La Intendencia de Montevideo y los ministerios de Desarrollo Social, Trabajo y Seguridad Social y Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente suscribirán el 22 de julio de 2008 el Compromiso por la Ciudad y la Ciudadanía, que determinará un trabajo coordinado para la inclusión social de los clasificadores de residuos, a la hora 15.30 en la sala de Acuerdos del Palacio Municipal (Av. 18 de Julio 1360, piso 1 y 1/2).El acuerdo será firmado por el intendente municipal de Montevideo, Ricardo Ehrlich, y los ministros Marina Arismendi (Mides), Eduardo Bonomi (Mtss) y Carlos Colacce (Mvotma). Se trata de coordinar más estrechamente las políticas de ambos niveles de gobierno, de los distintos ámbitos dentro de cada uno y con la sociedad civil, de modo de evitar la duplicación de esfuerzos y promover abordajes integrales que mejoren la calidad de los procesos y de los resultados. Son más de 9.000 los montevideanos que trabajan en la clasificación de residuos urbanos. Hay 30.000 personas involucradas, si se estiman los núcleos familiares. Las estrategias de intervención apuntarán a transformar el conjunto de la cadena de clasificación en «circuitos limpios», basados en la separación en origen, la recolección diferenciada y el procesamiento de materiales en plantas de clasificación. También se procurará la generación de alternativas al trabajo informal con residuos en diferentes sectores de actividad, a través de estímulos a la capacitación laboral, apoyo crediticio y técnico a emprendimientos productivos. Se realizará un trabajo con las familias para la erradicación del trabajo infantil en la clasificación de residuos urbanos, tanto en calle como en el hogar. Las acciones apuntarán a la superación constante de los niveles de limpieza y calidad ambiental de la ciudad. Un «pacto» entre vecinos, trabajadores y comunidad local determinará que los primeros se comprometen a la separación en origen, los segundos a la previsibilidad y limpieza de la tarea, y la tercera al acompañamiento del proceso, sensibilizando al conjunto de la sociedad sobre temas tales como la conveniencia de la separación y el reciclaje de residuos sólidos. Los compromisos se traducirán en un Plan de Acción, con distribución de responsabilidades concretas por parte de cada uno de los participantes. Se hará un seguimiento permanente de los compromisos asumidos en ese plan, con evaluaciones anuales, de las que se hará un informe público. Para la redacción del Plan de Acción se crea un grupo de trabajo con representantes de las instituciones. Este grupo se encargará del control del cumplimiento de los compromisos asumidos y del seguimiento de su impacto en términos de inclusión social, limpieza de la ciudad y participación ciudadana.