Compartimos este 14 de octubre de 2008 la opinión de la Presidencia de la República que encabeza Tabaré Vázquez ante la crisis financiera mundial.

«El sistema financiero global atraviesa un período de turbulencias sin precedentes» sostiene un informe del FMI publicado el 07 de octubre. Y como si eso fuese poco, advierte que «lo peor no ha llegado». «La crisis financiera que estalló en USA mostró el lado oscuro de la globalización», había expresado un día antes el Presidente del Banco Mundial durante una conferencia en Washington. También el 06 de octubre, pero en París, el Presidente del BID declaró que la recesión «es un problema grande porque seguramente lo que ocurre en los mercados del primer mundo tiene un impacto sobre el resto de los países en desarrollo. Esa idea que había de que los mercados emergentes de Latinoamérica o Asia se había desenganchado de lo que pasaba en el resto del mundo es cierto hasta cierto punto. Si esto se acentúa, obviamente ningún país puede estar libre de impactos» «El retorno de la incertidumbre», tituló el filósofo Daniel Innerarity una columna de opinión publicada el 07 de octubre en el periódico español «El País», destacando que «…anda ahora, casi todo el mundo, con motivo de la crisis financiera, celebrando que tenía razón, pero muy pocos advierten que lo que se ha acabado es precisamente eso: el arte de tener siempre razón» Semanas antes, el 17 de setiembre, desde esas mismas páginas el ex Presidente de Gobierno español Felipe González había expresado que «si las consecuencias no fueran tan duras e incluso dramáticas, sería divertido contemplar al sistema triunfante sin saber qué hacer consigo mismo, sin poder compararse a otros como peores y sin poder encontrar culpables». Las expresiones de Felipe González fueron recogidas y ampliadas por nuestro compatriota, el Dr. Julio María Sanguinetti, quien en una nota publicada el 07 de octubre en el mismo periódico afirmó que «El hecho es que nunca se dijo que el capitalismo fuera hermoso. Es eficaz; tan eficaz como un revolver o el filo de un bisturí». Podríamos agregar más citas –todas ellas respetables y compartibles- sobre la crisis del sistema financiero originada en Estados Unidos y ya extendida mundialmente. Pero a los efectos de esta columna, es pertinente referir al impacto de esta crisis sobre la economía uruguaya. En tal sentido, lo primero que ha de establecerse es que hacer hoy un pronóstico final sobre las consecuencias de un proceso aún en curso es riesgoso, si no irresponsable. Si algo ya ha demostrado este crisis, es el colapso del fundamentalismo de quienes se consideran dueños de la verdad o profetas del éxito. No apresurarse no significa desentenderse. En segundo término, entonces, hay que seguir con especial atención la evolución de este proceso asumiendo sin dramatismo que Uruguay también es parte de la economía mundial. Eso es, precisamente, lo que el gobierno está haciendo con rigor técnico y sensibilidad política. Porque la economía es todo menos una ciencia exacta y en ella la transparencia, la confianza y la política en tanto articulación democrática son fundamentales. Un tercer aspecto a tener presente refiere a las condiciones de Uruguay en el contexto de la crisis financiera internacional. No somos ajenos ni inmunes a esta problemática, pero estamos adecuadamente preparados para enfrentar sus posibles efectos. Tal como lo expresara recientemente el Presidente del Banco Central, las reservas del país superan los USD 7.000 millones, Uruguay tiene créditos en el mercado internacional que por el momento no necesita utilizar y las instituciones bancarias de plaza están sólidas y con liquidez, ya que poseen más del doble del capital exigido por el BCU. La economía del país continúa creciendo, así como las inversiones, el empleo, el salario real y el poder adquisitivo de la población. En lo que va del año se han concretado inversiones privadas por más de 800:000.000 de dólares y existen otras que están en vías de aprobación por 300:000.000 más. Las inversiones del Estado se mantienen (AFE en vías férreas, OSE en saneamiento en Ciudad de la Costa, UTE en la nueva interconexión energética con Brasil, ANP con sus obras). Sin perjuicio de lo anterior, el gobierno extremará medidas que garanticen el ahorro de los uruguayos y la estabilidad de nuestra moneda. Probablemente sean nuevas medidas, pero ninguna de ellas será la vieja receta del ajuste fiscal. Por último estimamos pertinente expresar que este gobierno no es de los que hablan de crisis o coyunturas para buscar culpas ajenas o evadir responsabilidades propias. Pero en este contexto financiero internacional, no sólo el gobierno ha de estar alerta. También han de estarlo – sin nerviosismo ni mezquindad- el sistema político, los agentes económicos, las organizaciones gremiales, el mundo académico y la sociedad en su conjunto.

De hecho todos estamos responsablemente alertas y es bueno que así sea pues la mejor forma de enfrentar estas situaciones es hacerlo entre todos, cada uno desde su propia identidad, pero sin perder de vista ese todo que nos une y que se llama Uruguay.

Fuente: Presidencia de la República. http://www.presidencia.gub.uy