«Apuntes a modo de Homenaje al compañero Pedro Antonio Marín.

De pie; ha muerto Marulanda.

La burguesía de las «grandes» potencias imperialistas es hoy
reaccionaria de pies a cabeza, y nosotros reconocemos que la guerra que ahora
hace esa burguesía
es una guerra reaccionaria, esclavista y criminal.
Pero, ¿qué podría decirse de una guerra contra esa burguesía, de una guerra,
por ejemplo, de los pueblos que esa burguesía oprime y que de ella dependen, o
de los pueblos coloniales, por su liberación?

V. I. Lenin.
de «El programa militar de la revolución proletaria» (Septiembre de
1916).

Hace escasas horas nos llegó la noticia: «murió Marulanda», nos dijo
una querida compañera; lo intuíamos. Ya la prensa carroñera se regodeaba en idénticos
titulares desde veinticuatro horas antes. La primera sensación, de pesadumbre,
de dolor, permanece. Al mismo tiempo otra sensación se une, contradictoria, a
nuestro sentimiento; sentimos alegría y orgullo. Alegría por la certeza de que
llegó la hora de la muerte, pero una muerte sólo física, a un hombre digno que
fue coherente hasta el final de sus días, muerte inevitable que nos llegará a
todos; orgullo por el ejemplo de un
combatiente comunista que no cedió un segundo ni un milímetro en su convicción
en la necesidad de una sociedad sin explotados ni explotadores.

Pedro Antonio Marín, Marulanda, «Tirofijo» fue un marxista-leninista;
un sabedor de la necesidad de la praxis revolucionaria, un sabedor de la necesidad
de organizar las fuerzas populares, un sabedor de la importancia de combatir al
enemigo en todos los frentes de lucha. Su horizonte revolucionario está intacto
y vigente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son su garante; el
pueblo colombiano su testigo y su artífice.

LA COYUNTURA EN NUESTRA INDOAMÉRICA

En la actual hora americana observamos una desvergonzada ofensiva del imperio y
de los gobiernos lacayos contra las organizaciones revolucionarias en Colombia
y contra los intentos de soberanía y avances en Venezuela y Bolivia; esta
ofensiva, multifacética, es parte de una estrategia continental y global de la
rosca financiera, armamentista y fascista que domina los resortes permanentes
del Estado norteamericano; en el marco de su ofensiva por el control de los
recursos naturales, territoriales y humanos, nuestra Indo América es pieza
clave. Ciertos gobiernos, entre ellos el más extremista el de Uribe, expresan
los mismos intereses rapaces y la misma opción por el capital y las burguesías
atadas al capital financiero y la especulación.

En tanto parte del pueblo de la patria Grande y como artiguistas y revolucionarios
debemos estar atentos y alerta, movilizados y solidariamente activos con los
pueblos que luchan y con las organizaciones que están a la vanguardia de los
procesos.

El imperio supone que es invencible; especula con una Cuba post Fidel postrada
y retornando a un oscuro papel de burdel y garito; especula con la destrucción
de las FARC y con la posibilidad de doblegar el proceso venezolano,
contradictorio y complejo pero promisorio; intenta quebrar la espina dorsal de
Bolivia; se apoya para esto, desde la diplomacia, en la complicidad, el
silencio y la genuflexión de diversos gobiernos americanos, entre ellos el de
Vázquez.

El imperio, en este estadio terminal que definimos como «mundializador-militarista»
apela a la violencia evidente o solapada como elemento principal en el marco de
una estrategia global; nuestra tarea, hoy, ahora, si deseamos preservar el
proceso revolucionario en Cuba, la tendencia antimperialista en Venezuela y Bolivia
y profundizarla, los intentos de avance en Ecuador y Paraguay, debe ser la de
favorecer la unidad de los pueblos en una concepción antimperialista radical de
cara a una necesaria
perspectiva regional de resistencia y combate. Ese debe ser nuestro homenaje a
quienes han caído de pie y luchando, como Marulanda.

La vida de Tirofijo es la vida de un hombre consecuente; un hombre integrado a
las necesidades de su pueblo, convencido del papel de un intelectual colectivo
capaz de accionar a partir de las ideas; de la lejana y siempre presente
Marquetalia, de aquel escaso agrupamiento al presente no sólo ha pasado el
tiempo, ha existido un trabajo. Este trabajo no responde exclusivamente a él,
mas sin la presencia del Comandante resulta difícil comprender la realidad de
Colombia.

Diversos momentos ha debido atravesar el pueblo, el país, el hombre; sinsabores,
fracasos, retrocesos, éxitos puntuales; sin embargo, en la necesaria
construcción de las herramientas populares, y en su desarrollo, todo se ha
hecho sostenible en virtud de una estrategia: la revolución socialista. Eso es
Marulanda; la encarnación de una doctrina, de un proceso, de una lucha.

A la fecha, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia controlan casi el
cuarenta por ciento del territorio colombiano, unos quinientos municipios y
son, en tanto fuerza beligerante, un elemento omnipresente en la geopolítica de
Colombia, del continente y factor coadyuvante de principal importancia en
cualquier estrategia revolucionaria continental; esto lo comprende el imperio,
lo comprende Uribe; ¿comprendemos nosotros, los revolucionarios, la importancia
de tener una actitud activa y concreta de apoyo a la lucha del pueblo de
Colombia?

De nada vale llorar a los caídos desde la contemplación pasiva; de nada vale inundar
papeles e internet con panegíricos y apologías encendidas; la tarea es
insertarse, organizar, educar, unir; insertarse, organizar, educar y unir para
la lucha; esa fue la vida de Marulanda, ese debe ser nuestro horizonte.

Comandante Manuel Marulanda Vélez:
Morir por el pueblo ¡es vivir para siempre!»

COMPROMISO REVOLUCIONARIO.
http://www.compromisorevolucionario.org