Compartimos la columna de los Viernes en su página en Facebook del conductor del Partido Colorado, Pedro Bordaberry titulada “Desafíos para el Uruguay 2011”.

“Un reciente editorial del New York Times alerta sobre cuál puede ser la próxima burbuja en la economía mundial. Es un llamado de atención para economías como la nuestra.

Lo recordé cuando me propuse escribir sobre lo que entiendo deben ser las prioridades del Uruguay en este año que se inicia: Educación, Vivienda, Seguridad y control de la Macroeconomía.

El editorial neoyorquino se pregunta si hay que empezar a preocuparse ya por la próxima crisis financiera mundial y dónde se producirá. Afirma que no es momento de alarmarse. Pero le llama la atención que las economías “emergentes”, como la nuestra, están ofreciendo retornos financieros altos y rápidos.

El Instituto Internacional de Finanzas estima que en el 2010 hubo un aumento del 42% en las inversiones en deuda de los países emergentes.

El editorialista afirma que mientras la inversión beneficia a las economías, en especial las de países como el Uruguay, el ingreso masivo de capital produce complicaciones en el manejo de la macroeconomía: empujan su moneda hacia un mayor valor (bajando el dólar), promueven la importación de bienes de consumo, enlentecen y encarecen las exportaciones y disparan el crédito al promover el gasto en tarjetas de créditos y préstamos.

Esto último puede producir inflación, inflar el valor de los activos y dejar una gran cantidad de préstamos de mala calidad.

El dinero, ese cobarde caballero, se da vuelta y retira apenas ve una señal de problemas, produciendo las crisis posteriores.

Esta fue la dinámica detrás del desastre de Méjico en 1994 (la crisis del Tequila), la de 1997 en Asia, la catástrofe rusa de 1998, la debacle de Brasil en el 99 y el colapso de Argentina del 2002. Uno puede agregar a la lista las de la tablita en 1983 y la bancaria del 2002 en Uruguay.

El Times señala que es poco lo que pueden hacer los gobiernos para prevenir estas situaciones. Lo principal es prepararse para cuando los dueños del dinero cambien de opinión.

Las metas para este 2011 que se inicia deberían ser profundizar en los cuatro elementos que parecen ser los problemas más grandes que tenemos en Uruguay.

Seguridad. Detener ese flagelo que se disparó en violencia y cantidad a partir de las equivocaciones del primer gobierno del Frente Amplio;  léase soltar delincuentes en lugar de atraparlos, no combatir la pasta base, derogar los decretos que permitían la detención de personas en averiguación y sobre todo no tomar medidas frente al creciente problema de la minoridad juvenil.

Desde el Partido Colorado propondremos medidas concretas para mejorar esta situación que incluye la convocatoria a consultas populares y proyectos de ley.

Vivienda. El Presupuesto Nacional prevé millones de dólares para enfrentar este déficit de nuestra sociedad, desde una óptica sensata y realista: la intervención en la vivienda pero también en el entorno social. El secreto está en la capacidad de gestión y concreción de quienes tienen que llevar a cabo los planes.

Desde nuestro Partido haremos un seguimiento de las mismas, ayudaremos en su concreción y en la aprobación de normas legales que traigan beneficios impositivos a la construcción de viviendas con destino social.

Educación. Es nuestro mayor déficit. El país destinó millones y millones de dólares a la misma. Los resultados son cada vez peores. No sólo en las pruebas Pisa sino en la concurrencia y permanencia de nuestros jóvenes en el Sistema. Se necesita ahora un control de la gestión, una Agencia de Evaluación, porque a quien mucho se le da, mucho se le debe exigir.

Desde el Partido Colorado nos enfocaremos en el control y destino de los recursos, pero sobre todo en la creación de instrumentos de evaluación que permitan detectar quién y porqué están fallando. No para sancionar sino para identificar la falla y corregirla.

Macroeconomía. El Presupuesto Nacional crea cientos y cientos de cargos. Se estima que más de 23.000 personas ingresarán al Estado en estos 5 años. El dólar sigue bajando y con ello perjudicando nuestra producción que es esencialmente exportadora. El Estado tiene que tomar medidas que alienten el gasto en bienes de capital, en producción, y ello se logra a partir de superávit y no de déficit.

Desde el Partido Colorado seguiremos de cerca todos los excesos en el gasto (como el ingreso de 8.300 nuevos funcionarios en los primeros 9 meses de este gobierno, que fuera denunciado en un matutino esta semana), el valor del dólar (y las pérdidas derivadas de esa política bipolar de comprar dólares por la mañana y emitir deuda para captar pesos por la noche) y sobre todo la inversión genuina.

Es que el exceso de ingreso de divisas también puede ser un problema si no lo destinamos dónde se debe destinar: Vivienda, Seguridad, Educación y generación de bienes que permitan sostener el crecimiento cuando el dinero, como sucedió otras veces, cambie de rumbo.

Es que como le dice Porcia a Nerissa en el Mercader de Venecia de Shakespeare “Tanto se padece por exceso de goces, como por falta de ellos. No es poca dicha atinar en el justo medio. Lo superfluo cría pronto canas y, por lo contrario, la moderación es fuente de larga vida’”.