Tenemos muchos argumentos para concurrir a votar el domingo 23 y así habilitar el Recurso de Referéndum contra la Ley N° 18.987, denominada confusamente de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pero que en realidad legaliza el Aborto en nuestro país.

Son argumentos científicos sobre el comienzo de la vida humana en la concepción, argumentos jurídicos respecto a los derechos del ser concebido que ya existen en nuestro ordenamiento así como en compromisos internacionales en materia de Derechos Humanos; argumentos respecto al sistema de valores y la responsabilidad sobre las consecuencias de nuestros acto; entre muchos de los cuales podríamos fundamentar nuestra posición.

Nos queremos referir a pocos días de la convocatoria a la mujer como centro de nuestra preocupación y atención respecto a la ley de aborto.

Sin duda que la mujer con un embarazo en condiciones adversas es la que tiene que enfrentar la peor parte en esas circunstancias. La mujer que atraviesa por esa situación y se plantea la realización de un aborto, muchas veces está presionada, condicionada, vulnerable, desamparada y sola. Con la ley cuyo Referéndum de promueve, la mujer que decide practicarse el aborto, queda tan presionada, condicionada, vulnerable, desamparada y sola como estaba antes, y con un drama agregado que son las heridas físicas y emocionales que le aporta el aborto.

La ley no se preocupa con la condición de la mujer, sólo garantiza la pronta, rápida y segura realización del aborto, o sea de la muerte de ese embrión.

Nos preocupa por tanto la condición de la mujer, el desamparo que sufre con esta ley y aún en el caso de derogarla amerita la implementación de eventuales normas y seguras políticas al respecto.

También nos preocupan las cifras que se han dado en países que han legalizado el aborto y la mujer, que era utilizada como la beneficiada de estas normas, termina siendo la principal víctima en su aplicación.

Un estudio realizado por las Naciones Unidas revela que el aborto de fetos de sexo femenino es cada vez más frecuente en Europa porque las parejas prefieren tener hijos varones. Un elemento que facilita el aborto selectivo de los fetos de sexo femenino es que el avance médico-tecnológico permite determinar el sexo de un feto a partir de la 14ª semana de embarazo.

El aborto selectivo de los fetos de sexo femenino en los Balcanes trae a la memoria fenómenos similares registrados en algunas regiones de India o China, en donde nacen entre 120 y 130 varones por cada cien mujeres. El editor del estudio, Christophe Guilmoto, del Instituto para el Desarrollo de la Universidad Paris-Descartes, estima que en el continente asiático 117 millones de mujeres brillan por su ausencia. Los demógrafos han comenzado a hablar de “feminicidio” para aludir a este problema y ello claramente nos demuestra como en este proceso que se inició en Uruguay, la mujer se utiliza como la “beneficiada” para promover la norma pero triste y aberrantemente pasa a ser la principal víctima en su aplicación.

Para los que dicen que éste tema es un tema de mujeres y discriminan la opinión del hombre, al punto tal que al padre – aportante fundamental e imprescindible de la situación – la ley le quita el derecho de opinar y de paso la responsabilidad de hacerse cargo; también resulta importante recordarles la opinión de las mujeres al respecto.

En una encuesta realizada por Equipos Morí hace pocos días y difundida a través de Subrayado, entre las mujeres, la desaprobación a la ley de Aborto es del 56%, y la aprobación de la ley es tan sólo del 41%, mientras que entre los hombres los guarismos son parejos: el 49% rechaza la ley, y el 48% se manifiesta de acuerdo.

Esta investigación desmiente ese mito de que las mujeres tendrían una opinión favorable al aborto.

Porque la mujer es la principal víctima, su vulnerable estado no es considerado por la ley y su opinión en contra del aborto resulta fundamental, el 23 de junio votamos por Referéndum”.

Dr. Gerardo Amarilla.