Compartimos la columna del domingo 26 de junio de Washington Abdala titulada “Mc Donalds Punta Carretas ¿Pibitos Biaannnn?”.

“Domingo  7.45-8.30.  Mc donalds Punta Carretas. Siempre es igual se llena de pibes que fueron a bailar toda la noche. Son chicos de clase media alta, de 20 años más o menos, vienen con los autos de sus padres, con sus camisas a cuadros y sus jeans de moda. Ellas, con camperitas negras, maquillaje algo caído por la larga noche, calzas lindas, pelos prolijos y rigurosas botitas. Hacen ruido,gritan, parecen felices.  Vienen trasladando el ruido de la fiestita nocturna en la que han estado a este sacro recinto del alimento fast. Siguen en quinta, no se coquetean, ya no se usa eso, se cachan, juegan. Sigue el griterío. Pienso, son las resacas del alcohol o me estoy poniendo viejo. Que se yo.

Las empleadas de Mc Donalds son de otro sector social. Lo advierte cualquiera. Vienen de más abajo.  Ellas los sirven. Tienen la misma edad. Claro, se levantan a la 5 de la mañana en algún barrio que no es Pocitos para venir a laburar. Lo hacen con mesura, con sumisión acorde al manual de procedimientos de la empresa. Prescinden de cualquier comentario, a lo más te dicen: «con o sin panceta».

El cuidador del local viene aún de más abajo. En general,  son morochos con cara de susto. No entienden el loquero del ambiente.  Tienen rostro de pánico. No imponen respeto ni por joda.  Son el testimonio vivo del temor de la sociedad. Son gente desesperada pero en silencio. Hacen que imponen alguna autoridad. Jua, jua. Punto.

Por allí aparecen algunas limpiadoras, que las contratan para limpiar el desbole que dejan los chicos a esta hora del domingo.  Aún son más humildes que todos los demás, son oscuras, son gente casi sin rostro para los que están alli. Y levantan la basura. Se confunden con ella. La conocen bien.

Los ercutos vuelan por el lugar en una orgía grotesca y de excesos juveniles.  Black Eyed Peas suena de fondo componiendo de manera perfecta la escena que allí se vive. El domingo pasado vino la policía porque se pudrió todo y  hubo piñatas. El alcohol, algo de  droga o algo tonto disparó todo.

Ahora una barrita de varones  juegan a quien fue el más vivo de la noche. Alguno dice guasadas contra las empleaditas del local. Ni lo repito.Te morís si supieras lo que decían…y eso que yo no tengo límites pero esta me la banco solo.

Empiezan a llegar laburantes del shopping y quieren tomar un café antes de ir a sus trabajos. Miran la escena, odian a los pendex, no los entienden. Los laburantes solo hablan de lo que morfarán más tarde, único tema. De seguro piensan que al medio día estos chicos estarán durmiendo y soñando con los angelitos.

Bebo otro sorbo de café y miro el diario para ver si encuentro la foto del día de Angelina Jolie. Llueve pila afuera”.