El senador Alberto Cid (Asamblea Uruguay) calificó de preocupante la
situación del embarazo adolescente no controlado que calificó de “una bomba
de tiempo” porque ello va de la mano de “la prematurez, del mayor riesgo de
mortalidad neonatal”.
Al revelarse los datos que dan cuenta de un incremento de 52 casos de niños
nacidos con sífilis a 104 en el año 2006, Cid afirmó que “hay una falta de
control del embarazo porque, de lo contrario, no hubieran aparecido estos
casos. Obviamente que también implica que se formen adecuadamente técnicos,
como tiene el país en el área obstétrico-ginecológica”.
Los conceptos fueron vertidos el pasado 3 de julio de 2007 en la Comisión de Salud
Pública de la Cámara alta que aprobó los primeros seis artículos del
proyecto de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva que
promueve la despenalización del aborto.
“Tenemos muchas cosas por hacer y creemos que nuestro país, teniendo hoy uno
de los promedios de vida más altos de la región, no se puede dar el lujo de
tener, al mismo tiempo, un índice de mortalidad infantil que es el doble del
que existe en Cuba, por ejemplo, país donde las condiciones socio-económicas
son peores que las nuestras y donde, sin embargo, este año se está llegando
a un promedio de 5.5 fallecidos por cada mil nacimientos. Creemos que
nuestro país no está armonizado con su realidad socio-económica y, por eso,
consideramos que en este tema de la mortalidad infantil hay mucho por
hacer”, agregó Cid.
Por último, dijo Cid, “quiero decir que comparto la preocupación manifestada
por la señora Senadora Xavier y también por la propia Ministra de Salud
Pública en el sentido de que es una vergüenza que tengamos cifras como las
que hoy se exhiben”.
Su colega médica y de bancada, la socialista Mónica Xavier recordó que “el
año pasado, la Ministra de Salud Pública advirtió que se habían registrado
52 casos declarados de sífilis connatal -esto es, sífilis en el recién
nacido- cuando se suponía que en este país no había sífilis desde hacía
mucho tiempo. Ahora bien, este año, cerrando el 2006, la Ministra muestra
mayor preocupación -como todos quienes la escuchamos- al decir que el número
de casos ascendió a 104; exactamente el doble”.
Por tanto, “esto significa que la exhortación realizada por las autoridades
del Ministerio de Salud Pública tuvo un resultado parcial: sirvió para la
denuncia, pero no para la prevención”.
Según Xavier, “hemos sido muy eficaces en la eliminación de la trasmisión
del VIH madre-hijo, pero tenemos un problema que vuelve a aparecer: las
enfermedades reemergentes”.
Para el nacionalista Enrique Antía, si el MSP “reconoce que un día tiene
determinada información y al año siguiente se asombra con otra, quiere decir
que le está faltando la información relativa al diagnóstico del primer
nivel. Este es un problema grave, porque mal podemos decidir, legislar o
gobernar si no tenemos bases de información confiables”.
“En esto último estoy de acuerdo”, añadió Víctor Vaillante (Claveles Rojos).
Para Cid, “la inquietud del senador Antía es absoluta y totalmente
compartible”.
“Tenemos que ser muy sinceros -aquí no nos duelen prendas- y decir que
nuestra Facultad de Medicina tampoco ha jerarquizado la atención primaria en
salud en la formación de los recursos médicos. Esto tiene que quedar claro;
ha sido más el Ministerio de Salud Pública de las anteriores
Administraciones el que, en base a un entrenamiento, formó médicos de
atención primaria y los puso en la cancha a trabajar como podían, que lo que
se ha hecho desde nuestra Facultad de Medicina. Realmente, este es un debe
real: no tenemos tantos médicos de atención primaria como deberíamos tener
en un sistema desarrollado de atención primaria en salud”.