El designado embajador uruguayo en Suecia, doctor Manuel Vieira Merota anunció que se propondrá «acercarme a la colonia uruguaya, crear un departamento comercial proactivo y eficiente, que reciba empresarios que construyen las ferias y que identifique posibilidades de llevar adelante un continuo relacionamiento con las empresas del Norte».

Así lo expresó Vieria en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado el pasado 10 de julio de 2008, en donde sostuvo que «en lo relativo a los asuntos consulares y de vínculos, quiero decir que Uruguay debe hacer un reconocimiento a Suecia por la forma en que, en las épocas difíciles de nuestro país, recibieron a miles de compatriotas que viajaban en aquellos aviones de SAS».

«En ese país los recibieron y les dieron un idioma, trabajo, familia y la oportunidad de lograr que se integraran a esa sociedad tan especial, que tiene esa concepción tan refinada del ser humano», agregó.

Según las estadísticas suecas, «en este momento hay una colectividad de uruguayos integrada por 2.260 ciudadanos nacidos en nuestro país que viven en Suecia, a los que se agregan los de segunda y tercera generación».

Por otro lado, «hay uruguayos que desde nuestro país cooperan con los que están allá; hay, aproximadamente, mil personas registradas en el Consulado sueco, cuyos apellidos no son Österman o Nielsen, sino que son Rodríguez o Vieira».

Entonces, «teniendo en cuenta esa deuda de gratitud y la cooperación, luego de llegar a Suecia, en agosto, tendré dos ocasiones inmejorables para vincularme con tres Casas Uruguay y dos Consejos Consultivos que, a su vez, están comprendidos en lo que se llama Federación de Organizaciones Uruguayas en Suecia».

Por tanto, «tendré dos oportunidades de reunirme con los uruguayos y, además, se agrega la visita del Capitán Miranda a un puerto noruego».

En lo personal, dijo Vieira «intentaré que se rompa esa especie de separación que hay entre la administración y la gente, cosa que he sentido en el Consulado en Miami, que tenía un perfil de migración totalmente distinto y, a pesar de nuestros esfuerzos, uno podía notar que los uruguayos que estaban del otro lado del mostrador se sentían maltratados por la administración».

«Entonces, mi empeño estará en aunar esfuerzos, sobre todo con la colectividad calificada, para lograr una cooperación en todos los niveles posibles, lo que pienso hacer en los dos primeros meses», señaló el diplomático.