El viernes 9 de julio sesionó en Montevideo el primer Parlamento Juvenil Internacional. Se trata de un proyecto financiado por la Unión Europea y el Instituto Goethe del Uruguay, que tiene como principales objetivos la discusión y la promoción de propuestas tendientes al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Participaron de esta primera instancia, adolescentes de entre 16 y 18 años, provenientes de países latinoamericanos (Argentina, Brasil, México, Paraguay y Uruguay); africanos (Costa de Marfil y Ghana), y europeos (Alemania, Austria, España, Luxemburgo y Suecia). Los jóvenes, asesorados por expertos, se reunieron en ocho grupos, uno por cada ODM.
“Erradicar la pobreza extrema y el hambre” es el primero de los objetivos del milenio. El grupo reunido en torno a ese tema sugirió implementar un impuesto universal en las transacciones económicas, pagadas por los propios bancos, de manera de contribuir con ese dinero a erradicar el hambre y la pobreza. Se propuso otorgar más poder a los organismos internacionales para controlar los mecanismos de “bancos y autoridades para prevenir el blanqueo de dinero y la corrupción”. La propuesta de este subgrupo fue aprobada por la asamblea.
Sobre el segundo de los ODM, “lograr la educación primaria universal”, la propuesta del subgrupo que discutió el tema no fue aprobada por la asamblea. Se propuso la creación de “más escuelas primarias en áreas rurales y un transporte gratuito, accesible y eficiente”. Sobre la promoción de la “igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer”, el tercer ODM, se propuso “la creación de leyes que condenen la violencia contra la mujer”, y “concientizar a los hombres de que la solución de problemas no tiene que ser mediante la violencia”. Finalmente, la iniciativa tampoco fue aprobada en la asamblea. La propuesta surgida para el cuarto ODM, “reducir la mortalidad en la niñez”, sí fue aprobada por la asamblea. Los adolescentes plantearon que la ONU, los gobiernos y las Organizaciones no Gubernamentales invirtieran en la construcción de hospitales, pozos que faciliten el acceso al agua potable, y establecimientos nutricionales que permitan el abastecimiento gratuito de alimentos. Respecto al quinto ODM, “mejorar la salud materna”, el subgrupo decidió, entre otras propuestas, la inclusión de programas y talleres de educación sexual en las escuelas, fijar los 16 años como edad mínima para contraer matrimonio, y promover el aborto únicamente “en caso extremo de peligro para la madre”. La asamblea aprobó las propuestas realizadas por este subgrupo. Sobre “combatir el VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades”, sexto ODM, el subgrupo abocado al tema sugirió que los países desarrollados subvencionen a sus compañías de investigación médica y farmacéutica para que de esta manera disminuya el precio de sus productos en los países subdesarrollados. La propuesta, aún cuando fue cuestionada por hacer énfasis en el VIH/Sida, en detrimento de la malaria y otras enfermedades, fue aprobada.
Sobre los ODM siete y ocho, “garantizar la sostenibilidad del medio ambiente” y “fomentar una asociación mundial para el desarrollo”, respectivamente, las propuestas elaboradas por los subgrupos fueron también aprobadas por la asamblea. Sobre el séptimo ODM, los adolescentes llamaron a “todos los países a incrementar los esfuerzos para reducir sus emisiones de dióxido de carbono y apoyar programas sobre energías alternativas”. Controlar la superpoblación, expandir la educación sexual y abolir “la desigualdad de oportunidades entre áreas rurales y urbanas”, fueron otras de las propuestas elaboradas. Sobre el último ODM, se recomendó “la implementación de una organización independiente por parte de los países desarrollados” para “evitar el abuso de la ayuda financiera por parte de los gobiernos nacionales”.
Fuente: (la diaria, Amanda Muñoz, pág. 11; 12/07/2010; El País, Caterina Notargiovanni, pág. 6; 11/07/2010) y Vos y Voz El Abrojo.