En el marco de un sostenido crecimiento del retorno de compatriotas al país que entre 2007 y 2009 significó que volvieran a Uruguay 4000 ciudadanos, y que existan más de trescientas consultas mensuales, jerarcas del denominado Departamento 20 anunciaron que se instrumentará el pasaporte electrónico.

El anuncio fue realizado el pasado lunes 8 en la Comisión de Población y Desarrollo del Senado en la que participaron representantes de la Dirección de Asuntos Consulares y Vinculacion (D20), Subdirector General, Jorge Muiño; Director de Vinculación, Gerardo Pérez y Encargada de la Oficina de Retorno, Ana María Sosa.

Otro aspecto muy importante sobre el que estuvimos hablando y en el que estamos trabajando mucho para intentar llevarlo adelante es el proyecto de emisión del pasaporte en el exterior.

“Cuando a un uruguayo que está en el exterior se le vence el documento de viaje, tiene que ir al Consulado y allí se le hace un documento en forma manual. Sin embargo, la OACI, que es la organización que establece las normas internacionales, nos puso los años 2014 y 2015 como límite para terminar con ese sistema”, expresó Muiño.

Agregó que “esto hoy está cambiando y estamos trabajando mancomunadamente con el Ministerio del Interior, en particular con la Dirección Nacional de Identificación Civil;  quizás este mes comencemos la experiencia piloto en Buenos Aires para la emisión del pasaporte en forma electrónica. A este respecto, vamos a estar en el mismo nivel que los países del primer mundo”.

“Pensamos que hay que seguir profundizando el trabajo para la obtención de documentos en el exterior y  cuando todo este sistema esté en marcha podremos abocarnos a la posibilidad de elaboración de otro tipo de documentos fuera de nuestro país. Recordemos que esto se hará en forma online: la persona llegará al Consulado, dejará su huella y firma digital y una foto, estos datos llegarán a la Dirección Nacional de Identificación Civil y se emitirá el pasaporte en forma electrónica”, dijo.

Número de retornos

“Se calcula que entre los años 2007 y 2009 hubo unos 4.000 retornos. Desde que se creó la Oficina y, concretamente, desde que se están sistematizando con más frecuencia los datos, casi se ha triplicado el número de gente que retorna. Al inicio eran 100 los retornos, pero ahora estamos en más de 300, de los cuales el 60% vuelve de España, el 30% de Estados Unidos y el 10% restante de otros destinos”, informó Sosa.

Actualmente, “están ingresando unos 580 o 600 coches anuales que son registrados por el Ministerio, a través de un expediente que arman las personas que vuelven con mudanzas y traen, específicamente, vehículos”.

Avecinamiento

Muiño aludió a “bajar el lapso para el avecinamiento de un año a un mes y agregar un ítem por estudio, en el sentido de que aquel uruguayo que vuelva al país y se anote en un organismo público o privado para estudiar, pueda comprobar que desea residir en nuestro país y se le otorgue el famoso avecinamiento” (la norma fue aprobada ayer en el marco de la Rendición de Cuentas”.

“Nos hemos encontrado con el problema al que se ven enfrentados los hijos de uruguayos que retornan a nuestro país cuando pretenden concursar en empleos públicos, ya que se les pide el avecinamiento y no pueden concursar porque no tienen la  credencial cívica”, expresó.

Flexibilidad para Insertarlos en la sociedad uruguaya

Los jerarcas del Departamento 20 estimaron que será necesario una política de Estado que permita insertar en la sociedad uruguaya a los compatriotas que retornan, suministrando servicios de salud, educación, trabajo, y vivienda, entre otros.

“El perfil de los uruguayos de emigración reciente responde a los que más están retornando y son los que se fueron hace siete, ocho o diez años. El período no fue suficiente como para lograr que su proyecto migratorio fuera exitoso, por lo que retornan”, señaló Ana María Sosa.

Al respecto, “generalmente son personas que se van solas y que ahora están volviendo con una  familia. Es decir que estamos presenciando una nueva conformación social, por lo que debemos tener la apertura y flexibilidad necesarias para entender estos retornos. Estas personas conforman familias con ciudadanos del país que las acogió o de otros lugares y, en ese caso, sus hijos tienen otra nacionalidad, lo que debe ser atendido a la hora de unificar la normativa, así como entender que debe haber un criterio y una flexibilización especial para que esas familias se puedan insertar verdaderamente”.

“Solicitamos que no solo a nivel público sino también privado, el empresario observe y analice las posibilidades que trae consigo la persona que llega del exterior, lo cual puede ser muy importante en cuanto al ritmo y a la sapiencia adquirida en diferentes rubros”, dijo Jorge Muiño

“Tal vez se puedan crear beneficios impositivos -no me refiero solo a los retornos, sino también a aquellas personas que tienen 40, 41 o 42 años- para que las empresas contraten a estas personas con conocimientos tan ricos”, dijo.

Asimismo, “nos hemos reunido con autoridades del Mvotma que están examinando sus productos para ver cómo pueden adecuarlos a las necesidades de las personas que llegan al Uruguay. Se puede dar el caso de gente que llega con determinado capital, se presenta al BHU para adquirir un préstamo y se lo niegan por no tener dos años de antigüedad laboral”.

Las deportaciones desde EEUU

El Director de Vinculación, Gerardo Pérez se refirió a la política “bastante deshumanizada” de Estados Unidos a la hora de deportar a ciudadanos indocumentados.

“La gente no necesariamente elige venir; en muchos casos, las personas son expulsadas por cuestiones económicas o son deportadas, como ocurre en Estados Unidos, donde las leyes migratorias son restrictivas”.

“Prácticamente todas las semanas se presentan casos de muchos uruguayos jóvenes que han sido detenidos por estar indocumentados. Aclaro que no se trata de ilegales, porque el término ‘ilegal’ intenta criminalizar la situación de irregularidad en cuanto a la no documentación”, indicó.

Por tanto, “las personas son detenidas, presas y llevadas a centros penitenciarios, están próximas a presos comunes, son trasladadas a algún establecimiento migratorio y, luego de cierto tiempo, son deportadas hacia nuestro país.

Precisó que “la persona que llega en esa condición pierde absolutamente todo, no sólo lo económico -que seguramente debe tenerlo por haber trabajado durante  muchos años en ese lugar-  sino lo afectivo, ya que, a veces, ni siquiera puede despedirse de su esposa e hijos. Esto es lo que está sucediendo últimamente: deportan al jefe de familia dentro de una política bastante deshumanizada, ya que la esposa y los hijos quedan en territorio norteamericano mientras el esposo está aquí esperando poder reencontrarse con su familia” .