La población uruguaya mantendrá un crecimiento magro en los próximos años, aunque los fenómenos migratorios pueden modificar la ecuación. Uruguay tiene todas las condiciones para recibir más inmigrantes en el futuro cercano, consignó el domingo 2 de enero el diario El País bajo la firma de la periodista Pilar Besada.

Año a año, las escuelas reciben menor cantidad de alumnos en primer año. En 2011, las autoridades de Primaria ya saben que por la evolución demográfica tendrán 5.000 niños menos en las aulas.

Este fenómeno, que responde al sostenido descenso de la tasa de natalidad durante los últimos 10 años, provocará un creciente envejecimiento de la población. Dado que para los especialistas es poco probable que se retorne al modelo de familia numerosa, recibir una fuerte corriente inmigratoria sería la única posibilidad de revertir el proceso de envejecimiento.

Según la investigadora Adela Pellegrino, coordinadora académica del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, «Uruguay es un país que tiene muchas buenas condiciones para los inmigrantes. El problema antes era el desempleo, pero si sigue creciendo la economía, habrá más demanda de trabajadores, y siempre hay candidatos para inmigrar». La demógrafa señaló que «si el gobierno impulsara políticas inmigratorias, probablemente aumentaría la cantidad de población».

Según Pellegrino, al tener una población envejecida, el país requerirá más población en edad de trabajar si la economía continúa creciendo.

Pellegrino comparó la situación de Uruguay con la de Chile décadas atrás. «Chile tenía un saldo migratorio negativo, y después de años de crecimiento económico sostenido, ahora recibe una inmigración considerable», señaló.

Una forma parcial de medir el movimiento migratorio es el saldo anual de ingresos y egresos del Aeropuerto Internacional de Carrasco. Entre julio de 2008 y junio de 2009, por primera vez después de más de una década, el saldo fue positivo. Mientras que el año anterior el saldo negativo fue 15.000 personas, en el período julio 2008-junio 2009 hubo un balance positivo de unos 11.000 individuos.

En los doce meses siguientes la tendencia se mantuvo aunque fue menor: el saldo positivo fue de 2.500 personas.

A pesar de estas tendencias, según Pellegrino, «por ahora los datos no muestran que la población crezca por la inmigración». La especialista comentó que «hay emigrantes uruguayos que retornan, por otro lado, también hay una realidad de gente de altos recursos que se instala, por ejemplo en Punta del Este, y están las mujeres peruanas que trabajan en el servicio doméstico. Pero eso todavía no se expresa en datos concretos», afirmó.

En su trabajo La población de Uruguay, Pellegrino señala que la crisis de 2002 fue acompañada de niveles muy altos en el número de emigrantes. Estos se orientaron hacia Estados Unidos y España en un 70%. Argentina, que en décadas anteriores había sido el destino mayoritario de los emigrantes uruguayos, recibió el 11% de los que se fueron en el período.

«No hay datos que permitan estimar el número de personas que abandonaron el territorio nacional en ese período, pero el movimiento por el aeropuerto de Carrasco permite realizar una estimación aproximada: el saldo neto de entradas y salidas por ese puesto fronterizo entre el año 2000 y 2008 (julio a junio) es de -140.000 personas aproximadamente», dice Pellegrino en su trabajo.

Y agrega que a la luz de la crisis global iniciada en 2008, los datos que surgen del trasiego de personas por el aeropuerto indican «un cambio de la tendencia en la migración internacional, que implicaría una disminución de la emigración y un incipiente aumento de la migración de retorno».

En cuanto al perfil de los que emigraron entre 2000 y 2006, en función de los datos de la encuesta de hogares del INE, Pellegrino señala que se trata de una población joven (55% tenía entre 20 y 29 años), predominan los hombres (145 cada 100 mujeres), y el 60% eran hijos del jefe o jefa de hogar, «lo cual demuestra que la emigración fue parte de la emancipación del hogar de origen». Pellegrino hace notar además que existe una cierta selectividad positiva en la emigración: quienes se van del país tienen un nivel educativo superior al promedio. Otros datos que se destacan: el 39% de los que salieron entre 2000 y 2006 estaban buscando trabajo; el 11% eran jubilados, rentistas, dedicados a tareas del hogar o estudiantes; y, lo que constituye la nota más relevante, el 50% de los que emigraron tenía trabajo en Uruguay antes de partir.

«Estos emigrantes recientes (2000-2006) mantienen fuertes vínculos con sus familiares en el país», dice Pellegrino, a pesar de que más de la mitad de ellos no ha podido visitar Uruguay.

«Nulo o negativo»

Entre 1908 y 1963, la tasa de crecimiento anual de la población era de 16,6 por mil. Entre 1985 y 1996 pasó a ser del 6,2 por mil y entre 1996 y 2004 descendió a 3,2. Según Adela Pellegrino en el trabajo La población de Uruguay, si se mantienen las tendencias, «es razonable suponer que en un período próximo podríamos tener un crecimiento nulo o negativo».

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Fuente Imagen: fmpiriapolis.com