La lista 41 del PIT-CNT, para la elección de la Mesa Representativa, está integrada por los siguientes sindicatos: Confederación de Organizaciones de Funcionaros del Estado (COFE), Federación Nacional de Municipales (FNM), Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR), Asociación de Funcionarios Postales (AFP), Unión Ferroviaria (UF), Unión de Funcionarios del Codicen (UFC), Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria (ATES).

Este grupo de sindicatos se ha agrupado en torno al documento que se publica a continuación, que ha recibido adhesiones de compañeros delegados de otros sindicatos.

Declaración Movimiento por la independencia de clase del PIT-CNT.

Nosotros, compañeros delegados al XI° Congreso del PIT-CNT y militantes sindicales de distintos gremios, nos dirigimos a los trabajadores todos para plantear la necesidad de que el movimiento obrero levante un programa y una estrategia clara de independencia frente al gobierno.

En todo el mundo, los gobiernos descargan la crisis capitalista sobre las espaldas de los explotados. No solamente en los países del llamado “Tercer Mundo”, sino también en Europa y los Estados Unidos, crecen la desocupación, la carestía de la vida, la precariedad laboral, las reformas del Estado y de la seguridad social, la quita de derechos y conquistas, la miseria social. Las luchas de los trabajadores contra los planes del FMI y el gran capital se reproducen en todo el planeta, incluso provocando grandes crisis políticas e incluso la caída de gobiernos.

En América Latina ya se comienza a sentir el impacto de esta crisis. En algunos países ya se comienzan a fugar los capitales, se cierran mercados, se producen envíos al seguro de paro o cierre de empresas. Latinoamérica ingresa a esta crisis en peores condiciones que nunca: la inmensa mayoría de la población ya se encontraba en condiciones de pobreza absoluta aún en la época de bonanza; las deudas externas son cada vez mayores pese al reciente boom exportador.

Uruguay no es la excepción. La crisis mundial comienza a golpear a la puerta, y el gobierno se mantiene aferrado a la política del FMI, de dar garantías a los acreedores internacionales y subsidiar a los grandes capitalistas –incluyendo a las multinacionales instaladas en zonas francas o exoneradas de impuestos a través de la ley de inversiones.

El presupuesto del Estado –cada día más financiado con impuestos directos e indirectos que se descargan sobre los asalariados– está dedicado en gran medida al pago de la deuda externa, postergando el gasto social en Educación, Salud, Seguridad Social y Vivienda.

La Ley de Negociación Colectiva del Sector Público, instrumento creado para establecer las relaciones laborales entre el Estado como patrón y sus trabajadores, ha sido sistemáticamente violada por parte del Poder Ejecutivo, que no ha respetado los ámbitos ni la materia de negociación y ha violado los pocos acuerdos que se han alcanzado.

La ley de contratos de Participación Público-Privada (PPP) constituye una gran “reforma estatal”, abre las puertas para una gigantesca tercerización, que implica negociados a favor de las empresas privadas y precariedad laboral para los trabajadores. Una ley que ha sido votada por todos los partidos políticos, incluida la derecha más reaccionaria y entreguista que existe en nuestro país.

El antecedente de las PPP es Pluna, donde dejó en mano de capitales privados la empresa aérea de bandera, y se convirtió en garante de todas sus deudas.

Del mismo modo, se intenta privatizar el ferrocarril, permitiendo el ingreso a nuestro país de los trenes privados que en la Argentina provocan graves accidentes y explotan mano de obra precaria a través de empresas mercerizadas, y también el intento, hoy frenado por la lucha de los trabajadores, de privatizar los diques del estado, empresa estatal estratégica para el desarrollo de la industria naval.

El gobierno viola el mandato popular expresado en diversos plebiscitos, donde el pueblo dijo NO a las privatizaciones.

Apoyamos la lucha de los compañeros ferroviarios en defensa de AFE, como así también la lucha de COFE en defensa de los diques del Estado, comprometiendo todos nuestros esfuerzos en una campaña por la reconstrucción del ferrocarril en manos del Estado y en defensa de todas las Empresas Publicas.

Nos pronunciamos en contra de la Ley de PPP y reafirmamos nuestra posición en contra de las privatizaciones y tercerizaciones en el estado.

Por este camino, el gobierno está condenando al país a “vender las joyas de la abuela” y a despilfarrar las reservas internacionales del BCU para pagar los intereses de una deuda externa que no para de crecer.

Estamos a tiempo de evitar una nueva debacle, aún mayor a la de 2002, si luchamos por una salida propia de los trabajadores frente a la crisis, lo que implica: la auditoria de la deuda externa, la nacionalización de la banca, el control de cambios y la nacionalización del comercio exterior, la estatización de las Afaps, el establecimiento de fuertes impuestos progresivos a los grandes capitales –eliminando los impuestos directos e indirectos que pagan los trabajadores, la expropiación de los latifundios, la nacionalización de la industria frigorífica, y el control de los trabajadores sobre el conjunto de la economía, abriendo los libros contables de las empresas al control obrero. Frente a la creciente carestía de la vida, es necesario luchar por un salario mínimo equivalente a la mitad del costo de la canasta familiar, el ajuste de salarios automático de acuerdo a la inflación y el crecimiento salarial de los sectores mas sumergidos. Por la recuperación de empresas y fabricas cerradas por parte de los trabajadores.  Por el aumento del presupuesto educativo, de la salud pública, por un plan nacional de viviendas populares. La consigna que se plantea en todo el mundo, también debemos levantarla en Uruguay: ¡Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores!

El gobierno también ha demostrado que es incapaz de cumplir con la más elemental reivindicación democrática: que los responsables de crímenes y torturas de la dictadura sean juzgados y castigados. La negativa a anular la ley de impunidad por parte del Gobierno, mostró que la política oficial apunta a mantener un pacto con los mandos militares, que ampara a los genocidas. Llamamos a redoblar la lucha por la anulación de la ley de impunidad y para que los asesinos y torturadores vayan a la cárcel.

El envío de tropas a Haití y otros países, bajo el comando de la ONU, con el pretexto de las “misiones de paz”, es otra expresión de sometimiento al imperialismo. El gobierno es responsable por continuar con la presencia de tropas de ocupación que reprimen al pueblo haitiano y cometen todo tipo de vejámenes. Exigimos que retornen las tropas uruguayas y latinoamericanas, así como los ejércitos imperialistas, y apoyamos la justa movilización del pueblo de Haití contra los ocupantes.

Los trabajadores necesitamos unos sindicatos y un PIT-CNT con independencia política. La estrategia de las corrientes mayoritarias muchas veces subordina al movimiento sindical ante el gobierno que no respeta los derechos de los trabajadores y defiende los intereses de la banca y el gran capital. Esta subordinación se ha expresado abiertamente a través de declaraciones públicas de dirigentes contra el paro general de 24 horas hace un año, o cuando otros miembros de la dirección del PIT-CNT avalaron el decreto de servicios esenciales contra el movimiento obrero (ayer los aplicaron contra los municipales, hoy amenazan a la Salud Pública y otros trabajadores estatales).

Sin independencia política, los sindicatos no pueden defender consecuentemente las conquistas y reivindicaciones de la clase obrera, ni mucho menos levantar una salida propia frente a la crisis.

Algunos compañeros han planteado en documentos al Congreso que la crisis plantea la alternativa de “Socialismo o Barbarie”, y que el PIT-CNT debe luchar contra el capitalismo cada vez más bárbaro, por el socialismo. Estamos totalmente de acuerdo, y es por ello que debemos reconquistar la independencia de clase y la autonomía del movimiento sindical, ya que si nos subordinamos al gobierno que defiende a los capitalistas nos condenamos a la barbarie.

Algunas corrientes pretenden eliminar la Mesa Representativa basada en sindicatos, e instaurar un PIT-CNT basado en dirigentes inamovibles –que sean electos por el Congreso y no puedan ser revocados ni mandatados por sus sindicatos. Defendemos el criterio histórico de que la dirección política del movimiento sindical sea la Mesa Representativa y no en el Secretariado ni en los Coordinadores, y que dicha Mesa debe estar integrada por todos los sindicatos que participen en el PIT-CNT, con el criterio de “un sindicato, un voto”.

Proponemos unir fuerzas entre sindicatos, agrupaciones y militantes sindicales, para luchar por la independencia política del PIT-CNT. Nuestra tarea, como proclaman los documentos fundacionales, es luchar por una sociedad sin explotados ni explotadores.

Confederación de Organizaciones de Funcionaros del Estado (COFE)

Federación Nacional de Municipales (FNM)

Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR)

Asociación de Funcionarios Postales (AFP)

Unión Ferroviaria (UF)

Unión de Funcionarios del Codicen (UFC)

Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria (ATES)

Adhieren decenas de delegados de distintos sindicatos.