Sociedad Uruguaya

El auge del mercado de cosméticos en América Latina: un sector en expansión con identidad propia

Mercado Cosmético AL

Por Marcelo Márquez

Uruguay se suma a la negociación de un acuerdo para la eliminación de obstáculos técnicos al comercio de productos cosméticos dentro del ámbito de la ALADI.
El acuerdo, que se encuentra en una etapa avanzada de negociación técnica, busca crear un marco regulatorio homogéneo entre los 12 países participantes, informó el organismo que es presidido por Sergio Abreu.
Se estima que esta iniciativa facilitará el acceso a un mercado regional de más de 55 mil millones de dólares, lo que generará una reducción de costos transaccionales y potenciará el crecimiento del sector.
ALADI expresó que se continúa trabajando para facilitar el comercio, reduciendo costos y potenciando la competitividad de nuestros países miembros.

Esta información nos dio pie para abordar en qué situación se encuentra el mercado de cosméticos en la región y también en nuestro país.

El mercado de los productos cosméticos en América Latina se ha consolidado como uno de los más dinámicos a nivel mundial. No se trata solo de belleza: hablamos de un sector que combina innovación, tendencias culturales y un crecimiento sostenido en la economía regional. Con un consumidor cada vez más informado y exigente, la industria cosmética encuentra aquí un terreno fértil para desarrollarse y marcar diferencia.

Un sector en números

Según estimaciones recientes de Euromonitor y Statista, el mercado cosmético latinoamericano supera los US$ 65.000 millones anuales, con Brasil y México liderando el consumo, seguidos por Chile, Argentina, Colombia y Perú. El crecimiento proyectado para los próximos años ronda entre un 4% y 6% anual, impulsado por el aumento del poder adquisitivo en ciertos sectores de la población y por la búsqueda de productos asociados no solo a la estética, sino también al bienestar integral.

¿Por qué existe un nicho tan desarrollado en la región?

Diversidad cultural y climática: La variedad de tipos de piel y cabello en América Latina obliga a las marcas a innovar en fórmulas adaptadas a cada necesidad. Este factor genera un mercado rico y segmentado.

Consumidor joven y digital: Más del 40 % de los compradores de cosméticos en la región tienen menos de 35 años y utilizan redes sociales e influencers como principal fuente de inspiración de compra. Esto ha potenciado el comercio electrónico y la venta directa.

Tendencia hacia lo natural y sostenible: El consumidor latinoamericano demanda cada vez más productos libres de parabenos, cruelty-free y con ingredientes de origen natural. Esto abre un nicho de valor agregado que conecta con la preocupación ambiental.

Belleza como expresión cultural: En América Latina, la estética está íntimamente ligada a la identidad. El cuidado personal se asocia al éxito laboral, la vida social y el bienestar, lo que amplía el alcance de la industria cosmética más allá del uso ocasional.

Innovación y oportunidades

Las grandes multinacionales (L’Oréal, Natura, Unilever, Avon) apuestan a la región, pero también crecen las marcas locales que compiten con propuestas adaptadas al gusto latinoamericano y con precios más accesibles. Uruguay, por ejemplo, se posiciona como un país estratégico para la importación y distribución de cosméticos, gracias a su estabilidad institucional y a su rol como hub logístico regional.

Tradición, innovación y más

El mercado cosmético en América Latina no solo representa cifras millonarias: es reflejo de una sociedad en la que la belleza y el cuidado personal son parte de la vida cotidiana.

Entre tradición cultural, innovación tecnológica y conciencia ambiental, el sector seguirá expandiéndose y ofreciendo oportunidades tanto para inversores como para consumidores.

Internacionalización

Internacionalizar productos cosméticos implica más que adaptarse a normas y costos, requiere comprender culturas de consumo, posicionarse con identidad y construir relaciones de confianza con importadores. Con ese objetivo, Uruguay XXI impulsó en el mes de junio 2025 un ciclo de dos webinars dirigido a empresas nacionales del rubro, con foco en estrategias de exportación hacia América Latina.

