Sociedad Uruguaya

Fogoneros: Declaración Política a 7 años de lucha

Recibimos y Publicamos el Comunicado de Fogoneros.

Compañeros y compañeras: Un año más se cumple desde aquel 19 de junio de 2003 en el que dábamos fundación a nuestra organización asentando los principios y orientaciones básicas que cimentaban la construcción de una nueva herramienta política que reivindicaba el legado arntiguista y guevarista. Bajo estas dos concepciones escogíamos a la fecha del 19 de junio, nacimiento de Artigas, como fecha fundacional, buscando así unificar nuestra historia como la prolongación de la lucha por la liberación iniciada por la revolución oriental.

En los primeros años y bajo la consigna VENCER O MORIR con la que Artigas convocaba a los orientales, comenzábamos andar paso, en un escenario pautado por la culminación de la crisis y la acumulación de todas las luchas libradas en el 2002 que finalmente canalizaría en su mayoría el Frente Amplio en el 2004.

Por esos años nuestra organización ya había pasado a denominarse públicamente  con el nombre de FOGONEROS, retomando así los antecedentes históricos del periodo antigüista, en el que los orientales convocaban y se sumaban a la pelea a través del pueblo reunido y armado en los fogones, para resistir al enemigo opresor.

En esos años, como decíamos, cambiaba el gobierno y por primera vez en el Uruguay llegaba al gobierno una alternativa que se declaraba de “izquierda” y que tenía una tradición de lucha antiimperialista significativa.

El pueblo, agotado ya de los gobiernos liderados por los partidos tradicionales, se abocó a una nueva alternativa institucional y con el tiempo fue rápidamente institucionalizando su propia lucha convencido de que ese era el mejor camino.

Bajo a esta idea, que significa y se expresa en la subjetividad de la derrota, se demostraba la apertura de una nueva etapa en el Uruguay. Un camino que resultaba una síntesis de nuestra historia nacional.

Ese nuevo escenario era aún más desafiante para quienes nos planteábamos una alternativa revolucionaria, y veíamos como cada uno de los líderes guerrilleros del pasado se abrazaban y elogiaban al enemigo principal del género humano: al imperialismo norteamericano.

Reafirmar la vigencia de la liberación nacional y social, reafirmar la vigencia de los postulados de Guevara, de la necesidad e inevitabilidad de la revolución continental,  nos valió la estigmatización del enemigo que buscaba aislarnos, demonizándonos de forma tal, que las ideas que pregonábamos, junto a otros sectores de la militancia, no irradiarán y cundieran en las masas.

Esas ideas son nuestro eje vertebrador, son nuestro cimiento fundacional, son nuestro sentido de existencia. Surgimos para construir una alternativa política que coloque sobre la mesa las ideas de la resistencia, de la unidad continental, la idea de construcción del poder popular, la idea fundamental de la toma estratégica del poder estatal para construir el socialismo.

Pero sobre todo surgimos para intentar demostrar que es posible llevar adelante esas ideas en un largo y duro proceso. Así dábamos hincapié, como lo hizo Guevara, al factor organización, al factor subjetivo. Sabíamos que la transformación de la sociedad no se haría por arte de magia, y que dependería en gran medida de la incidencia que el pueblo organizado tuviera en un proceso liberador para arrebatarle el poder al enemigo.

Por lo tanto, levantando estos postulados, siempre creímos que no había mejor forma de convencer que a través de la práctica misma. Por eso nos abocamos a construir una alternativa desde nuestra acción cotidiana, en la medida de nuestras posibilidades y conforme a las limitaciones que nos imponía la realidad coyuntural.

Hoy la nueva coyuntura mundial y nacional, pautada por una fuerte dominación ideológica desde los aparatos del enemigo, conlleva a un reflujo y a una contención significativa de los pueblos latinoamericanos.

Se confunde a los enemigos con los amigos.

Se reproduce la ideología y los esquemas de pensamiento de la clase dominante pero recubiertos con una propaganda derrotista y populachera para hacer pasar esos pensamientos como los verdaderos, como los representativos del pueblo.

A tal punto que se difunde el término globalización, eliminando la palabra imperialismo con todo lo que ello implica. O se promueve la idea de la reconciliación nacional, en el día del “Nunca Más” en una fecha cargada de tanto sentimiento para nuestro pueblo antigüista. Esa idea de uruguayos contra uruguayos, busca condenar la lucha revolucionaria, procesando y reprimiendo a los luchadores de hoy, mientras los oligarcas y represores de ayer caminan impunemente por nuestras calles. A su Nunca Más, le oponemos nunca más dependencia, nunca más sumisión, nunca más entrega, nunca más represión. La reconciliación no se decreta porque no es posible mientras existan clases antagónicas.

Otra idea de las tantas difundidas es aquella que busca el supuesto desarrollo del país productivo enclavado en la inversión del capital extranjero y del dominio de las multinacionales.

