La columna del diputado colorado Alberto Scavarelli
en esta oportunidad lleva como título «¿Valiente o improcedente?», y alude al primer
discurso en su calidad de presidenta de Cristina Kirchner, con los
cuestionamientos a Uruguay por la construcción de la empresa Botnia, así como
la presencia del mandatario uruguayo Tabaré Vázquez en dicha instancia.

«El discurso de asunción presidencial en la Argentina, la valija
venezolana y su derrotero previsible, la referencia a Uruguay imputándole
violación del tratado en plena ceremonia ganancial, en presencia del invitado
presidente uruguayo allí presente. Su estoica actitud para soportar el embate,
y su posterior calificación de valientes a las palabras de la presidenta de los
argentinos al referirse al Uruguay en pleno día de gloria personal y conyugal
en y con el poder, son hechos complejos, difíciles de asimilar.

Como siempre puede uno darle muchas interpretaciones los hechos, y en cada una
de ellas acertar con algo de verdad. Pero la triste imagen que estamos ante el
mundo, ya no tiene límites. Primero los papelones de la reciente cumbre en
Chile y ahora esta violencia ante tantos invitados, televisada en directo al
mundo, por si alguien pudiera perderse el bochornoso espectáculo. El real
mejor tu por que no te callas de Santiago, ha sobrevolado el escenario.

Si realmente se asume por el gobierno argentino tal como dice, que el conflictivo
tema binacional torpemente alimentado, se resuelve con el futuro y cada vez mas
próximo fallo de la Haya,
y ante la inocultable realidad que la planta esta produciendo a toda chimenea y
de contaminación por suerte nada a pesar del seguimiento, entonces, para que en
plena ceremonia decir lo que se dijo.

Si se espera el fallo, alcanzaba con decirlo para civilizar lo que ya tiene visos
impresentables. A lo sumo hacer mención al hecho de la espera del fallo y
el sometimiento anticipado a lo que se disponga por el Tribunal supremo de la ONU, sin seguir cultivando el
chirreante crujir de estas bochornosas ineficacias compartidas.

Pero no fue así, sino todo lo contrario. En medio de un estupendo discurso dicho
con talento y oficio, se eligió introducir lo innecesario en plena algarabía de
asumir la presidencia y ocupar un lugar en el libro de los récords. Acusar al
Uruguay representado por su presidente que no podría contestar nada, que fue
hasta allí para cumplir, después de los errores acumulados en plena
cumbre de Santiago, fue un gesto que en nada ayuda a mejorar la hoy menguada
imagen de la región en el mundo.

El Rey de España, ni se asomó por estos lares. Si bien el Rey no participa de
ceremonias de cambio de mando presidencial según se dice, de todos modos le
vino de perillas salvarse de venir a este rincón del mundo donde está claro que
se compite en torpezas y agravios gratuitos, absolutamente incompatibles con un
mínimo de civilidad y cultura política internacional.

Nuestros políticos vernáculos cuando devienen en voceros internacionales de sus
gobiernos, parecen no saber o no querer diferenciar su forma de actuar ante el mundo internacional organizado y el imprescindible meticuloso cumplimiento
de sus deberes estrictos para poder entenderse entre culturas diferentes y con
intereses contrapuestos. Hablan y actúan como si lo hicieran el en comité de su
partido o pensando en sus internas nacionales, y así nos va.

Basta con recordar como le fue a Chávez, cuando se paso de rosca, y el porque
no te callas realmente propinado, le costo definitivamente mucho y por mucho
tiempo.

El incidente en Santiago, no explica el fracaso electoral de su rechazada propuesta
revolucionaria plebiscitada, pero ayuda a entender cuanto afectó este incidente
a la imagen de petro poderoso invencible y sin límites, que quiere mostrar ante
los suyos y ante quienes se le cuelgan de sus favores y valijas.

Esas valijas que son el corolario de este tiempo de intromisión en los asuntos
internos de otros países. Este ilícito modo de buscar desvergonzadamente, la
forma de promover gobiernos amigos en otros estados, en una muestra clara del
peor de los imperialismos del siglo XXI.

Por aquí ya las padecimos hace un tiempo, pero ahora son de tinte materialmente
cotizables. Se aproximan las elecciones en Paraguay, un país del MERCOSUR que
seguramente corre el riesgo de ser atropellado con indebidos apoyos al
candidato que le guste mas a otros presidentes, quienes quizás buscarán operar
a fuerza de los petrodólares que recibe en tal cuantía, que le lleva a casi no
saber bien que hacer con ellos.

El venezolano va a estar en el poder hasta el 2013, según lo anuncia, así que
en nuestra próxima elección nacional, deberemos estar todos atentos para que
por aquí no llegue lo que no debe llegar, y evitar que alguien se entrometa en
lo que no debe jamás entrometerse. Debemos evitar que los feriados políticos
argentinos de ayer y los descarados apoyos a un candidato se puedan repetir.
Evitarlo a toda costa para bien de todos, incluso del propio candidato.
Busquemos evitar el enojo del intrusivo mecenas porque después cuando se
llega al gobierno, no se hizo lo esperado Debemos además
lograr que ni se acerquen los valijeros bolivarianos revolucionarios con sus
petrodólares ideológicos interesados y expansionistas, clavando sus uñas por
estas tierras. Todo poder es transitorio, pero mientras se ejerce de este modo,
puede causar perjuicios infinitos.

El presidente uruguayo, con una sonrisa que pasó de satisfecha a congelada, debió
escuchar sin aviso lo impensable En plena ceremonia presidencial en Argentina
se acusó al Uruguay de haber violado el Tratado del Río Uruguay, así nomás, sin
anestesia

Absolutamente fuera de contexto y sin necesidad o utilidad alguna, mientras se
decía que se estaría a las resultancias de la Haya. Se dijo lo que dijo
y dicho una vez mas está ante los mandatarios allí presentes, como para profundizar
esta vergonzosa forma de manejar problemas internacionales. Un estilo en el que
están enzarzados ambos gobiernos, pensando que quizás la torpeza de
Santiago hace unos días hubiera resultado ser poco elocuente.

Como increíble corolario, asistimos a la declaración posterior sobre la supuesta
valentía que significaron los dichos de la novel presidenta e los argentinos.
Se debe haber equivocado el periodista que recogió los dichos del presidente
uruguayo. Donde dice que dijo valiente, seguramente debió haber dicho
improcedente, groseramente improcedente, que suena parecido pero tiene un
océano de oportunidad entre medio. Claro que Vázquez estaba de visita, lo dicho
lo dijo una dama, y los uruguayos somos muy caballerosos.
Pero de allí a considerar valiente lo absolutamente improcedente, hay un buen trecho».

*Legislador Nacional – Partido Colorado – Uruguay.

http://www.scavarelli.comalbertoscavarelli@yahoo.com