materia policial y no de combate para ONU, en apoyo a la población civil que esta en situación desesperante.

Representante Nacional – Partido Colorado- Uruguay.

http://www.scavarelli.comalbertoscavarelli@yahoo.com

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