Un vocero del Arzobispado de Mendoza, Argentina, dijo que «nadie puede ir al infierno» por comer carne durante el viernes de la Semana Santa, y que se puede sustituir esa abstinencia por otra, como no tomar alcohol.

Sergio Buenanueva, vocero del Arzobispado de Mendoza, dijo a la agencia Télam que la Conferencia Episcopal Argentina «autoriza a los fieles católicos a cambiar la abstinencia de carne por abstinencia de bebidas alcohólicas o por una obra de piedad o el rezo del Vía Crucis».
Por lo tanto, los que no puedan resistirse a «la tentación de la carne», pueden suplir ese sacrificio por otro porque, tal como afirmó Buenanueva, «la práctica es la abstinencia (…) responder al espíritu del Viernes Santo, un día de ayuno, abstinencia y de comunicación con Dios».
«No vale nada comer pescados costosos u otros tipos de comidas, sino lo que vale es el sacrificio y la abstinencia y entonces comer poco, enfrentar el sacrificio valorando la esencia del espíritu», agregó el vocero.
«El sacrificio y el sentir a Dios es lo primordial, no si se come o no carne, o si irás o no al infierno», concluyó.