El ministro Kreimerman dijo que el centro CATI que se creará en la FJR de la Udelar integra las estrategias del MIEM para impulsar el desarrollo productivo, y añadió que Uruguay debe destinar más presupuesto a innovación, ciencia y tecnología para disminuir su brecha con los países desarrollados. Hoy se invierte el 0,8 % del PBI, mientras que los líderes del mundo otorgan el 5 %.

La Dirección Nacional de la Propiedad Industrial (DNPI) del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y la Fundación Julio Ricaldoni (FJR) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar) firmaron este miércoles un acuerdo de cooperación por el que se instala un Centro Asociado de Apoyo a la Tecnología y la Innovación (CATI) en la FJR. En el acto, desarrollado en la sala del Consejo de la Facultad de Ingeniería, participaron el ministro Roberto Kreimerman y el presidente de la FJR, Héctor Cancela.

La creación de estos centros es el resultado de la ejecución del Programa CATI en Uruguay, que une a la DNPI y a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) con el objetivo de promover el uso de la propiedad intelectual en el Sistema Nacional de Innovación. El centro de la FJR tiene como uno de sus fines el fortalecimiento de sus capacidades en las temáticas relacionadas con la propiedad intelectual e industrial.

Los centros CATI tienen como fin promover la innovación, el desarrollo tecnológico nacional, la creatividad y la competitividad, a través del uso de la información sobre patentes y la gestión de los instrumentos de protección de la propiedad intelectual. Se trata de una de las vías para contribuir a las actividades de investigación y desarrollo, así como a los procesos de innovación tecnológica que llevan adelante instituciones, universidades y empresas.

Capacidades nacionales

El ministro Kreimerman dijo que esta firma tiene como base la “valorización” que tanto el MIEM como la Udelar –a través de la FJR- dan a la propiedad intelectual e industrial como un “instrumento de desarrollo”. Añadió que esto se incluye en la estrategia del MIEM para impulsar el desarrollo productivo, basada en tres ejes: la diversificación, la inversión y el trabajo, y las capacidades nacionales.

Kreimerman explicó que aprovechamiento de los recursos humanos, del “sitio geográfico que nos corresponde” y de la inversión extranjera es “una fuente de crecimiento”, pero “temporaria”, que “solo se logra superar con adquisición de capacidades y desarrollos nacionales”. Para ello, el convenio firmado este miércoles será un nuevo paso.

 

“La firma del convenio está dentro de nuestros ejes estratégicos” para “aprovechar las capacidades y las bases de datos de las patentes existentes, la capacitación en el tema, y la ciencia y la tecnología que conllevan la propiedad industrial”, dijo el jerarca.

Los centros CATI, agregó, están funcionando muy bien, por lo que “la conexión entre las actividades de ciencia y tecnología y la producción, y viceversa, están siendo fortalecidas institucionalmente en forma importante”. Aun cuando los avances son destacables, Kreimerman dijo que resta aún mucho por hacer en materia de institucionalización e inversión.

El ministro destacó que en los CATI hay “información tecnológica, asesoramiento a los inventores y focalización en usuarios nacionales”, a través de herramientas internacionales que han demostrado validez. Al mismo tiempo, son espacios de coordinación entre múltiples actores, entre ellos la FJR, que “tiene un papel preponderante”. Recordó que la Udelar está a cargo del 80 % de la investigación en instituciones públicas, y añadió que la que se desarrolla en el sector privado es aún “muy poca”. Uruguay es hoy receptor del conocimiento que surge del exterior, “por eso la importancia del conocimiento nacional”, dijo el ministro.

“En estos temas, quien invierte más toma más distancia” en el camino al desarrollo, afirmó. Por ello, consideró insuficiente el monto del Producto Bruto Interno que se otorga hoy a la investigación, situado en el 0,8 % como máximo, mientras otros países destinan el 5 %. Solo a través de “invertir mucho más” y “dar mucho más presupuesto a las actividades de ciencia y tecnología, educación y universidad”, Uruguay disminuirá esta brecha y dará una mejor calidad de vida a su población, dijo Kreimerman.

“El desarrollo hoy está asociado a la sociedad del conocimiento”, resumió el jerarca, quien mencionó como ejemplos los trabajos realizados en el sustento de las nuevas energías y las telecomunicaciones, así como en la diversificación de la matriz productiva, ámbito en el que resta mucho por hacer. “Por eso continuaremos”, finalizó.

En tanto, el presidente de la FJR y decano de la Facultad de Ingeniería dijo que el crecimiento del país pasa por la incorporación de conocimiento. Indicó que las facultades son “motores de generación de conocimiento y tecnología”, aunque es necesario lograr la transferencia de esos conocimientos para que se pongan al servicio del desarrollo del país. Este es el fin de la FJR, explicó. En ese camino también se encuentra la creación de un CATI en la FJR, la que definió como una “oportunidad” de que la institución cumpla con sus objetivos cabalmente.

Cancela explicó que la iniciativa se desarrollará en diferentes etapas. En la primera se formarán recursos humanos, con apoyo del MIEM y OMPI. Posteriormente, la FJR dará servicios de vigilancia tecnológica, búsqueda e información de patentes e, incluso, de oportunidades comerciales.

El presidente de la FJR subrayó que la propiedad intelectual no tiene foco en “enclaustrar” conocimientos sino, por el contrario, en “ponerlos a trabajar” para que se vinculen al resto de los conocimientos de la sociedad uruguaya y la humanidad. De este modo, se pasará “de las ideas a los emprendimientos”, y por lo tanto al “desarrollo productivo y social del país”, afirmó.