La asociación Gordos Organizados del Uruguay, que reúne a unas 35.000 personas con sobrepeso, reclamó hoy una «cruzada nacional» para poder adelgazar 100.000 kilos entre todos con ayuda del Gobierno, dijo su portavoz, Luis Cherro, según consignó al agencia EFE el 28 de junio de 2009.

En un acto a las puertas del ministerio de Salud Pública, miembros de la organización exigieron que el Gobierno reconozca la obesidad como una enfermedad y desarrolle un programa nacional de lucha contra ella orientado al reconocimiento de derechos y a la inclusión social de las personas con sobrepeso.

Tras mantener una reunión con la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, Cherro manifestó en declaraciones a Efe que salió de ese encuentro «con las manos vacías» y consideró que «actos como el de hoy pueden calificarse de lesa humanidad para los gordos».

El portavoz y fundador de Gordos Organizados del Uruguay acusó a Muñoz de incumplir lo que «había prometido» y lamentó la «ignorancia» de la ministra, quien, a su juicio, desconoce la realidad del país, «donde los pobres son los más obesos».

Según la organización, el 60 por ciento de los uruguayos padecen algún tipo de obesidad, que «conlleva otras sesenta enfermedades» y es «la que más mata después del tabaquismo», destacó Cherro.

Recordó que la obesidad no ha sido declarada enfermedad crónica en el país, tal como lo contempla la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aseguró que supone «una epidemia en el mundo entero y en Uruguay».

Con una pancarta que rezaba «Los olvidados de siempre: Gordos Organizados reclaman derechos e inclusión», Cherro denunció la «discriminación social y laboral» que conlleva el sobrepeso y citó como ejemplo la dificultad de acceder a los transportes públicos.

«Proponemos que el Gobierno ahorre a través de la prevención», dijo Cherro al enumerar medidas como la formación de los profesores de gimnasia de colegios e institutos para tratar con alumnos con sobrepeso, o la creación de hábitos de alimentación saludables en los niños, por ejemplo a través de juegos en computadoras.

Cherro destacó la «ley de tallas» aprobada por el Parlamento uruguayo el pasado noviembre, que exige a los comercios de ropa que dispongan en un breve plazo de prendas de todas las medidas y tamaños, pero precisó que es «un pequeño eslabón de una larga cadena».

«Uruguay está hecho para gente de hasta setenta u ochenta kilos, a partir de ahí surge una problemática», sentenció el portavoz, que cree que los médicos son «de los primeros que discriminan» y «no están preparados para atender la enfermedad».