Expertas y referentes de América Latina compartieron experiencias sobre tendencias, desafíos y oportunidades para llevar productos uruguayos a nuevos mercados.

Las jornadas estuvieron a cargo del experto en retail y distribución Carlos Arancibia, quien actuó como moderador y brindó contexto estratégico a cada sesión. Además, referentes empresariales de México, Chile, Perú, Paraguay y el canal Travel Retail compartieron su visión sobre cómo acceder a estos mercados.

“Lo que queremos es compartir experiencia cualitativa para que puedan tomar mejores decisiones de negocio”, explicó Arancibia en la apertura.

Diagnóstico interno y visión regional

Uno de los primeros pasos para internacionalizar, coincidieron los expositores, es tener claridad sobre la identidad de marca, el producto estrella y la etapa de maduración del negocio. También es clave entender el tipo de consumidor al que se apunta y si la oferta tiene atributos diferenciales que resuenen en el exterior.

“No podemos hacer copy-paste del mercado local”, advirtió Arancibia. “Es necesario adaptar el mensaje, entender al nuevo consumidor y sus canales preferidos”, agregó.

Carlos Arancibia lo expresó con claridad: “Cuando hablamos de internacionalización, no hablamos de exportar producto, hablamos de exportar una marca”. Según explicó, una marca trasciende el logotipo o el envase: «Es la narrativa, es el contenido, es cómo me relaciono con mi consumidor, cómo me comunico, cómo respondo, cómo le cuento lo que me pasa».

Este posicionamiento requiere también tener definido el producto insignia de la marca y lo que la hace distinta. “Lo primero que uno tiene que identificar es: ¿cuál es mi producto estrella? ¿Qué hace mi marca diferente? ¿Por qué alguien me va a elegir afuera si ya tiene miles de opciones?”, planteó Arancibia.

Para lograr ese posicionamiento diferencial, también es clave conectar con los públicos locales. “Tenemos que hablarle a ese nuevo consumidor en sus propios códigos. Eso requiere entender sus valores, entender cómo se comunica y qué canales consume”, explicó.

En ese sentido, remarcó que hoy la construcción de marca se da primero en el plano del contenido, antes incluso que en el del producto. “Hoy, primero se vende contenido y después se vende producto. Por eso es tan importante cómo comunico mi marca en redes sociales. Y para eso debo tener un posicionamiento claro”, concluyó.

Desde Chile, Karina Arias (5punto5 SkinLab) subrayó la creciente apertura hacia productos innovadores y naturales. “Está naciendo una curiosidad por probar productos nuevos. El consumidor está más informado y exige etiquetas limpias, marcas ecofriendly y rutinas simples pero efectivas”, puntualizó.

El canal retail en Chile es competitivo y evoluciona con fuerza hacia formatos boutique. “Han aparecido tiendas que se sienten como mini Sephora. Lugares curados, con muy buena experiencia y sin saturación de marcas”, señaló Arias y agregó que los registros sanitarios pueden demorar hasta tres meses, por lo cual recomendó trabajar con distribuidores con experiencia local.

Suriany García, de L’Oréal México, presentó un panorama optimista sobre el segundo mercado más grande de la región. “El consumidor mexicano es curioso y está dispuesto a probar marcas nuevas, incluidas regionales”, dijo.

No se requiere registro sanitario complejo, pero sí cumplir con la normativa de etiquetado (NOM). “Es fundamental tener el backend resuelto: quién entrega, cómo se despacha, qué requiere cada retailer”, explicó.

En la segunda jornada, las speakers de los mercados de Perú y Paraguay ofrecieron dos visiones diferentes, pero igualmente estratégicas.

“El consumidor peruano se ha vuelto más exigente con los ingredientes, el valor de la marca y la experiencia de compra”, explicaron durante el webinar y señalaron que las redes sociales son clave para posicionarse y que en el país conviven segmentos aspiracionales con otros muy sensibles al precio.

