Ante las apreciaciones políticas, calificaciones y opiniones que alcanzan la propia gestión del Presidente de la República, efectuadas en declaraciones de Prensa del Subsecretario de Integración Económica y MERCOSUR de la Cancillería argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay (con fecha 9 de octubre de 2008 y que aluden a los dichos de Eduardo Sigal) desea realizar las siguientes puntualizaciones. Resulta improcedente e inaceptable la intromisión de un funcionario extranjero en asuntos internos del Uruguay, especialmente dada la investidura del mismo y la responsabilidad que ésta conlleva. Es inaceptable también el emplazamiento al Gobierno uruguayo sobre su posición en los diferentes ámbitos del MERCOSUR, en especial la referencia a diferencias entre miembros del Gobierno nacional y la indicación de cursos de acción a desarrollar por los diplomáticos uruguayos en su gestión internacional. Es doblemente inadmisible cualquier evaluación de la gestión del Señor Presidente de la República, por parte de un funcionario extranjero. Uruguay está plenamente comprometido con los objetivos del MERCOSUR, expresados tanto en el Tratado de Asunción como en el Protocolo de Ouro Preto y demás documentos fundamentales y, por lo tanto, ha sostenido reiteradamente que el MERCOSUR debe ser una Unión Aduanera perfecta, fundamentalmente que haya libre circulación de bienes, servicios y personas. No es de recibo la transferencia de responsabilidades sobre las dificultades en los avances del MERCOSUR, Uruguay ha demostrado flexibilidad, sin condicionar el mismo a la inclusión de normas específicas. Los posiciones sustentadas por los funcionarios uruguayos reflejan inequívoca y estrictamente las definiciones adoptadas por el Gobierno de la República.

Por consiguiente, se ha trasmitido al Gobierno argentino, el desagrado del Gobierno nacional con las manifestaciones públicas del citado funcionario.

Cabe precisar que, según informó el martes La Diaria, Sigal sostuvo entre otras apreciaciones, que sería un «gran error político» profundizar las relaciones entre Uruguay y Estados Unidos. Asimismo acusó a su par uruguayo, Elbio Rosselli, de tener «gestos no negociadores y actitudes de tipo principista que traban la dinámica y la construcción del proceso de integración», en referencia a la implementación de un código aduanero en el bloque regional.