Alumnos de veintiún centros educativos expusieron los proyectos presentados al programa Aprender a Emprender en el Medio Ambiente (AEMA), una iniciativa que llevaron adelante, por cuarto año consecutivo, DESEM Jóvenes Emprendedores y Coca-Cola con el objetivo de transmitir a escolares la importancia de preservar el entorno que los rodea.

Las instalaciones del predio rural de la Expo Prado fueron el escenario elegido para que cerca de 1.600 alumnos de cuarto y quinto año de escuelas públicas y privadas de Montevideo y Canelones, expusieran las diversas propuestas que elaboraron orientadas a cuidado del medio ambiente.

«Cuando se busca concientizar a la población acerca de de la importancia de proteger el medio ambiente que nos rodea, apostar a las nuevas generaciones genera un efecto multiplicador «, afirmó la coordinadora de Responsabilidad Social Corporativa de Coca-Cola, Marcela Rey.  «El programa persigue ese objetivo, y los resultados se verán reflejados en el futuro en una mejor conducta de los participantes, pero también de sus familiares y su entorno a través del mensaje de conciencia medioambiental que puedan transmitir», explicó.

Por otra parte, Rey destacó que los objetivos de AEMA están en línea con tres las tres iniciativas bajo el pilar de Medio Ambiente -Cuidado del Agua, Protección del Clima y Empaque Sustentable- que forman parte de la plataforma «Viviendo positivamente» de Coca-Cola en todo el mundo y que Montevideo Refrescos lleva adelante en Uruguay. En ese marco, la compañía trabaja intensamente reduciendo significativamente el consumo de agua y energía, aplicando tecnología para reducir las emisiones de su proceso productivo y apostando a la reducción, reciclaje y retornabilidad de sus envases.

Paola Rapetti, directora ejecutiva de DESEM Jóvenes Emprendedores, destacó el valor de esta iniciativa, tanto para los pequeños como para su entorno. «Es increíble ver a los niños contarse y hacerse preguntas unos a otros sobre sus proyectos», expresó. «Esto favorece el desarrollo de nuevas habilidades como el trabajo en equipo, la distribución de roles, el perseguir un objetivo y la comunicación e intercambio de resultados».

En este sentido, Rapetti afirmó que no se trata únicamente de una experiencia que aporta a los participantes durante el proyecto. «Además, les permite socializar las actividades con el resto de las clases transformándose en referentes del tema. Sin lugar a dudas, apostar a varias ediciones de un programa en un centro educativo permite generar un ecosistema propicio para trabajar la temática medioambiental que trascienda cualquier iniciativa puntual».