Por su parte, Mabel Pérez (Monalisa International, Paraguay) destacó que enfatizó la importancia de construir confianza con importadores. “Si uno quiere internacionalizarse, tiene que saber que se necesita tiempo. Hay que generar una relación de confianza con el cliente”.

Pérez, explicó, trabaja con marcas internacionales y evalúa propuestas según márgenes, capacidad de abastecimiento y apoyo de marketing. “Para entrar a Paraguay es fundamental entender el tipo de canal. En Monalisa buscamos marcas con valor agregado, storytelling y respaldo”, expresó.

Michelle Courville, especialista en travel retail, y una compradora de Attenza Duty Free (Colombia, Panamá, Costa Rica), explicó cómo funciona este canal, que requiere márgenes competitivos y una presentación impecable.

“El packaging tiene que atraer y contar la historia de la marca en segundos. El consumidor del duty free es impulsivo, está de paso”, explicó Courville. También destacó que los productos naturales, con ingredientes de origen y propósito social, tienen buena recepción en este espacio.

Attenza, por su parte, valora marcas que ya tengan presencia en retail local, que puedan garantizar abastecimiento y trabajen de forma colaborativa. “Apostamos a relaciones a largo plazo. Necesitamos marcas que sean socios, no solo proveedores”, sostuvo la compradora.

Acompañamiento institucional

Desde Uruguay XXI, Elisa Schroeder resaltó que el ciclo busca brindar herramientas reales y prácticas a empresas con interés exportador. “Detectamos muchas empresas del sector cosmético con potencial de internacionalización, pero también con dudas sobre cómo empezar. Por eso organizamos estas instancias, con referentes que cuentan lo que no está en los manuales”, explicó. 

El ciclo cerró con un espacio de preguntas y respuestas donde las empresas uruguayas pudieron consultar sobre precios, normativas, modelos de distribución y expectativas de los compradores. 

¿Y cómo se encuentra el sector en Uruguay?

La industria cosmética en Uruguay es un sector dinámico que incluye la fabricación local, la representación de marcas internacionales y la importación de productos de belleza y cuidado personal. Empresas uruguayas como Laboratorio Artobe y Afranco desarrollan productos con insumos locales y enfoques naturales y veganos, mientras que multinacionales como L’Oréal tienen una fuerte presencia en el mercado a través de diversas marcas. El sector está marcado por la innovación, la sostenibilidad, la inclusión y la digitalización, con un enfoque en productos de calidad y una creciente demanda por opciones naturales y éticas. 

Fabricación local y desarrollo

Es un laboratorio uruguayo con certificación ISO 9001, que desarrolla productos cosméticos utilizando insumos locales para la mujer uruguaya, además de marcas blancas para terceros. 

Una empresa uruguaya dedicada a materias primas y cosmética natural, con productos veganos y cruelty-free, y envases retornables. 

Se especializa en el desarrollo, fabricación y envasado de productos cosméticos y domisanitarios, ofreciendo servicios integrales a empresas. 

Una planta de producción nacional que se posiciona como referente en dermocosmética, utilizando ingredientes de vanguardia. 

Presencia de marcas internacionales

Establecida en Uruguay desde 1959, la compañía opera con un amplio portafolio de marcas, desde productos profesionales hasta gran público y lujo. 

Una empresa con más de 75 años de trayectoria que representa y distribuye marcas internacionales, además de exportar sus propios productos. 

Tendencias y desafíos del sector

Hay un creciente interés por productos sostenibles, veganos, libres de crueldad animal y que utilizan insumos amigables con el medio ambiente. 

Se impulsa la creación de productos que integran la ciencia y los avances tecnológicos para satisfacer las expectativas de los consumidores. 

La transformación digital impacta todos los aspectos del negocio, desde la producción hasta la comercialización y la experiencia del cliente. 

La oferta de productos se adapta para satisfacer las necesidades de diversos grupos sociales. 

El modelo de fabricación por contrato está en aumento, impulsado por startups y la necesidad de eficiencia. 

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