Cuando el canciller Luis Almagro fue consultado por el Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, Alberto Couriel acerca de dónde estuvieron las claves para conseguir un acuerdo y cuáles fueron los temas vitales que permitieron su concreción, fue categórico: “la impronta del Presidente Mujica fue decisiva en toda esta negociación y el enorme respeto que existe hacia su figura en la opinión pública argentina también jugó un papel fundamental”. “Entiendo que este es el aspecto vital más relevante que hubo”, dijo Almagro el jueves 5 de agosto en donde legisladores de todos los partidos elogiaron su actitud y el resultado obtenido.

“Acerca de esta consulta quiero decir que no formé parte de esta negociación hasta que asumí, el 1º de marzo; nunca antes había participado de ella. Entonces, me crea ciertos prejuicios opinar sobre algo que tengo resuelto con el diario del lunes y no me gustaría poner en aprieto a quienes, de los que me acompañan, pudieron haber estado en estas instancias anteriores. Simplemente puedo decir que a veces hay circunstancias en las que el camino está abierto y otras veces no lo está”, evaluó Almagro.

En este caso, precisó el jerarca, “el camino se comenzó a abrir a partir de los primeros contactos que mantuvimos con el Canciller Jorge Taiana, desde el 2 de marzo; desde entonces encontramos una plena disposición. Pero ya en ese momento dijimos que había una condicionante: las dos partes estaban en un proceso en la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya y, mientras no se resolviera, no tenía sentido que instaláramos una negociación.  Entonces, creo que en definitiva lo que estaba faltando era el fallo de la Corte. Luego, esta falló y a partir de ese momento pudimos comenzar un proceso negociador”. Simplificando el tema, añadió, “creo que la impronta del Presidente Mujica fue decisiva en toda esta negociación y el enorme respeto que existe hacia su figura en la opinión pública argentina también jugó un papel fundamental. Entiendo que este es el aspecto vital más relevante que hubo”.

Asimismo, “no sé si antes la actitud era mala y ahora es buena, o viceversa, pero sí puedo decir que, desde el principio, tuvimos la mejor disposición de la otra parte para alcanzar un acuerdo. En principio, la negociación se hizo entre los Cancilleres, pero en la primera reunión de Olivos se decidió que, de acuerdo al fallo y al estatuto del río, el tema se debía resolver en la CARU. Sin embargo, como no hubo acuerdo en ese ámbito, volvió a la órbita de los Cancilleres y se llegó a este resultado”.

“Ahora bien, insisto en que si hubo una impronta vital para la concreción de esta negociación, fue la del Presidente Mujica”, puntualizó.

“Política verdad”

El ministro Almagro dejó en claro que “para nosotros, el acuerdo con Argentina solamente podía llevarse a cabo sobre una base de equivalencia jurídica y medioambiental entre ambos países. A su vez, debíamos hacer un planteo de política verdad; las dos partes tenían que afrontar sus culpas sobre el estado y las condiciones ambientales del río, sin que ello afectara sus políticas de desarrollo y de empleo”.

No veíamos factible una participación de Brasil en lo que refería al monitoreo del río Uruguay, dado que es un espacio compartido por Argentina y Uruguay, por lo que el tema no tuvo seguimiento ni planteo práctico.

En cuanto a lo relativo a los fluidos y las emisiones gaseosas, Almagro dijo que “hemos considerado ese punto luego del planteo formulado a través de la prensa por parte del senador Pasquet. En este caso, queremos expresar lo que dice concretamente el acuerdo que suscribimos y que refiere a los fluidos de gas que accedan al río”.

“Estos fluidos solamente se van a monitorear si alcanzan las aguas; para ponderar la calidad de las aguas, no se realizan monitoreos de los procesos funcionales de la fábrica ni del proceso industrial”, sostuvo.

Baráibar: Si Patiño Mayer “llega a leer esta versión, le hacemos llegar el saludo y cariño”

Durante la deliberación de la Comisión, el nacionalista Sergio Abreu destacó la “profesionalidad, seriedad, discreción y prudencia” con la que se desenvolvió el embajador uruguayo en Argentina, Francisco Bustillo “aunque aquí no tuvimos reciprocidad por parte del ex Embajador argentino, Patiño Mayer, durante su estada en Uruguay”.

Abreu puntualizó que “esta es una visión personal, política y del Partido Nacional. Asimismo, quiero señalar que la gestión del Embajador Bustillo ha enaltecido la profesión y ha hecho gala de la carrera diplomática en tiempos harto difíciles -como dicen los chilenos- para la relación bilateral”.

Como respuesta, Carlos Baráibar coincidió con “una muy buena representación en Buenos Aires en momentos en que la relación bilateral se había tornado muy difícil” en referencia a Bustillos.

Acto seguido, defendió el accionar de Patiño Mayer. “No estoy de acuerdo en absoluto con la opinión que vertió el senador acerca del Embajador Patiño Mayer. Si no me equivoco, estuvo como Embajador en Uruguay por once años -en dos épocas distintas- y, al día de hoy, no se registra un solo hecho en su foja de servicios que haya sido lesivo para nuestro país o que haya generado una actitud como para que ambos países quedaran enemistados”.

Recordó que “le tocó estar en el cargo en el mismo período que el Embajador uruguayo y también debió lidiar con una situación difícil, con episodios en Uruguay de cierta complejidad, manejándose muchas veces como pudo, en condiciones muy adversas”. Por tanto, “en nombre de nuestro Gobierno y de nuestra fuerza política, expresamos nuestra satisfacción con la forma en que actuó el Embajador Patiño Mayer. Además, por si llega a leer esta versión taquigráfica, le hacemos llegar nuestro saludo y nuestro cariño. Es una persona amiga del Uruguay, al igual que nosotros somos amigos de él”.

Aunque ofuscado, Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) trató de ser diplomático: “en homenaje a esta reunión y a la presencia del Canciller, no quiero entrar en una polémica que no serviría para el debate de estos temas tan importantes. Solo por eso es que no contesto las expresiones que para nada comparto del senador Baráibar, en homenaje al Presidente y a la presencia del Canciller y su equipo”.

“Enredar la yegua”

En comparencia ante los senadores de Asuntos Internacionales, al canciller Luis Almagro evitó utilizar la interrupción de la toma taquigráfica para dar una mayor transparencia a sus dichos.

Pero además de diplomático no dudó en apelar a citas campestres y rurales cuando se le preguntó sobre la actitud que Argentina tendrá con los piqueteros.

“En lo que tiene que ver con la pregunta formulada por el señor Senador Larrañaga en cuanto al relacionamiento con los ambientalistas de Gualeguaychú, quiero decir lo siguiente. Tal como hemos reiterado en otras ocasiones, la forma en que la República Argentina maneja esa negociación interna solo la puede determinar la propia República Argentina, y creo que no me corresponde opinar sobre ese tema. Creo que si digo algo, solo puedo ‘enredar la yegua’. Pido disculpas a los señores Senadores por utilizar un léxico traído de Cerro Chato, departamento de Paysandú”.