Desde hace una semana vienen circulando en la red social Facebook, una serie de fotos sobre los “contenedores” en los que el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), alojará a sus adolescentes privados de libertad. Las mismas fueron tomadas por Mariela Alvariza, una funcionaria del organismo que antepuso su preocupación respecto a dónde serán alojados esos muchachos, a un eventual sumario administrativo. Los contenedores están ubicados al fondo del nuevo hogar que el INAU prevé inaugurar en cuestión de días (ver nota de ayer), y, a diferencia de el resto de sus compañeros, Alvariza decidió tomar las fotos y dar a conocer las condiciones en las que los adolescentes estarán privados de su libertad.

Los contenedores tienen varias camas, con escaso espacio entre una y otra; las ventanas son muy altas y muy pequeñas, y el inodoro está sobre la cabecera de una de las camas, sin ningún tipo de separación. Las paredes no tienen aislamiento, y las canillas de duchas y cisternas se abren y se cierran desde afuera, es decir, los funcionarios serán los que decidan cuándo el adolescente podrá tomarse una ducha, o cuando evacuar orina y excrementos.

Pero para el director del Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji), Jorge Jouroff, “son hogares como cualquiera, sólo que estos tienen algunas ventajas”, ya que son “limpios”, “prolijos”, y “seguros para los chiquitos y los funcionarios”. El jerarca señaló además que estos depósitos ya fueron usados en el Hogar Puertas, y que allí “los chicos estaban más cómodos (…) que dentro del instituto de material”.

En una primera instancia, se había hablado de los contenedores como una solución transitoria para el problema del hacinamiento en los hogares, pero a juzgar por las declaraciones del director del Semeji, los módulos probablemente sean la solución definitiva. “Si en algún momento tenemos una capacidad ociosa dentro del instituto, eliminaríamos los contenedores, pero creo que por ahora estamos muy lejos de esta perspectiva”, afirmó.

No es la primera vez que Alvariza denuncia irregularidades en el INAU. En el año 2000, tras presenciar una paliza que un grupo de funcionarios le propinó a un adolescente, la funcionaria realizó la correspondiente denuncia penal, y los funcionarios fueron procesados. “Hice la denuncia penal y cuando fui al trabajo otros funcionarios intentaron matarme. Eso no lo pude probar porque no tenía testigos. Eran cuatro funcionarios que ahora son directores de centros, que me pusieron un arma en el abdomen y me dijeron: ‘Después te la vamos a dar’. Zafé porque los chiquilines hicieron un motín y me pude escapar”, recordó.

Fuente: (Brecha, Juan Manuel Cháves, pág. 16; 25/03/2011) y Voz y Vos.