Como ya sabemos el cambio de huésped de la casa blanca, no ha significado un cambio en el rumbo de las políticas intervencionistas y de saqueo que los EEUU ejercen sobre los pueblos explotados, para amortiguar la profunda crisis en la que están inmersos.

Crisis, por cierto, que refleja el deterioro y agotamiento de un sistema capitalista que ha sometido al mundo a la miseria, al hambre, a guerras de incalculables costos humanos y ambientales, a la destrucción medio ambiental, etc., etc., etc.  Casi la mitad de la humanidad vive hoy por debajo del nivel de miseria.

Para amortiguar esta crisis y para apalear la tremenda derrota que está sufriendo en Medio Oriente, producto de la heroica resistencia de los pueblos hermanos, el imperialismo vuelve a mirar a lo que entiende su “patio trasero”, en donde pretende encontrar, mediante el saqueo de nuestros recursos naturales, su supervivencia.

En Uruguay la contención de la inflación, la estabilización del precio del dólar, las asistencias directas a las empresas, promovieron una profundización del endeudamiento y un aumento del déficit.

El gobierno ya hace cuentas de hasta cuando le dan las reservas para pagar los intereses de la deuda. Sus estimaciones le dan hasta febrero del 2011, suponiendo que las reservas no se destinen a otras áreas, como sostener el precio del dólar o cubrir al sistema financiero.

Los intereses de la deuda han pasado aproximadamente de unos 6 mil millones de dólares a unos 14 mil millones de dólares, contando además con una deuda de 23 mil millones de dólares.

La política impulsada por el gobierno ha sido de extranjerización de los recursos naturales. Nuestra principal riqueza natural, la tierra, ha sido utilizada y vendida para servir a los intereses extranjeros y profundizar el modelo de producción agroexportador, el cual condena a los pequeños productores rurales a sumergirse en la miseria y entregar sus tierras en manos de grandes grupos económicos.

La forestación de nuestras tierras de heucaliptus y pinos, producto de la demanda maderera proveniente del exterior, y la instalación de las plantas de procesamiento de pasta de celulosa, han generado en nuestro país, la expulsión de los trabajadores rurales a la capital.

La política económica actual ha defendido los intereses de la oligarquía y el imperio:

– se aseguró el pago de la deuda externa, pagando más de lo necesario incluso, siendo beneficiados del crecimiento económico que se vivió los organismos financieros del imperialismo.

-se fomentó la inversión del capital extranjero destrozando las industrias y sectores nacionales bajo el falso argumento de que inversión es igual a trabajo para los uruguayos igual, cuando lo único que significa es mayor dependencia con las multinacionales.

– se firmaron tratados y acuerdos comerciales con los yanquis que van en detrimento de nuestra soberanía;

– se favoreció el negocio del sector agroexportador, subsidiando con impuestos y poniendo el aparato estatal a su servicio;

– se extranjerizó nuestra tierra, vendidas a mitad del precio que tiene la argentina, además se les permite el libre uso de agrotóxicos y transgénicos y las exportaciones no pagan ningún impuesto

– se fomentó la privatización de los entes públicos a través de asociaciones y tercerizaciones.

La principal riqueza de nuestra patria está en manos extranjeras y de la oligarquía. El proyecto de país productivo que se ha sostenido ha beneficiado a los inversores extranjeros donde se ha potencializado el modelo agroexpeortador de “país proveedor de soja, carne y celulosa en el mercado mundial”.

Otro de los aspectos más destacados de la política del gobierno y que merece de nuestra organización como pueblo para llevar adelante una masiva resistencia es la Reforma del Estado, que se materializará durante este nuevo quinquenio según afirmó el nuevo presidente.

Financiada con préstamos de los organismos internacionales de crédito, la reforma pretende realizar modificaciones que buscan eliminar la inmovilidad de los empleados públicos.

Esto significa llevar a la precariedad a todos los empleados, que además podrán recibir sanciones por incumplimiento, buscando reafirmar las funciones represivas estatales para lograr un control más efectivo de los trabajadores.

El pueblo debe pronunciar y manifestarse en contra de esta reforma que socava sus intereses. Reforma que hábilmente se propagandea como la solución o la alternativa ante tanta negligencia estatal. Resulta ahora que la culpa es de los trabajadores, de los empleados públicos, y no de la propia burocratización del Estado actual!

Mientras en nuestro país se profundiza la dependencia con el amo del Norte, extranjerizando nuestros recursos, profundizando el saqueo con Tratados y nuevos préstamos que significan nuevas deudas, como contraparte diferentes bloques de gobiernos existentes en el continente se muestran claramente antiimperialista y se consolidan en torno al eje del ALBA: dentro de éste la República Bolivariana de Venezuela y Cuba son los que de forma más decidida transitan caminos de soberanía, con un fuerte un fuerte rechazo de las oligarquías nacionales y que han despertado la atención y el rencor de los Estados Unidos.

