En este caso, el diputado colorado Alberto Scavarelli titula su habitual columna como “Alta presión” y enfoca su pensamiento hacia las políticas económicas del gobierno.

”Cuando alguien tiene controlada su alta presión arterial solo por medicamentos que debe tomar todo el tiempo, y debe correr con el vaso de agua y la pastilla detrás de cada pico, entonces no hay duda alguna: padece presión arterial alta, más allá que esta esté controlada artificialmente porque se le administran medicamentos, cuyo efecto es bajarle la sintomatología. Lejos esta que el problema de fondo esté resuelto.

Con la economía pasa igual. Si uno sólo ataca los síntomas, y opera controlando los precios artificialmente, que no bajan sanamente por una mayor oferta o por una menor demanda, sino por quitarles impuestos o forzando a los productores a bajarlos, o promoviendo otros de baja calidad, no esta solucionando, esta remediando. Si se aplican subsidios que paga toda la sociedad por rentas generales que se alimentan con el impuesto a los sueldos e ingresos llamado impuesto a la renta y por el IVA a lo que se
consume, tampoco puede decirse que esta resuelta la inflación. Sólo puede decirse con preocupación, como en el caso de la tensión arterial alta, que el paciente esta química y artificiosamente controlado. Pero la presión subyace, ya que se sabe que las causas están allí intactas.

Esa es la realidad. El gobierno trata de abatir el índice inflacionario para que no llegue al temido diez por ciento, y de ese modo salvar la aplicación de la llamada cláusula gatillo que indexaría los sueldos y pasividades.
Entonces, entre otras medidas se propone retrasar la ronda de los consejos de salario postergando el escenario donde la recuperación en los sueldos de la inflación pasada, considera un factor por si mismo inflacionario al poner mas dinero en plaza, cuando la intención es justamente la contraria, el también muy peligroso achique.

El paciente se sigue alimentando mal, no hace ejercicio y solo se controla la alta presión a fuerza de diuréticos que le merman la liquidez del sistema o le rebajan la calidad, la cantidad o el precio de los productos bajo amenazas de escraches o de importaciones casi imposibles, o por reducción o exoneración temporaria de impuestos, o por atraso de ajuste de tarifas, o directamente subsidiando el producto con dineros públicos.

¿Esta mal hacerlo?…transitoriamente puede estar bien… siempre que se asuma la realidad. Si se dejara funcionar la economía como hasta ahora, debiera ser reconocido y no negado que estamos en medio de un severo e inicial empuje inflacionario.

Está bien que la gente no padezca el alza de los precios. Lo que no puede decirse y si se dice esta muy mal hacerlo, es que las adoptadas son medidas de fondo, acciones curativas de la presión inflacionaria y que esta todo normal. Estamos algo así como libres de inflación con vacunación y con altas dosis diarias de medicamento, mientras se apronta el rifle sanitario para todo lo que acerque a la temible barrera de los diez puntos de inflación.

Debiera decirse claramente que estamos bajo una persistente presión inflacionaria muy por encima de lo esperado y aceptar que de no mediar la severa y artificiosa medicación aplicada, estaríamos muy por encima de los límites antes fijados por el propio gobierno en solitario como siempre. Esa es la verdad y la sabemos todos los uruguayos. Las razones, varias. Internas y externas, pero la problemática consecuencia es que nos esta empujando la inflación y la medicación recetada no puede tomarse indefinidamente, mas allá de la bonanza de posprecios internacionales y de una recaudación fiscal
monumental y sin antecedentes, acrecentada por la presión fiscal aplicada a quienes trabajan o trabajaron antes.

Los precios están allí, en la góndola del supermercado, en el mostrador, en las vidrieras, o en los precios de los arrendamientos.

Estas acciones son sólo paliativas para que la medición no marque la realidad que afloraría si se dejara de aplicar el conjunto de medidas que buscan sostener tan química como artificialmente baja esa presión latente que puja inexorable por subir en medio de un fuerte gasto público.

Los precios se controlan hoy por hoy, por medidas que tienen que ver con sacrificio de impuestos, pérdida de recaudación tributaria o transferencia de recursos de la sociedad o por pérdida de rentabilidad de los productores y comerciantes, pero eso por artificial, sólo surte efectos por un rato, pero el paciente continúa en graves problemas.

Pasado de peso, sedentario, comiendo en forma poco saludable y demasiado, y además se embriagado en el ejercicio del poder en solitario, en medio de un ambiente lleno de aspirantes, donde cada uno busca marcar su perfil, entonces resulta claro que el paciente esta lejos de estar a salvo.

Sigue siendo un complicado enfermo que sufre de alta presión, en medio de un barrio donde el complicado gobierno vecino sufre de lo mismo, aunque este como tiene una fiesta electoral en pocos días que no K…uiere perderse, sencillamente cuando se toma la presión, dice que todo está muy bien.

Si usted mira los índices de inflación, parecen estar en números controlados, pero no debe olvidar que es a fuerza de tomar una medicación que a la larga es nociva y no se puede tomar por mucho tiempo. Todo podrá ser posible, menos dar de alta a un paciente que solo esta logrando controlar la sintomatología. La gente sabe si los precios aumentan, difícilmente le convenzan de otra cosa que no sea su cotidiana realidad, muy
lejos de la macroeconomía y de las operaciones de comunicación.

Por las dudas usted estimado lector, sea prudente, no gaste demás, cuide sus costos y sus gastos, no se endeude por consumir, ser cuidadoso es la consigna de la hora, haga como si viajara en avión, y ante el peligro, como no le queda mucho mas que hacer, que apretarse el cinturón y aferrarse a su asiento, espere a que pase la severa turbulencia, hasta que finalmente cambie el clima y la tripulación a bordo, que es la garantía final en toda democracia.

http://www.scavarelli.com – albertoscavarelli@yahoo.com