El aula es el espacio físico, donde los alumnos conviven de manera democrática. Del cual se genera la participación social sin distinciones de opiniones, creencias, sentimientos, formas de crear…

Por lo tanto, el maestro es quien debe brindar ese ambiente pacífico, ya que tiene las herramientas necesarias para establecer la vinculación afectiva con los niños.

Es verdad que generar un ambiente de aula armonioso no es de todos los días, porque hay momentos que debemos atender las problemáticas más difíciles dentro de la misma.

Pues, pensar mantener un lugar organizado y tranquilo es cuestión de paciencia. Adaptándose a la diversidad para lograr transformormaciones en ellos y su medio.

Desde luego, las grandes transformaciones comienzan con la organización, la socialización y el diálogo recíproco entre educador-educando. Dando lugar a la construcción de conocimientos significativos, para el que aprende un saber nuevo.

Mientras que el docente procura saber enseñar, desde una postura crítica, reflexiva, con resultados positivos en la acción diaria de los niños.

…lo que no podamos lograr en el aula escolar no debe quitarnos tiempo, porque lo que se pierde no se vuelve a recuperar.

Queda seguir con lo que aún podemos mejorar hacia la transformación de nuevos talentos que tienen algo que dar y comunicar a su grupo.

Por lo tanto, debemos ser lógicos y optimistas de los éxitos de nuestros alumnos; pero lo irrecuperable no debe dejarnos sin aliento, ni alternativas para el cambio.

Siempre tendremos que velar por las simples cosas que son positivas, para que mañana se transformen en las grandes cosas.

AUTOR: RODRIGO NÚÑEZ. rorithemaster@hotmail.com