El senador Gustavo Penadés (Herrerismo) reclamo la adopción de medidas urgentes para atender la situación de lo que se conoce como «basura electrónica». El legislador explicó en hora previa de la Cámara de Senadores los problemas de contaminación generados cuando se desechan heladeras, televisores, computadoras, teléfonos celulares y accesorios de dichos aparatos.

Para ejemplificar la gravedad de la situación el senador Penadés explicó que dichos aparatos contienen plomo, arsénico, trióxido de antimonio, selenio, cadmio, cromo , cobalto, entre otros componentes de alta toxicidad, y que, por ejemplo la batería de un teléfono celular puede contaminar mas de 600.000 litros de agua. Penadés agregó que se calcula que existen mas de dos millones y medio de teléfonos celulares y una alta tasa de reposición, por lo que el panorama que se avecina para el país es extremadamente preocupante y peligroso. Además, resaltó el legislador, muchas veces los equipos desechados son quemados con la consiguiente producción de gases de alta toxicidad.

Penadés reclamó del Ministerio de Vivienda, Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial y de los Gobiernos Departamentales que se tomen medidas urgentes para atender la situación planteada.

A continuación compartimos textualmente la intervención de Penadés en la hora previa del Senado del pasado martes 3 de julio de 2007.

“Señor Presidente: en el día de hoy queremos también hacernos eco de una muy interesante intervención que tuviera un edil del departamento de Montevideo, más precisamente del Centro Comunal Zonal Nº 14, el ingeniero Miguel Borba Frugone. Concretamente, hizo un planteamiento a la Intendencia Municipal de Montevideo el que, una vez que tomamos conocimiento, quisimos transmitir a este Senado y lograr una atención a nivel nacional.

Dicho edil local ha planteado inteligentemente la situación que el Uruguay está comenzando a vivir con relación a lo que es la contaminación ambiental a la que se puede ver sometido como consecuencia de la basura electrónica. En nuestro país no hay ningún tipo de normativa, de carácter nacional ni departamental, que reglamente la forma en que se debe eliminar lo que se conoce como “basura electrónica”, que está dividida en tres líneas: la línea blanca, que tiene que ver con las heladeras, frízeres, lavavajillas, lavarropas, hornos microondas, cocinas, etcétera; la línea marrón, relacionada con los televisores, videos y equipos de música y, por último, la línea gris, que es la que hoy más nos preocupa, que abarca las computadoras, los teléfonos celulares y toda la tecnología relacionada con estos aparatos.

Para mostrar la gravedad del tema, basta con citar un ejemplo. Los teléfonos celulares y las PC o aparatos de computación contienen plomo, arsénico, trióxido de antimonio, policromados, selenio, cadmio, cromo, cobalto y mercurio. Para que el Senado tome debida atención de la magnitud del peligro al que hoy todos nos vemos enfrentados, basta con decir que la batería de un teléfono celular puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua potable, porque el cadmio de cada uno de estos aparatos es un elemento altamente contaminante. Se calcula que hoy en nuestro país hay más de 2:500.000 teléfonos celulares con tasas de reposición y de renovación altísimas; sin embargo, las autoridades de Gobierno, tanto las anteriores como las actuales ‑esto está por encima de los partidos políticos-, no se han ocupado del tema.

Aclaro que el objetivo no es hacer una crítica de carácter político menor, sino llamar la atención de las actuales autoridades sobre el peligro al que nos enfrentamos con la altísima tasa de renovación que tienen, reitero, los teléfonos celulares y los aparatos de computación. Actualmente, muchos de estos últimos que son desechados, luego son quemados y, en ese proceso, emiten una serie de gases tóxicos que provocan una altísima contaminación del aire, tanto a nivel de la atmósfera como de la biosfera.

Pensamos que el Poder Ejecutivo y los Gobiernos Departamentales deben adoptar una serie de medidas que apunten a una política de recolección –tal como lo plantea el edil Borba, esta tarea podría estar a cargo de organizaciones no gubernamentales que se dedicaran especialmente a este tema- y de clasificación de distintos tipos de baterías y equipamiento informático, utilizando toda clase de polvos anticontaminantes, neutralizantes e inhibidores de los elementos contaminantes que contienen estos equipos.

Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y a las diecinueve Intendencias Municipales y Juntas Departamentales, para que este tema esté en conocimiento de todos, de manera de empezar a pensar muy seriamente en una política a corto y mediano plazo que regularice y reglamente el mecanismo por el cual en el futuro se deberá proceder a la eliminación de este tipo de desechos que hoy y cada vez más se está convirtiendo en materia frecuente y común en nuestro país”.