Compartimos la columna del profesor Norberto Ovando bajo el título “Una buena y una mala para los elefantes”.
Cada año se matan decenas de miles de elefantes africanos con el único objetivo de comercializar ilícitamente con sus colmillos.
El elefante africano es una especie en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). También está registrado en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio de Especies Amenazadas Fauna y Flora (CITES) Corredor de vida silvestre.
Una buena noticia para el elefantes africano (Loxodonta africana), es que se ha creado el primer corredor dedicado a los elefantes del continente africano. Se trata de una franja de 14 kilómetros de largo, ubicado en Kenia.
El nuevo corredor es fruto de un proyecto llevado adelante por The Nature Conservancy y Virgin Group. Gracias a él se han conectado dos áreas silvestres y dos poblaciones distintas de elefantes separadas por años a causa del desarrollo humano.
Según comentaron los responsables de la iniciativa, los elefantes ya están utilizando el corredor, logrando cruzar una carretera, sin ponerse a sí mismos o a los conductores de los vehículos en peligro, y además sin dañar las cosechas o afectar a los residentes de las poblaciones cercanas. En total unos 7.000 elefantes en las tierras altas del monte Kenia y de las llanuras de la zona se beneficiarán de este pasillo, lo que les significa una forma más segura de aparearse y encontrar comida.
Caza furtiva
Los elefantes son animales inteligentes y desarrollan complejas relaciones sociales entre ellos. Los cazadores furtivos aprovechan estas características y disparan a las crías para atraer la atención de los progenitores.
Samuel Wasser, profesor de biología de la Universidad de Washington informó que la caza furtiva redujo la población de elefantes en Kenia de casi 50.000 ejemplares en 1960 a 10.600 en el 1993, pero los esfuerzos de conservación y medidas contra la caza furtiva llevaron a que la población se esté recuperando lentamente y ha alcanzado los 30.000 ejemplares.
Elefante asesinado por cazadores furtivos / foto Gob. de Kenia
La caza furtiva ha causado la muerte de hasta 20.000 elefantes por año. La situación de los elefantes ha tomado un rumbo que podría significar la extinción para el 2020 de la mayor parte de los grandes grupos en libertad que aún quedan.
En 2011 se incautaron 23 toneladas de marfil, lo que significa que al menos 2.500 animales murieron a causa de la caza furtiva, esta cifra es la más alta desde 1989, cuando se prohibió el comercio de marfil para salvar a los elefantes de la extinción.
El 21 de diciembre pasado, las autoridades malayas incautaron centenares de colmillos de elefantes africanos por valor de US$1,3 millones que fueron embarcados a Camboya.
Según Traffic, (red de monitoreo de comercio de vida silvestre), la mayoría de los embarques ilegales de marfil de elefantes africanos “terminan en China o en Tailandia”.
El informe preparado por el programa de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para la Supervisión de la matanza ilegal de elefantes (MIKE) indica que en 2010 se han observado los mayores niveles de caza furtiva de elefantes desde 2002, siendo el África Central el mayor motivo de preocupación.
Recordemos que el comercio de marfil está oficialmente prohibido desde 1989 bajo la Convención de Naciones Unidas para la Protección de Especies, que ha ayudado a recuperarse a las poblaciones de paquidermos en muchas naciones africanas donde estaban al borde de la extinción.
El equipo de investigadores dirigido por la ecóloga Kathleen Gobush ha podido determinar en las conclusiones publicadas en la revista Molecular Ecology cuánto duran los efectos negativos de la caza ilegal en los elefantes africanos. Según los propios investigadores los elefantes tardan al menos 20 años en volver a formar una nueva familia tras perder a sus familiares por la caza furtiva.
África enfrenta una feroz competencia por sus limitados recursos naturales.
Con el fin de ayudar a fortalecer las comunidades indígenas para que administren mejor sus propias tierras, para proteger los corredores de migración para la vida silvestre y mejorar los medios de vida de la gente,  la organización de conservación de biodiversidad The Nature Conservancy (TNC), ha demostrado a las comunidades circundantes que la conservación de la vida silvestre abre puertas para diversificar y mejorar sus medios de vida.
“Sostengo que cuanto más indefensa es una criatura, más derechos tiene a ser protegida por el hombre contra la crueldad del hombre”. Mahatma Gandhi
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP -.