Compartimos la opinión del diputado Jaime Mario Trobo (Herrerismo) sobre un nuevo aniversario de los hechos del Filtro.

“En Agosto 1994, el  gobierno ejercido por un Blanco de Ley, el Dr. Luis Alberto Lacalle, debió enfrentar como otras veces lo hizo en la historia el Partido Nacional una afrenta a las instituciones, una amenaza a la legalidad, una asonada edulcorada bajo el lema de la defensa de los DDHH, que no fue otra cosa que un artero ataque del terrorismo  a nuestra democracia tolerante. El denominado episodio del Filtro.

Por imperio de las solidaridades y los apoyos recíprocos, que en el caso de Tupamaros y Etarras es indiscutido, a saber por las informaciones que ellos mismos han revelado y que no son resultado de una perversa operación de inteligencia de la “derecha”, sino de sus propias confesiones, fue puesta a prueba la capacidad de las instituciones uruguayas para  garantizar el estado de derecho. Un partido político en su totalidad el Frente Amplio, la central sindical PIT CNT, algunos dirigentes de otros partidos, organizaciones estudiantiles, de docentes, entidades de fachada de movimientos internacionales, coincidieron cual cretinos útiles en demandar la libertad de tres procesados y requeridos por la justicia española por causas criminales vergonzantes. No estaban reclamados por opinar distinto, sino por matar, ordenar matar, poner bombas en lugares públicos y realizar apología del terrorismo como método político.

Las instituciones uruguayas actuaban dignamente, la policía los había detenido, la justicia los había juzgado y posteriormente había recibido las solicitudes de extradición a España. El Gobierno español estaba a cargo del Partido Socialista, el de nuestro País del Partido Nacional, y las dos administraciones coincidían en cumplir sus obligaciones con sus pueblos y sus instituciones, uno reclamar el envío de unos reos y el otro luego de analizar las motivaciones y entenderlas ajustadas a derecho cumplir con el pedido. Pero la inteligencia terrorista, diseño un plan que no solo tenía como objetivo evitar la extradición de los delincuentes, sino hacer pasar vergüenza a nuestro gobierno y ponerlo en situación de ridículo, lo que sin duda serviría al interés de los adversarios aquí, que tanto empeño tenían en que no se cumpliera el mandato de la legalidad.

Operación de “manija” mediante, Líber Seregni, Tabaré Vázquez, José Mujica, Fernández Huidobro, Jorge Zabalza y otros líderes políticos y sindicales organizaron una serie de marchas sistemáticas cuyo fin era evitar, el día que se fuera a cumplir la sentencia de extradición dictada por un Juez, al amparo de su independencia y sus potestades derivadas del Poder Judicial, que ello ocurriera. Y el resultado fue el que ninguno de ellos con madurez y sensatez podía evitar de prever, un enfrentamiento callejero con consecuencias dolosas, que cobro una vida, que causo daños la imagen del país y que significó un gravamen a algo cuya naturalidad en un estado de derecho no se puede sospechar como una extradición.

Los verdaderos responsables del lamentable episodio han querido echar un manto sobre su protagonismo, pero la historia debe recordar el episodio del Filtro ocurrido en Agosto de 1994, como una lamentable muestra de la inmadurez del liderazgo de la izquierda, el gravoso valor de los compromisos de las internacionales del terror que integraron tupamaros y etarras; aunque también ha dejado de manifiesto y nosotros nos enorgullecemos de ello, el carácter con la que el gobierno del  Partido Nacional, junto a la ciudadanía leal a las instituciones y su vigor,  liderado por Luis Alberto Lacalle, ejerció sus responsabilidades, como cabales ‘Defensores de las Leyes’”.

Fuente: Semanario Patria. www.patria.com.uy