Recién en 2007 la desigualdad comenzó a caer, gracias a una serie de políticas, a pesar de haber reducido en nivel de pobreza e indigencia. Carmen Midaglia, del Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, explicó que “los sectores más altos captan los mayores ingresos, lo que provoca que la distribución total de la riqueza no se mueva mucho porque disminuya la pobreza”. Luego señaló que “la diferencia es que la desigualdad mide cómo los diferentes estratos sociales se apropian de la riqueza y eso depende del modelo de desarrollo. Lo que modifica esto es la forma de tributación, que es un elemento que permite redistribuir la riqueza”.

Midaglia, cree que se debe reestructurar el sistema de protección “algo que se empezó a debatir en el primer gobierno y ahora quedó estancado”. Uno de los pilares fundamentales, debería ser el sistema educativo opinó. Apuesta por sobre todo a la integración entre diversos receptores sociales, “repartir y hacer contacto social, que sucede sobre todo en los sectores medios y bajos, generando redes de integración”. Recuerda que la escuela pública de los años cuarenta del siglo pasado eran más integradoras que las de hoy, “porque iban todos los sectores sociales, y esa fue una clave para el batllismo”.

Por su parte, la coordinadora del Equipo de Empleo e Ingreso del Instituto de Economía, Verónica Amarante, resaltó la importancia en la educación como despolarización de la sociedad. “En Uruguay hay mayor demanda de trabajadores calificados pero la oferta no la acompaña porque los niveles educativos no crecen al ritmo que lo pide el mercado de trabajo”, explicó Amarante. La deserción registrado en secundaria, muestran los problemas complejos que tiene la educación.

Fuente. (Brecha, Raúl Zibechi, pág. 13 y 14; 27/08/2010) y Voz y Vos El Abrojo.