Esta América latina entonces no ha dejado de luchar por su liberación, y se ha dotado de las más diversas formas de organización para resistir la embestida yanqui.

Por otro lado se encuentran las organizaciones políticas que comienzan a desarrollar las fuerzas revolucionarias del continente, las cuales convergen en diferentes espacios de organización a nivel continental. Muestra de esto son el Movimiento Continental Bolivariana (MCB), el Encuentro CONOSUR, ELAC, ELAOPA, Nuestramérica, etc.

Así se consolidan diferentes espacios donde convergen las fuerzas revolucionarias del continente, comprendiendo el legado histórico que dejaron nuestros próceres, la heroica lucha del Che, y el sueño inquebrantable de la Patria Grande independiente de todo poder extranjero, libre y soberana.

¿Cuáles son las tareas del hoy?

Creemos que debemos lograr como pueblo la articulación, aunque sea mínimamente, de una resistencia que cimenté las bases de la ofensiva que como pueblo debemos transitar si queremos ver satisfechos nuestros intereses.

Parte sustancia de esta resistencia es el recuperar los viejos espacios desde donde históricamente nuestro pueblo ha sabido dar lo mejor de sí, y que son sus organizaciones naturales.

La tarea es irse haciendo parte de las lucha que hoy de nuestro pueblo desde sus organizaciones naturales, militar firmemente y con mucha paciencia en aquellos espacios que hoy controla el gobierno para torcer la balanza e ir sumando organización y pueblo a la resistencia, para que quienes nos hambrean no encuentren aliados en filas populares.

Con esta intención presentamos los principios de un programa de liberación nacional en construcción. Sostenemos:

1- Defensa de la soberanía nacional y de la autodeterminación de los pueblos. Rechazo a todo tipo de injerencia extranjera que busque socavar los intereses populares.

2-No pagar la deuda externa. Finalizar con el pago de la injusta deuda externa y de sus intereses que impiden el desarrollo de un país realmente productivo a favor del pueblo y los trabajadores.

3-Estatizar la banca y controlar desde el Estado todas las operaciones bancarias.

4-Estatizar el comercio exterior protegiendo al comercio interno.

5- Concretar una Reforma Agraria. Expropiar a los latifundistas, y redistribuir la tierra para quienes la trabajen dándoles apoyo e instrumentos para la viabilidad ganadera-agrícola colocada a favor de los intereses del pueblo.

6- Reforma industrial. Fomentar la industria nacional. Reabrir fábricas bajo una política cooperativa reinsertando a los desocupados y rompiendo con la dependencia de productos manufacturados que pueden producirse en el Uruguay con parámetros que favorezcan al pueblo.

7-Desarrollar una política económica y social que favorezca la estabilidad y establecimiento de la población en el interior del país, para que se rompa con el éxodo económico del interior a Montevideo por la falta de medios que hacen imposible el sustento de una vida digna en el interior. En ese sentido se hace imprescindible desarrollar una política de viabilidad que impulse el acceso de servicios a toda la población.

8-Bajar los precios de los productos básicos de primera necesidad y aumentar los salarios. Nos proponemos que haya correspondencia entre la remuneración de los trabajadores y los gastos que hacen posible el sustento de una vida digna.

9-En ese mismo sentido se hace imprescindible aumentar las jubilaciones y las pensiones.

10- Erradicar el desempleo, y solucionar mediante diversas vías el empleo informal.

11-Darle prioridad en el Presupuesto nacional a la educación, la salud y la vivienda.

12- Promover una educación al servicio y no de espaldas al pueblo. Estatización de la educación: pública, gratuita y obligatoria. Bajo los parámetros de la autonomía y cogobierno para toda la enseñanza.

Bajo estas orientaciones convocamos a todos los orientales a ir construyendo de salida nacional que nos libere de la dependencia actual.

En este sentido será de gran importancia la unidad obrero-estudiantil y las de los sectores sociales en general, junto a la unidad de los sectores de intención revolucionaria. Esta se plasmará fundamentalmente en la práctica, en la acción cotidiana, en la movilización, allí se probará y se construirá. Dejando a un lado los recelos y el sectarismo.

Debemos ir acumulando fuerzas y capacidad de organización y conducción de manera que la conflictividad venidera no resulte en un estallido espontáneo, sino que encuentre al pueblo firmemente parado dispuesto a dar lo mejor de sí. Para que las distintas expresiones golpeen unificadamente hacia el mismo lugar.

Esta tarea necesariamente va acompañada de la construcción y consolidación política revolucionaria que oficie de catalizar y dinamizador de todas las luchas que se desaten. Una organización que plantada en la realidad nacional sepa traducir el descontento popular en un proyecto alternativo y de salida nacional, por una patria para el pueblo y no para la oligarquía.

Por eso nuevamente exclamamos que:

“La liberación solo será obra del pueblo organizado”

Vencer o Morir sigue siendo nuestra cifra y que tiemblen los tiranos!

Arriban los que luchan!

FOGONEROS.

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