La integración de las políticas económicas y sociales fue un rasgo distintivo de los dos últimos gobiernos, aseguró el ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara. “Recuerdo cuando antes de marzo de 2005 le planteábamos a la administración saliente la necesidad de avanzar en el Plan de Emergencia y se respondía que no se podía hacer ese gasto, porque desestructuraba los equilibrios fiscales y macroeconómicos”, indicó.

Bergara precisó que la implementación de los planes de Emergencia y de Equidad y la priorización del gasto social en la política fiscal demostraron que era posible tener políticas bien definidas para esa área que implicaran mayores recursos, como en el caso de la educación, la salud, las estrategias de asistencia focalizadas y la seguridad, sin alterar la sustentabilidad de las cuentas públicas.

“Era un tema de prioridades. Eso queda demostrado al comparar la gestión fiscal y el gasto público en esta década, en que aumentó considerablemente la proporción del área social, al punto de que hoy las tres cuartas partes de lo gastado por el Estado corresponden a objetivos de índole social”, explicó.

“Es un tema de enfoque, de integración de las políticas económicas y sociales, que antes se consideraban en oposición”, insistió.

Bergara aseguró que el cambió impulsado desde 2005 en el proceso presupuestal reflejó las prioridades políticas impulsadas por los dos gobiernos del Frente Amplio, en los que el gasto social pasó a tener un rol más importante en el presupuesto nacional en el contexto de la sustentabilidad del prudente manejo de la política fiscal.

Sobre la clase media

El ministro de Economía puntualizó que la clase media en Uruguay ha crecido sensiblemente, fruto del auge económico y las políticas, entre otras cosas, de las de carácter social, que permitieron que la pobreza pasara de afectar a 40 % de la población uruguaya en 2004 a poco más de 10 % en la actualidad.

“Hoy, la clase media está más fortalecida que hace 10 años, la pobreza bajó casi 30 puntos porcentuales y, por lo tanto, es bastante ilógico plantear que los programas de transferencias monetarias castigaron a la clase media” sostuvo.

“Es más, cuando se implementó el Plan de Emergencia en 2005 había quienes planteaban que era empezar a repartir plata y que eso nunca se iba a desandar”, recordó.

“La vida y la responsabilidad del Gobierno del Frente Amplio también mostraron que el Plan de Emergencia fue más o menos lo que estaba previsto y después se transformó en políticas estructurales totalmente diferentes la atención de la emergencia en 2005 y 2006”, añadió.

Para el titular del Ministerio de Economía y Finanzas, plantearse las políticas sociales en oposición al proceso de crecimiento económico es un error conceptual y político, por lo cual es necesario integrar el hecho de que hay sectores de la sociedad que requieren ayuda, asistencia, pero también políticas sociales estructurales, que no son asistencialistas.

“Todo el impulso a la educación es una necesidad, no solamente de la sociedad, sino del sistema económico. Todo lo que se invierte en salud es una necesidad de la sociedad y del sistema económico”, apuntó.

“Lo que se invierte en seguridad, lo mismo, y en políticas focalizadas, también. Porque la estabilidad social es parte del clima de los negocios, porque para que haya más inversiones se necesita un capital humano adecuado y eso implica educación, salud, seguridad”, subrayó Bergara.

Transferencias monetarias

El ministro consideró que las transferencias directas no son el gasto más importante, aunque son imprescindibles para atender al 10 o 15 % más desfavorecido de la población, pero el relevante y que absorbe la mayor parte de los recursos estatales tiene que ver con la educación, la salud, la seguridad, o sea políticas más estructuradas, integradas, que obviamente también benefician a los sectores más desprotegidos o menos privilegiados.

“A veces se puede hacer esa caricatura de que las políticas sociales son tal y que todo es repartir plata, pero eso es otra falsedad”, reiteró. “Las políticas sociales más estructurales son las que más se han apoyado, como la educación, salud y seguridad.”, aseguró.

“Las que implican transferencias monetarias no son el núcleo principal de las políticas sociales, más allá de que son imprescindibles para atender sectores de la sociedad que, afortunadamente, son cada vez menos, pues al bajar la pobreza y la indigencia, mejorar la equidad, pasar de un desempleo de casi 20 %, al 6 % de los activos, con la gente trabajando y generando ingresos, es necesario también dedicar menos recursos a la asistencia de transferencia directa”, detalló.

Cuando se compara 2006 con 2013, se comprueba que el gasto público en educación pasó de 3 % del producto interno bruto a 4,6 %, el de salud de 3,1 a 6,1 % y los de seguridad y asistencia social pasaron de 11, 6 a 12,5 %, precisó.

Fuente:Presidencia de la República. www.presidencia.gub.uy